El Gobierno aprovechó las necesidades provinciales y profundizó las fisuras en casi todos los bloques opositores
El gobierno de Javier Milei pudo cantar victoria por partida doble ayer en el Congreso ya que, además de haber logrado defender el veto presidencial contra la ley de financiamiento universitario, también consiguió profundizar las fisuras internas de los principales bloques de la oposición.
A diferencia de lo que ocurrió con el veto a la reforma jubilatoria, esta vez los libertarios llegaron a la sesión sin ninguna certeza de éxito. No obstante, las negociaciones continuaron hasta los minutos previos y desembocaron en otra victoria simbólica para el Gobierno.
Dos días antes, la intervención directa de Mauricio Macri había logrado aplacar casi todas las diferencias internas dentro de la bancada del PRO, pero no pasaron desapercibidos los apoyos de los diputados Álvaro González y Héctor Baldassi, ambos cercanos al ex jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Otros diputados también tenían reparos, pero se ordenaron por disciplina partidaria. El tema fue incómodo para los legisladores amarillos desde un comienzo y muchos advirtieron que la tensión con la comunidad universitaria y los gremios había escalado innecesariamente debido a la mala praxis del Gobierno.
Fue necesario que tanto Mauricio Macri, como Cristian Ritondo y el ex ministro de Educación Alejandro Finocchiaro jugaran fuerte para ordenar a la tropa. De hecho, cerca del presidente del bloque revelaron que tanto Milei como el asesor Santiago Caputo y Lisandro Catalán le escribieron personalmente para agradecerle su apoyo.
No menos incómodo se sintió el radicalismo, que a pesar de haber impulsado el proyecto original y de que la educación pública es una de sus banderas históricas no logró alinear a toda la bancada y volvió a presenciar cómo cinco de sus diputados desafiaron la línea oficial del partido, incluso a pesar de las amenazas de expulsión. El cordobés Luis Picat, el correntino José Tournier, el misionero Martín Arjol y el tucumano Mariano Campero, rechazaron el proyecto, mientras que el neuquino Pablo Cervi esta vez decidió abstenerse, una jugada en el fondo también beneficia al oficialismo porque sube el umbral de votos necesarios para alcanzar la mayoría de dos tercios de los presentes.
Tras la sesión, algunos de sus compañeros analizaron que si no titubearon en pararse del lado del Gobierno en temas tan sensibles como las jubilaciones y las universidades, difícilmente dejen de acompañarlo en el futuro cercano.
Consolidar un núcleo duro de más de 80 legisladores entre libertarios, PRO, peronistas de Tucumán y radicales libertarios deja a la Casa Rosada bien posicionada ante nuevos vetos presidenciales. Es un escenario que gran parte del arco político da por descontado. Además, Milei también queda casi blindado ante un eventual juicio político, que también necesita una mayoría agravada de dos tercios.
Por otro lado, Francos, Lule Menem y Santiago Caputo convencieron a tres gobernadores clave para que abandonen la lógica de sus respectivos bloques y jueguen en pos de sus intereses locales. En los pasillos de la Cámara de Diputados varios legisladores reconocieron que “no había negocio” en cruzar al Gobierno justo cuando comienza a discutirse el Presupuesto 2025.
El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, le aportó a los libertarios la ausencia de Jorge Ávila, miembro de Encuentro Federal, sin avisar a sus compañeros de bloque. Incluso desde la provincia hicieron circular que Ávila estaba internado, lo cual fue desmentido con una sonrisa irónica por varios de miembros de la bancada. El bloque de Miguel Ángel Pichetto también padeció la ausencia de la cordobesa Alejandra Torres, esposa del ex titular de Anses, Carlos Giordano. En este caso, fue un desplante al gobernador Martín Llaryora (los diputados que le responden votaron en contra del veto).
“Entendemos que los gobernadores tienen una responsabilidad de gestión que los obliga a operar bajo otra lógica”, reconoció un diputado del espacio, que no ocultó cierta decepción con Torres.
Por su parte, Innovación Federal también votó dividido. Los salteños y rionegrinos apoyaron la ley de financiamiento universitario mientras que los cuatro misioneros que responden al gobernador Hugo Passalacqua y al líder del Frente Renovador de la Concordia Carlos Rovira, estuvieron presentes pero se ausentaron. En este caso, nadie consideró que se trate de un quiebre ya que el bloque en más de una oportunidad opera con cierta libertad de acción, dependiendo de los intereses de sus respectivas provincias.
La ausencia que generó el mayor cimbronazo político fue la de Fernanda Ávila. La catamarqueña fue el único miembro de Unión por la Patria que no rechazó el veto y no son pocos los que leen esa jugada como un indicio claro de que el gobernador Raúl Jalil analiza romper el bloque, siguiendo el mismo camino que los tres tucumanos que conformaron la bancada Independencia.
Al término de la sesión, un comunicado del PJ provincial dejó en claro que la interna quedó al rojo vivo: “La ausencia de una diputada de nuestro espacio, sin ninguna razón de fuerza mayor que lo justifique nos obliga a repudiar su comportamiento. Nos votaron precisamente para defender los valores que este gobierno destruye”. Un dato significativo es que Ávila estaba en el Congreso, acuartelada en su despacho.
“Son todas victorias pírricas”, analizó un referente de los dialoguistas, que supo tener un papel destacado en la aprobación de la Ley Bases. Según su visión, el Gobierno debería estar haciendo todo lo que tenga a su alcance para sumar nuevos apoyos y consolidar los que ya tiene; pero en cambio tensa la relación con el PRO hasta el extremo y desde lo discursivo sigue confrontando con el resto de la oposición dialoguistas. “Están colgados del travesaño con un tercio para defender los vetos, pero van 20 minutos de partido, se olvidan que faltan tres años de gobierno”, reflexionó.
En sintonía, otro legislador “del medio” vaticinaba un escenario cercano de nuevos vetos e insistencias que no hacen más que dañar la institucionalidad y también le pegan al Gobierno en el sector externo. “¿Quién va a querer invertir, por más que haya RIGI, en un país con esta crisis de institucionalidad, donde ni se respeta la división de poderes?”, analizó.
Principalmente con ausencias y abstenciones, un total de 12 diputados alineados con los oficialismos provinciales de Catamarca, Chubut, Córdoba, Misiones, Salta, Santa Cruz y Tucumán garantizaron la vigencia del veto de Milei.
“El gobierno jugó al fuerte y al filo del reglamento, como tienen que jugar los oficialismos”, reconocía con una sonrisa un experimentado referente del peronismo, aunque no ocultaba su enojo con el sector del radicalismo y los gobernadores que le permitieron a Milei cantar nuevamente victoria.
Fuente: Infobae