¿Qué sucede con la distribución de las calificaciones de los estudiantes cuando usan IA?
En un estudio sobre la inteligencia artificial y su influencia en el análisis legal humano, Jonathan H. Choi, Amy B. Monahan y Daniel Schwarcz, todos de la Universidad de Minnesota, han encontrado información sobre cómo la asistencia de la IA, específicamente modelo de lenguaje GPT-4, afecta la calidad y la velocidad con la que los estudiantes de derecho pueden completar tareas legales.
Esta investigación se basa en el “primer ensayo controlado aleatorio” diseñado para evaluar estos efectos, y los hallazgos pueden generar un impacto en la manera en la que los abogados pueden usar la inteligencia artificial, específicamente en sus procesos de aprendizaje.
Aunque el estudio encontró que el acceso a GPT-4 produjo solo mejoras leves e inconsistentes en la calidad del análisis legal de los participantes, sí hubo un gran impacto y constante en el aumento en la velocidad de elaboración.
Choi expone que la “IA mejoró la calidad de la producción de manera desigual”, observando los mayores beneficios entre los participantes de menor habilidad, mientras que la asistencia de IA ahorró aproximadamente la misma cantidad de tiempo sin importar la velocidad base de los estudiantes. Algo que puede ayudar a democratizador la IA, al nivelar las opciones para aquellos que podrían carecer de ciertas habilidades jurídicas básicas.
La investigación reconfigura el debate sobre si la IA reemplazará a los abogados humanos o mejorará su eficiencia y satisfacción, cuestionando si tanto abogados como jueces deberían acoger la IA para realizar ciertas tareas legales o apartarla por ser poco confiable.
Hasta ahora, el estudio sugiere que la IA puede “mejorar significativamente la productividad y satisfacción, y emplearse selectivamente por abogados en áreas donde son más útiles”.
Para conseguir los resultados del estudio, los investigadores tomaron aleatoriamente 60 estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Minnesota y ver el impacto de la inteligencia artificial en tareas que se les asignaron a cada uno.
Allí encontraron que aunque la asistencia de IA mejoró la eficiencia en la realización de análisis legales sin degradar la calidad del producto final, podría servir como una estimación mínima de la capacidad de la IA para mejorar la eficiencia de los servicios legales.
Jonathan H. Choi resalta las implicaciones normativas de estos resultados para toda la industria de servicios legales, sugiriendo que tanto abogados como jueces, clientes y escuelas de derecho, deben “abrazar afirmativamente” las herramientas de IA y planificar un futuro en el cual estas se vuelvan omnipresentes.
Es crucial subrayar cómo los participantes en este estudio, que fueron estudiantes o recién graduados de una escuela de derecho altamente selectiva, podrían tener un nivel de habilidad más alto que el promedio, así como una mayor comodidad tecnológica que el abogado o estudiante de derecho promedio. Estas variables, junto con la naturaleza simplificada de las tareas asignadas, podrían ser determinantes en la interpretación de los resultados obtenidos.
Por último, Choi aborda las implicaciones normativas para abogados, clientes, jueces, escuelas de derecho y estudiantes de derecho en vista de la impredecible trayectoria de la IA generativa en la práctica legal.
Porque aunque se identifican evidentes beneficios en términos de eficiencia y satisfacción laboral, también se debe tener precaución con la IA y su posible impacto transformador, tanto para mejorar las tareas y capacidades existentes, como para limitar las expectativas y estándares que regules este tipo de uso.
Todo esto entrega un panorama en la que una profesión más tiene que adaptarse a los cambios que implicará el progreso de la IA. No solo pensando en que pueda ocupar el puesto de trabajo de los humanos, sino en cómo se puede potenciar para mejorar la calidad de los servicios al optimizar tiempos de entrega y cercanía de asesoramiento.
Con informacion de Infobae.