Maximiliano Pullaro, Martín Llaryora, Rogelio Frigerio y el sueño de un presidente del Centro

“La Región Centro pone al próximo presidente”, repite con énfasis un consultor nacional. No hay un plan orquestado en consonancia, pero los gobernadores Maximiliano Pullaro, Martín Llaryora y Rogelio Frigerio trabajan en bloque para defender los intereses de la zona, como nunca antes.

No comparten partido, por ahora, pero los mandatarios tiene un objetivo común: poner sobre la mesa un debate de histórica inequivalencia. Pullaro, Llaryora y Frigerio observan que, después del kichnerismo y el macrismo, el sistema político argentino está en ruinas. También, que la victoria de Javier Milei es consecuencia de ello.

No solo eso. Además, ven que el Presidente repite un esquema que tiene al AMBA como centro neurálgico de la política y relega al interior. Para la Región Centro, ese estilo también está caduco y ahora hay que poner en el centro de la discusión un cambio en la matriz productiva del país, con el campo como líder -habrá que esperar detalles de la idea para entender por qué sería diferente una matriz productiva liderada por ese sector, dominante desde hace un siglo en la economía argentina-.


Los sectores prioritarios para Javier Milei
Milei ya eligió: priorizó el petróleo y la minería como sectores de la economía a favorecer. El enfrentamiento del kirchnerismo con el agro es ultraconocido y Macri sorprendió cuando aumentó retenciones. Entonces, hay un campo descreído, que se autopercibe vapuleado incluso por quienes había respaldado con todas sus fichas. Entre semana, en Radios Dos, la presidenta de la Sociedad Rural de Rosario, Soledad Aramendi, criticó con dureza a la Casa Rosada. "El Gobierno nos está robando", bramó, a raíz de la brecha cambiaria que – consideró - perjudica gravemente al mundo agropecuario.

La dirigencia de la zona núcleo machaca con que gran parte de la riqueza productiva del país proviene de la Región Centro y la zona recibe mucho menos de lo que produce. Agrega que sufre una fuerte discriminación en materia de subsidios al transporte, en comparación con el AMBA, y se queja de una incomprensión permanente de la potencia que tienen Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba en el enclave productivo.
“Estamos en un fin de época”, abreva, ante la consulta de Letra P, un entornista de Pullaro. Un escenario de estos requiere –sostiene– una revisión de lo dado, lo establecido. El radical lo aplica en sus pagos con su deseo de reformar a fondo la Corte Suprema. El análisis también se computa en la idea de romper con el entramado nacional que no le aportó crecimiento al país.

La apuesta de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos
¿Por qué apostar, entonces, por un modelo agotado? Si Milei, en su matriz política y económica, replica un sistema extractivista de recursos naturales, con el AMBA como franja máxima de interés, ¿por qué no promover uno nuevo? Con matices, eso preguntan Llaryora, Frigerio y Pullaro. Quieren expandir una matriz productiva e industrial al conjunto del país.

Desde que asumieron, lideraron varios reclamos al poder central. La crítica no se centra solo en Milei, es hacia la política cuya mirada "termina en la General Paz". Transporte, retenciones, biocombustibles, fondos coparticipables... la lista de demandas no es corta. Ninguna se hizo de manera aislada, siempre en bloque, en conjunto, para meter mayor presión y marcar la cancha. En diez días se vuelven a juntar en Rosario, en una actividad organizada por IDEA, previa al coloquio de Mar del Plata.

Intereses comunes de Maximiliano Pullaro, Martín Llaryora y Rogelio Frigerio
El interés común del trío no se limita a la matriz productiva que quieren ponderar. En una coyuntura que parece caminar por los extremos, Pullaro, Llaryora y Frigerio defienden un centrismo en el mapa político doméstico, pragmático, con amplias dosis de acuerdismo. Como muestra, basta un botón: el radical y el macrista tienen peronistas en su gabinete y el cordobés tiene al PRO en el Ejecutivo.

Comparten generación, dicen entender los debates que piden el presente y el futuro y reniegan de la grieta que rompió el sistema político nacional, aunque Pullaro y Frigerio llegaron al poder montados a la polarización con el kirchnerismo. En campaña se pusieron extremos, en gestión se moderaron. Parece ser una receta que se repite.

Hay una luz al fondo del túnel que alumbrará más temprano que tarde. Cada uno tiene vicisitudes y complejidades en sus terruños, pero el plan, el craneo está. Para cumplir con los deseos del consultor, pero sobre todo para romper un modelo que, sostienen a coro, tiene décadas de yerros sobre el lomo.

CON INFORMACION DE LETRA P.