Los planes de Cristina Kirchner: Operativo Centralidad
Cristina Kirchner no cambia su estrategia: perfil bajo e irrupciones esporádicas para ganar el centro de la escena. Le funciona a la perfección. Sus apariciones se convierten en noticia y en materia de análisis de políticos, periodistas y militantes. Pero para que el plan funcione, necesita una contrafigura esencial. Y la tiene. Javier Milei se sube al ring ante cada uno de sus ataques y con sus idas y vueltas eclipsan al resto de la dirigencia. La vieja receta de la polarización.
Su última aparición comenzó con una carta al Presidente que tituló “Sigue siendo la economía bimonetaria, estúpido” y terminó, al cierre de esta edición, con una charla que dio el viernes 13 en la Universidad Nacional del Oeste, en Merlo.
Si bien gran parte de su última irrupción la dedicó a confrontar con la gestión de Milei, la ex presidenta sacudió también a los propios: hubo críticas para el peronismo y el sindicalismo. Cada uno leyó los párrafos que le dedicaban y salió a replantearse el rumbo. Las ideas de Cristina siguen ordenando al ala dura de la oposición.
Interna peronista.
“El peronismo se torció”, criticó la ex presidenta, dando varios ejemplos de lo que, considera, fue alejarse de los principios justicialistas. Uno de ellos, dedicado a Alberto Fernández. “El peronismo se desordenó”, protestó luego.
Más allá de la enumeración de errores del pasado, lo que a Cristina Kirchner le preocupa es el futuro. Y allí tiene una dicotomía que no puede solucionar: Axel o Máximo. El gobernador de Buenos Aires o su hijo, el líder de La Cámpora. No será fácil.
Las conversaciones en el PJ giran en torno a la presidencia. No la de la Nación (aunque hay equipos que ya trabajan para eso cerca de Kicillof) sino las del partido, que se realizarán en noviembre. Las nacionales y las bonaerenses.
Por eso, tras la reaparición de Cristina, Axel y Máximo miden fuerzas: Kicillof con un acto en Mar Chiquita, el sábado 14. Kirchner con un encuentro con la militancia, el viernes 20. Las diferencias entre ambos son irreconciliables y obligarán a la ex presidenta a tomar partido por alguno. A menos que ella sea la candidata.
La de Axel y Máximo es una batalla que empieza a tomar calor de cara a las internas partidarias, pero con el horizonte en las elecciones de medio término del 2025. Kicillof se juega a todo o nada: sin reelección en Buenos Aires, el único salto posible será la candidatura presidencial del 2027. Cristina monitorea ese cruce y cada vez que toma temperatura aparece para ordenar: con sus cruces con el Presidente les envía la señal de que el rival a vencer está afuera, no adentro.
En su última aparición, Cristina también le apuntó al sindicalismo. Les reprochó que apenas el 40 por ciento de los asalariados esté sindicalizado. Y esta vez fueron varios los que se animaron a confrontarla. Es el caso de Roberto Baradel, que aseguró que “le faltó profundizar”. O de Pablo Moyano, quien respondió que “las cartas de la ex presidenta no suman para nada”. Impensado en otros tiempos.
Ida y vuelta de Cristina y Milei.
Hace tiempo Cristina propuso el juego y Milei lo aceptó. Se reparten golpes, pero siempre arriba del cinturón. Los mensajes que aparecen en los tuits son chicanas que encienden al público de Twitter: la ex presidenta le reprocha el plagio en sus libros, el Presidente le pide que muestre el título de abogada. Pero lejos están de la preocupación de otros tiempos, cuando el ring estaba en Comodoro Py.
Las causas judiciales contra Cristina no son un dolor de cabeza por el momento. Ya no avanzan con la velocidad que tenían cuando Mauricio Macri era presidente. Tanto cambiaron los tiempos que incluso tiene la potestad de decidir, con sus votos, si convierte a los candidatos de Milei en ministros de la Corte Suprema.
Detrás de las chicanas del estilo de “deje de boludear en Twitter” o “póngase a gestionar”, los reproches de la ex presidenta hacia Milei son por el rumbo económico del país. El Presidente se prende: “Tomá nota, sacá el cuaderno y el lápiz y anotá”, le respondió durante un discurso que dio en Mendoza.
Cristina reapareció con el tópico económico justo en la previa de la presentación del Presupuesto 2025. Se aseguró de que Milei le siga el juego. Nada es casual.
Tras la reaparición, la ex presidenta volverá a la trinchera a esperar el momento justo para desplegar el próximo ataque. Mientras tanto, a falta de una renovación que enamore, su nombre empieza a sonar, otra vez, como una posible candidata para el 2025. Fogoneado, principalmente, por Máximo. Pero con chispazos aislados e insólitos, como el del ex dirigente de fútbol y figura de las redes sociales, Andrés Ducatenzeiler, que le pidió: “Jugátela, Cristina”. Desde allí, la militancia se sumó al pedido. Ya pusieron en marcha el operativo clamor.
* Para www.noticias.perfil.com