Los dólares paralelos, en su punto más bajo en siete años ajustados por inflación
La plaza cambiaria se encamina a cerrar el año con un panorama de variables alineadas y de la manera más virtuosa, caracterizado por una reducción de la brecha “de arriba hacia abajo” y por dólares alternativos que han caído 25% desde los máximos nominales alcanzados del 12 de julio, en contraste con un dólar oficial que mantuvo un ritmo de suba gradual del 2% mensual.
Tasas reales positivas, un exitoso blanqueo de capitales, la intervención oficial en los dólares bursátiles y un ritmo firme de liquidación de exportaciones, fueron factores claves para sostener la oferta de divisas y moderar las cotizaciones en el mercado.
Al mismo tiempo, la continuidad del “cepo” y una demanda de dólares debilitada por la recesión -tanto para importar como para ahorro- intensificaron esta tendencia. En el balance anual, la cotización perdió más del 40% de su valor en términos reales.
Según análisis privados el billete norteamericano -tradicional refugio de los ahorristas- ha caído en términos reales al nivel más bajo en siete años, desde diciembre de 2017, considerando los avances combinados del tipo de cambio y de la inflación en ese período.
En el mercado bursátil, el dólar “contado con liquidación” se negocia en torno a $1.110, mientras que el MEP opera por debajo de 1.080. Ambos son los valores nominales más bajos desde el 17 de mayo. Por su parte, el dólar libre se ubica en $1.125, lejos de los $1.500 registrados en julio.
Con un dólar mayorista a $1.009, la brecha cambiaria continuó reduciéndose. Frente al “contado con liqui” alcanzó 10,7%, el menor nivel desde el 30 de septiembre de 2019 cuando fue de 10,1%. Respecto al MEP, la diferencia se achicó a 6,9%, la más baja desde el 29 de agosto de 2019, es decir, previo al restablecimiento del control de cambios el 1 de septiembre de ese año.
Juan Manuel Franco, economista Jefe del Grupo SBS, destacó que “a nivel local, las variables financieras siguieron muy firmes, evidenciando el optimismo del mercado respecto al sendero tomado por el Gobierno”.
Según Franco, “en términos reales, usando el Itcrm (Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral del BCRA), la caída es de más de 6% mensual y de aproximadamente 35% desde los máximos de mediados de julio, llevando al contado con liqui a su menor nivel real desde diciembre de 2017, cuando había mercado unificado”.
En cuanto al ingreso de divisas por exportaciones, un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario precisó: “Por la dinámica en (el Mercado de) Chicago y la inflación doméstica, la soja ha perdido 9% en pesos constantes desde octubre, mientras que el maíz se paga 4% debajo del mes anterior, debido a la estabilidad del precio del cereal en el mercado externo. Sin embargo, la coyuntura macroeconómica argentina ha resultado favorable para la valuación de los granos al tipo de cambio financiero, novedad con la que nos hemos encontrado este año. Así en términos constantes, el dólar contado con liquidación retrocede 13% desde octubre, superando la baja de precio de la soja”.
“Esta tendencia a la baja para los dólares financieros se ha venido consolidando desde el último pico de julio, cuando la brecha entre el tipo de cambio ‘contado con liqui’ y el oficial llegaba al 53%, diferencia que actualmente alcanza mínimos en más de cuatro años rondando el 14%, cuando el crawling peg se ha mantenido al ritmo estipulado del 2% mensual. Bajo el escenario planteado, la soja y el maíz alcanzan sus valores más altos en lo que va del año medido en dólares, a la inversa de lo que ocurriría si solo descontáramos el efecto de la inflación sobre las cotizaciones en pesos”, puntualizó el estudio de la Bolsa rosarina.
Qué hay detrás de la debilidad del dólar
“Los exportadores liquidan sus dólares porque el Gobierno demostró que no devaluará, entonces esto ayuda a que bajen las brechas; también hay un incipiente mercado de crédito por la liquidez que tienen los bancos con el blanqueo”, explicó a Reuters un agente de Bull Market Brokers. “Los importadores aprovechan el carry trade para manejarse en pesos, apostar a la tasa y así hacerse de más dólares cuando los necesiten comprar”, agregó.
“La brecha entre el dólar mayorista y los financieros perforó el 10%, siendo un mínimo desde que volvió el ‘cepo’ en 2019. Esto no solo atenúa los efectos distorsivos de los controles de capitales, sino que brinda una oportunidad para eliminar el dólar blend y lo que queda del impuesto PAIS sin afectar demasiado al mercado”, sostuvo el economista Roberto Geretto, de la consultora Adcap Grupo Financiero.
Un “próximo paso será la compresión del tipo de cambio, que está mutando de ser un factor de ancla de la nominalidad a ser un factor de inercia, que induce la inflación de acuerdo a las autoridades económicas”, reportó la consultora EcoGo.
“Una tasa de interés en pesos (3,5% mensual) supera al crawling peg (2% mensual). Esto convirtió al carry trade en el negocio del momento, con rendimientos del 20-25% anual”, detalló un informe de la Fundación Encuentro.
“Si el déficit de cuenta corriente crece o las elecciones generan incertidumbre, el carry podría revertirse y causar un golpe fuerte al mercado cambiario en 2025″, advirtió la entidad.
Fuente: Infobae