No avanza la reforma de la constitución

A Unidos para Cambiar Santa Fe no le sobra el tiempo si quiere reformar la Constitución antes que termine 2025, pero el proceso está realmente planchado y las figuras principales del oficialismo admiten en privado que nadie toma la posta. Las razones abundan. Mientras tanto, el gobernador Maximiliano Pullaro no se mete.

Unidos venía como Franco Colapinto en la largada de Singapur, pero su andar a 300 kilómetros por hora se encontró un semáforo amarillo, paradójicamente, con la sanción de la reforma previsional. Lo superó, con dudas e inquietudes, pero avanzó. No obstante, ahí se abrió un reseteo en la política de Santa Fe y todo casi que volvió a foja cero.

Reforma en Santa Fe: qué piensan el socialismo y la UCR
El radicalismo y el socialismo, puntales de la coalición, no tienen definida una hoja de ruta para concretar el logro. Entonces, la pregunta se impone: ¿hay un interés real en revisar la carta magna? Desde ambos wines aseguran que sí, pero escasean los puntos de encuentro para abordar específicamente el tema.


“Nadie toma la posta, estamos desencontrados”, admitió una de las figuras de la UCR santafesina. Las cabezas del radicalismo observan varias razones en la demora. Por un lado, la diaria, que come y carcome, la agenda individual que cada funcionario, legislador o dirigente camina todos los días.
No es la única. En la UCR ya ponderan de entrada, antes de un eventual cónclave bilateral, las diferencias en los contenidos de los proyectos que circulan y, por consiguiente, una complicación de dimensiones. La composición de las futuras legislaturas, ambas cámaras, es un tema donde no hay una síntesis.
Dudas reformistas en Unidos para Cambiar Santa Fe
El socialismo, por su parte, admite una demora y utiliza la palabra “complejo” para describir el momento prerreforma. El progresismo de Santa Fe pide trabajo full time y “mucha claridad” para definir los pasos a seguir. La bendita hoja de ruta. La narrativa de la reforma y la apertura de diálogos hacia dentro y fuera de Unidos. No es poco.

Las razones de la demora, como se dijo más arriba, son varias. El involucramiento de Pullaro con la reforma empieza a asomar tímidamente en los debates internos; que el gobernador haya decidido no comandar el proceso y delegarlo a la Legislatura es toda una definición. Si el mandatario, en cambio, hubiese liderado el proceso, la modorra se hubiera sacudido, pero el radical ya avisó, no lo cuenten en esa, la gestión es su prioridad.

El periodo ordinario de sesiones finaliza el 30 de noviembre, por lo que la Legislatura tiene tiempo hasta esa fecha para lograr la sanción de la ley de necesidad de la enmienda. Luego de ese sábado, Pullaro –si quisiese– puede pedir su tratamiento en extraordinarias, pero, claro, eso lo obligaría a calzarse el proceso al hombro. Toda una definición.

Amalia Granata y Omar Perotti, el reparto en la rosca
La coyuntura tampoco respalda a Unidos. Después de la reforma previsional quedó un olor a reseteo, otro aire, en la política doméstica. Por un lado, por la centralidad que adquirió Amalia Granata en la oposición, pero también porque el bloque que conduce Omar Perotti, el mayoritario dentro del PJ, no ingresó el proyecto de reforma que ya diseñó. ¿Se perdió el interés? Si Granata y Perotti no le hacen la segunda a Unidos, ¿entonces de dónde saca el oficialismo los seis votos que necesita juntar para llegar a los dos tercios necesarios para la aprobación de una ley de este fuste?

En el plano de las especulaciones hay dos recientes, bien calentitas, que tallan en el debate y en la demora: una de orden provincial y otra supra, nacional, pero con incumbencia en el armado regional. Con la ley sancionada, habría elecciones a convencionales constituyentes en 2025. En ese escenario, darle la chance de una elección a Granata para que se posicione y haga oposición dura a Pullaro, ¿no es un riesgo alto e innecesario? El axioma puede correr también para la diputada libertaria Romina Diez, que le comería votos directamente a Unidos. Meros cráneos de gente muy rosquera.

En la misma lógica, no cayó bien el calendario electoral que regirá a partir del sistema de boleta única nacional. El 15 de mayo se cerrarán los frentes electorales y diez días después habrá que presentar listas. Ambas instancias se chocarán y cruzarán de lleno con las PASO locales y afectarán de lleno a los socios de la coalición oficialista. Tiempo al tiempo, pero hay aroma a desorden.

Con todo este berenjenal de cálculos, especulaciones e información, Unidos empezó a recalcular. A medir en lugar de avanzar. Hasta hace menos de un mes atrás, la oportunidad para reformar la Constitución parecía única e histórica. Ahora ya no.

Con información de Letra P