RAFAELA Superoído

Alejandra explotó: "Ni el matón me vino a dar una mano"

Terminó la sesión y llegó a su escritorio exhausta, transpirada y por sobre todo con mucha bronca. Agarró una botella de agua y se tomó casi medio litro de golpe, miró a su alrededor y al no ver a nadie me dijo despacito, casi susurrándome al oído: "Son unas mierdas, son unas mierdas, estoy cansada y podrida de estas mierdas". Yo inocente la traté de consolar y le dije que ese era el rol de los muchachos de la CGT, que no lo tome tan a pecho, que se sabía que iba a ser una sesión caliente y que los ataques son propios de la política, pero no me dejó continuar y casi como para que la escuchen, ya sin querer disimular se despachó: "Noooo, las mierdas son los míos, los que me tienen que apoyar. Me dejaron sola y no es la primera vez, tuve que salir a defender los trapos ante estos matones, machirulos. Se me rieron hasta de mi forma de hablar y nadie salió a defenderme, estaban callados, parecían pintados. Yo se que uno dice ser amigo pero no lo es, pertenece a otro partido y juega para él, el otro todavía está tomando la teta y poco puedo esperar, y la otra es un ente que todos los días se pregunta que hace sentada ahí, encima "Karina Jelinek" se largó a decir boludeces y atacar a los de la CGT, y el Presi poco y nada puede hacer más que pedir orden,  pero me da bronca que ni siquiera "EL MATÓN", se haya dignado a defenderme, es una vergüenza", se despachó "la Ale" como nunca la vi.

Yo creía que terminaba ahí, pero no, la bronca era mucha y terminó con una frase escalofriante: "Esto viene mal, así es imposible, la soberbia de los hermanos es mucha y no se dan cuenta que la gente no es boluda. Nos tenemos que replantear muchas cosas o vamos a terminar como Alberto Fernández"