Felipe Fort se sinceró sobre el peor dolor que sufrió su papá, Ricardo, antes de morir
A sus 20 años, Felipe Fort creció mucho más rápido que cualquier chico de su edad. Desde muy pequeño interiorizó que tras la muerte de su papá, Ricardo Fort, le tocaba, junto a su hermana, Marta, saber llevar adelante el legado familiar. Pero en el camino, el joven también aprendió sobre las relaciones humanas a través de la propia experiencia del empresario, quien en ocasiones no se rodeó de las personas correctas
En un mano a mano con Rulo Schijman, el heredero comentó que tiene muy claro el valor de las cosas, sobre todo, las que no se ven a simple vista. “Crecí viendo cómo a mi papá le sacaban pedazos de a poco. Yo sabía que no quería eso para mí ni para la gente que me rodeara”, lanzó sin rodeos.
Sobre esta idea, amplió: “La gente que se decía ‘amiga’ de mi papá, se acercaba para sacarle guita. Por ejemplo, en las obras de teatro no tenía ganancias. Entiendo que era su sueño, pero tenía pérdidas cuando, en realidad, podía tener ganancias, solamente que se juntaba con gente que no hacía las cosas bien con él”.
Sin embargo, tras escuchar el nombre de Gustavo Martínez, su tutor y expareja de Ricardo, su nostalgia afloró. Al respecto, Rulo consultó: “Después de que Ricardo falleció, pasó con Martínez, ¿cómo lo viviste?”. Emocionado, Felipe respondió: “Al principio fue un golpazo, no había terminado de digerir lo de mi papá. Estaba enojado y después lo perdoné a Gustavo, porque yo lo recordé siempre de otra manera, lo recordaba bien y después se enfermó”.
Gustavo Martínez es recordado como el gran amor de Ricardo Fort. En 2013, tras el fallecimiento del magnate chocolatero, asumió la tutela de Felipe y Marta, pues firmó en 2010 un documento que lo facultaba para tales fines, por insistencia del propio Fort. Los gemelos estuvieron rodeados del amor y cuidado de Gustavo y su inseparable niñera, Marisa López, hasta alcanzar la mayoría de edad. El entrenador físico se quitó la vida en febrero del 2022.
Fuente: TN