La polémica por la AGN reaviva tensiones políticas y expone fisuras en el oficialismo y sus aliados
- Waldo Wolff denunció un presunto acuerdo entre el oficialismo y el kirchnerismo por las designaciones en la AGN
- El PRO cuestionó que los nombramientos se concretaran de madrugada y fuera del temario oficial
- El partido macrista quedó excluido pese a haber propuesto a Jorge Triaca para uno de los cargos
- Las designaciones de Forlón y Calletti profundizaron el malestar y la tensión política
- Dirigentes del PRO advirtieron que el episodio cambió el escenario parlamentario
- La polémica reavivó dudas sobre la solidez de los acuerdos y la calidad institucional
La designación de nuevos integrantes en la Auditoría General de la Nación (AGN) abrió un nuevo foco de conflicto en el escenario político y reavivó las tensiones entre el oficialismo y el PRO, uno de sus principales aliados parlamentarios. El diputado Waldo Wolff denunció la existencia de un presunto acuerdo entre el kirchnerismo y el Gobierno que, según sostuvo, vulneró prácticas parlamentarias básicas y dejó al descubierto un cambio de reglas que genera incertidumbre institucional.
Las declaraciones del legislador macrista se produjeron luego de que, durante la madrugada, se avanzara con nombramientos en la AGN que no figuraban en el temario previsto para la sesión. Para Wolff, la maniobra no solo provocó indignación dentro de su espacio político, sino que además resulta “mala para la Argentina”, en un contexto donde la previsibilidad institucional aparece como un activo cada vez más escaso.
El diputado cuestionó con dureza el modo en que se alcanzó el entendimiento. Subrayó que las designaciones se concretaron cerca de las tres de la mañana, fuera de la orden del día, y consideró que ese procedimiento implicó una ruptura de los códigos no escritos que suelen ordenar la convivencia parlamentaria. En ese sentido, remarcó que la forma es tan relevante como el fondo, sobre todo cuando se trata de un organismo clave para el control del gasto público y la transparencia del Estado.
Wolff enmarcó el episodio en una comparación regional que busca resaltar el impacto político del hecho. Mientras, según su mirada, otros países de la región consolidan su perfil internacional y fortalecen sus instituciones, en la Argentina se habría avanzado en un esquema que termina beneficiando al kirchnerismo. En particular, apuntó contra sectores que, afirmó, reclaman la liberación de Cristina Fernández de Kirchner y relativizan causas judiciales emblemáticas, como la de los cuadernos.
En ese contexto, el legislador recordó que el PRO acompañó al Gobierno en votaciones consideradas estratégicas para la gestión. Sin embargo, advirtió que el acuerdo sellado para cubrir cargos en la AGN excluyó deliberadamente a su partido, que había propuesto al ex ministro de Trabajo Jorge Triaca como candidato para uno de esos lugares. Para Wolff, esa exclusión marcó un quiebre en la lógica de cooperación que venía sosteniéndose en el Congreso.
Las designaciones finalmente recayeron en el kirchnerista Juan Ignacio Forlón y en Pamela Calletti, dirigente vinculada a gobernadores del PJ, lo que profundizó el malestar en el PRO. Según relató Wolff, el festejo del kirchnerismo contrastó con el desconcierto que se vivió tanto en su espacio como en sectores del oficialismo. En ese marco, señaló que dirigentes de peso, como Cristian Ritondo, también expresaron su enojo y coincidieron en que el episodio alteró el escenario político.
Más allá de los nombres propios, el conflicto dejó al descubierto un problema de mayor alcance: la fragilidad de los acuerdos parlamentarios en un contexto de mayorías ajustadas. La AGN, como organismo de control externo del Estado, suele ser un ámbito donde se buscan consensos amplios. La forma en que se resolvieron las designaciones, sin embargo, puso en cuestión esa tradición y encendió alertas sobre el funcionamiento institucional.
Hacia adelante, Wolff anticipó que el PRO trabajará para evitar que este tipo de situaciones se repitan. Señaló que la falta de explicaciones claras sobre cómo se gestó el acuerdo alimenta la desconfianza política y erosiona la credibilidad de las instituciones. En un clima ya atravesado por tensiones económicas y sociales, el episodio de la AGN suma un nuevo elemento de ruido a la relación entre el Gobierno y sus aliados, y abre interrogantes sobre la capacidad de sostener acuerdos estables en el Congreso.