RAFAELA R24N

Nubarrones negros en el horizonte presagian fuertes tormentas

La situación financiera y política que enfrenta el municipio es crítica y requiere una gestión proactiva y visionaria. Con un presupuesto inicial de más de 94 mil millones de pesos y un previsto superávit de 49 millones, las realidades económicas actuales obligan a una revisión exhaustiva de cada proyecto y programa planeado. Las declaraciones de la secretaria de Hacienda y Finanzas, Silvina Bravino, reflejan una preocupante necesidad de operar estrictamente según los ingresos reales, lo que indica la urgencia de una gestión más rigurosa que nunca.
La combinación del congelamiento de tributos y la caída en los ingresos proyectados por grandes empresas como Mercado Libre, que suma pérdidas potenciales de 2.600 millones de pesos, presenta un desafío monumental para el municipio. Mantener los servicios esenciales y las inversiones en infraestructura no solo es importante; es vital para el desarrollo y bienestar de la comunidad.
Un ejemplo claro de esta situación es el proyecto de inclusión de luminarias LED, que requiere una inversión initial de 1.200 millones de pesos en cinco años. Otros proyectos igualmente relevantes, como la construcción de la Escuela de Oficios y un plan de pavimentación, demandan inversiones significativas de 1.100 millones y 2.700 millones de pesos respectivamente. Nos enfrentamos a la clara evidencia de que una gestión deficiente en la recaudación y ejecución de gastos podría llevar al desfinanciamiento del Estado, un escenario que no podemos permitir.
Sin embargo, la decisión del Ejecutivo de no reformular el presupuesto a pesar de la reducción de recursos plantea interrogantes sobre su capacidad de priorización y gestión eficaz. La alternativa de un control de daños "en tiempo real" podría parecer lógica en un primer momento, pero acarrea un riesgo considerable: la paralización de proyectos críticos y la posible pérdida de confianza pública en la gestión municipal.
Es fundamental un enfoque integrado que combine el diálogo con el Concejo Municipal y la toma de decisiones audaces. En lugar de ajustes menores, es crucial establecer prioridades claras sobre qué programas deben ser salvaguardados o reducidos. No se trata solo de sobrevivir; se trata de prosperar en un entorno adverso.
El municipio se encuentra en una encrucijada. Necesita un liderazgo que no solo reaccione ante la crisis, sino que también tenga la visión de transformar estos desafíos en oportunidades. La capacidad de adaptación y la firmeza en la toma de decisiones serán claves para navegar las inciertas aguas de 2026. Solo con un enfoque estratégico y colaborativo se podrá asegurar un futuro sostenible para la comunidad.