En Unidos temen que Maximiliano Pullaro fuerce una interna para elegir constituyentes de Santa fe

Una versión se esparce en Unidos para Cambiar Santa Fe en relación al proceso de reforma constitucional en ciernes: que Maximiliano Pullaro pretende una gran interna en la que cada partido de la coalición oficialista presente su lista y sean los votos, y no un acuerdo, los que terminen definiendo la nómina de todo el frente.

Surgió de una conversación de la que habrían participado el propio gobernador y Pablo Javkin, intendente de Rosario, entre otros. Fue dicha como al pasar, pero prendió todas las alarmas en Santa Fe y activó el diseño en cada espacio de un plan de acción ante esa posibilidad. En el gobierno de la provincia lo saben, pero le bajan el precio a la versión: “Hay muchas cosas que discutir antes, no podemos poner el carro delante del caballo”, dicen en la Casa Gris.

Pullaro esquiva referirse al tema de la reforma constitucional, donde se tratará también la reelección del gobernador y vice, que Santa Fe no la permite, así como el abanico de posibilidades que supone: desde fijar la cantidad de reelecciones que permitirá hasta si la habilita para el actual mandatario, que juró con una Constitución que no la contempla.


El gobernador deja que el proceso reformista avance a paso inexorable pero sin intervención desde el Ejecutivo, al menos públicamente. La estrategia es que lo encabece la conducción institucional de los partidos asociados a Unidos y que sea la Legislatura la caja de resonancia.
Suenan las alarmas en Unidos para Cambiar Santa Fe
La versión obligó a que los operadores contemplen la posibilidad de levantar la guardia. A nadie -salvo a Pullaro- le conviene ir a una interna. Con encuestas que le sonríen y siendo el dueño del pulso de la política santafesina, corre con el caballo del comisario, ya sea él quien encabece la lista de convencionales o alguien de su confianza.
El fiel de la balanza lo tiene el gobernador: “Así sea con elecciones o en una negociación, se va a imponer igual porque tiene un millón de votos y los va a tirar arriba de la mesa”, augura una figura no radical. Más brutal, la mano derecha de una de las figuras más importantes de la coalición oficialista repite a quien quiera oír que Pullaro se va a imponer, por lo que solo quedaría margen para negociar si la derrota es digna o indecorosa. La metáfora que usa es más gráfica.

Los dos partidos que cocinan la reforma en Santa Fe
Por lo pronto, el próximo martes habrá una reunión de todo el frente Unidos en la sede del Partido Demócrata Progresista en Rosario. Aunque el tema reforma no es el único en agenda, probablemente sea esa la ocasión en la que el radicalismo y el socialismo le extiendan a sus colegas de coalición -el PRO, CREO y el resto de los catorce partidos- la invitación a ser escuchados por las comisiones que ambos partidos conformaron.

No es casual que sean el PS y la UCR los que se pongan al frente y monopolicen el proceso de reforma: son los que más votos aportan en la Legislatura para sacar la ley que declara la necesidad de reforma y regula el proceso de elección de los convencionales. El partido de la rosa tiene su equipo armado, liderado por Raúl Lamberto, y ya tuvo encuentros oficiales con los boina blanca para que definan una brigada propia. Sin novedades en su composición aún, suenan figuras conocidas para integrarla, como el secretario de justicia Santiago Mascheroni.

El PRO, relegado a un segundo orden
Esa comisión de ambos partidos tendrá como primera misión trabajar en la unificación de los innumerables proyectos de ley de reforma que hay en la Legislatura -y que seguirán ingresando-. En el gobierno avisan que la propuesta que ingresó José Corral -un traje a medida de la candidatura de Pullaro a convencional- no solo no es la que apoya la Casa Gris, sino que incluso se le hizo llegar un pedido amable sobre la inconveniencia de que la presente, lo que fue desoído.

Si esto fuera una partida de truco, la discusión por la ley declaratoria es el primer chico en el que se juega la reforma. No solo la habilita, sino que entre muchos otros aspectos, puede definir cómo se eligen los 69 convencionales que marca la Constitución. ¿Todos por distrito único o habrá convencionales electos por departamento? ¿Se repartirán por sistema D'Hont? ¿Habrá internas, finalmente? ¿Qué boleta se usará? ¿O simplemente se usará el sistema electoral vigente de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias?

Una vez definida la estructura de la Convención, la idea es avanzar sobre el contenido de la reforma, para arribar a un núcleo de coincidencias básicas que primero suscribirán el socialismo y el radicalismo y, recién ahí, se abrirá al resto de Unidos. El detalle es que el PRO pierde terreno en la mesa de socios mayoritarios del espacio, un esquema que cuida obsesivamente Pullaro. Se atribuye esta decisión al escaso peso legislativo -tan solo tres votos- que tiene el macrismo santafesino. Una vez completado el proceso interno, buscarán el consenso del peronismo.

CON INFORMACION DE LETRA P.