El curioso pueblo de España donde morir está oficialmente prohibido
En Lanjarón, un municipio de Granada, las autoridades establecieron hace más de 25 años una singular prohibición: morir dentro de sus límites. Esta medida fue impulsada en 1999 por el entonces alcalde José Rubio, quien argumentó que la falta de espacio en el cementerio local hacía necesaria esta inusual regulación. Rubio instó a los habitantes a "cuidar al máximo su salud" hasta que se pudieran conseguir terrenos para la ampliación del camposanto.
La ordenanza es clara: "Queda terminantemente prohibido morir en Lanjarón". Aunque la iniciativa tiene un carácter simbólico y humorístico, su objetivo era visibilizar un problema que llevaba años sin resolverse, con una creciente presión vecinal para ampliar el cementerio, que aún enfrenta dificultades en la gestión de terrenos.
A lo largo de los años, la situación no ha cambiado significantemente y el municipio sigue teniendo solo un cementerio. A pesar de la curiosa ley, Lanjarón es un destino turístico notable por sus manantiales minerales y como punto de partida para excursiones en la Alpujarra. Recientemente, ha cobrado popularidad en redes sociales como TikTok, donde se presenta como una alternativa a destinos saturados como Barcelona o Mallorca.
La "prohibición de morir" en Lanjarón no es un caso aislado. En Longyearbyen, Noruega, existe una normativa similar desde 1950, debido a que el clima subárctico impide la descomposición de los cuerpos, llevando al cierre del cementerio para nuevos enterramientos.
Con el tiempo, la peculiar medida de Lanjarón se ha integrado en la identidad local y continúa atrayendo la curiosidad de visitantes tanto dentro como fuera de España.