Día Internacional del Voluntariado: celebrar el compromiso de quienes dan algo más que su tiempo

Cada 5 de diciembre, el mundo celebra el Día Internacional del Voluntariado, una fecha impulsada por las Naciones Unidas para reconocer la fuerza silenciosa y poderosa de millones de personas que dedican su tiempo a mejorar la vida de otros. No es un día menor: detrás de cada acción voluntaria hay historias, vínculos y oportunidades que se multiplican mucho más allá del gesto inicial.


En Argentina, la solidaridad forma parte del ADN cultural. Las comunidades se organizan, responden ante las crisis y encuentran formas de acompañarse aun en los escenarios más complejos. Pero el panorama tiene matices: según un informe reciente, solo 1 de cada 4 argentinos dona dinero de manera frecuente a causas solidarias. La limitación económica atraviesa a gran parte de la sociedad, pero eso no significa desinterés. Al contrario: lo que está creciendo de forma sostenida es la decisión de donar tiempo, habilidades y escucha.

En paralelo, un estudio de Voices Consultancy muestra que el voluntariado social aumentó un 36 % entre 1997 y 2022, y que cuatro de cada diez personas participaron alguna vez en una iniciativa solidaria. Los argentinos quizá no siempre puedan colaborar económicamente, pero sí están cada vez más dispuestos a involucrarse. Y ese compromiso, que no depende del bolsillo, se vuelve clave para sostener redes de acompañamiento en todo el país.

En este ecosistema de voluntariado surge el trabajo de distintas organizaciones que buscan transformar la empatía en acción y el deseo de ayudar en impacto concreto. Un ejemplo de ese movimiento son los proyectos orientados a la empleabilidad juvenil, donde más de 1.600 personas por año ponen a disposición sus conocimientos, su experiencia laboral y su tiempo para acompañar a jóvenes que necesitan una oportunidad para ingresar al mundo del trabajo.

Mentores, entrevistadores, tutores y profesionales de distintas áreas participan en simulacros de entrevistas, charlas motivacionales, recorridos por empresas y espacios de formación que ayudan a los jóvenes a dar un primer paso sólido hacia el empleo formal. Es un voluntariado que no se limita a “estar presente”: busca abrir puertas, transmitir herramientas y acompañar procesos.

Las cifras del impacto muestran por qué ese trabajo importa. En los programas enfocados en la inserción laboral juvenil, más de 6.000 jóvenes ya fueron capacitados y el 58 % consiguió empleo formal, mientras que la tasa total de empleo trepa al 80 %. Detrás de esos números hay historias personales: una mentora que prepara a un joven para su primera entrevista, un profesional que dedica sus tardes a revisar CVs y enseñar habilidades blandas, una empresa que abre por primera vez sus puertas a un grupo de adolescentes que nunca habían pisado un entorno laboral.

Más allá de los resultados, muchos voluntarios reconocen que la experiencia los transforma tanto como a quienes acompañan. Aprenden a mirar la realidad con más sensibilidad, desarrollan nuevas habilidades de comunicación y descubren que el intercambio con jóvenes en contextos vulnerables también les devuelve motivación, propósito y sentido de comunidad.

Este 5 de diciembre es una invitación a reconocer a quienes ya están involucrados y también a quienes sienten la inquietud de participar pero todavía no dieron el paso. Porque donar tiempo no es un gesto menor: es construir, de manera silenciosa pero firme, un país un poco más justo.

CON INFORMACION DE TODONOTICIAS.

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