La Iglesia de Santa Fe pide "reconocimiento sin privilegios" en la Constitución provincial

El Arzobispado de Santa Fe expresó su respaldo al proceso de reforma constitucional para ponerla "más en consonancia" con la carta magna nacional y los tratados internacionales, y se pronunció por eliminar la cláusula de confesionalidad del Estado, propiciando un reconocimiento de la libertad de cultos, que a la vez contemple el rol histórico y actual de la Iglesia Católica.

En un documento firmado por el arzobispo Sergio Fenoy, el obispo auxiliar Matías Vecino, el Equipo Arquidiocesano de Pastoral Social y la Junta Arquidiocesana de Educación, dan cuenta del "gran consenso político" para avanzar con la reforma, y en particular en lo que respecta a la organización del Estado, fundamental para "los tiempos de grieta que estamos viviendo". Y mencionan allí "limitar los mandatos de legisladores y presidentes comunales, reformar la justicia, incluir nuevas instituciones como el Ministerio Público de la Acusación, el Consejo de la Magistratura y la Defensoría del Pueblo, entre otras".

Pero principalmente apuntan a la parte "doctrinal" de la Constitución, y específicamente al artículo 3, según el cual actualmente "la religión de la Provincia es la Católica, Apostólica y Romana, a la que le prestará su protección más decidida, sin perjuicio de la libertad religiosa que gozan sus habitantes".

"Sin pretender entrar en las motivaciones que impulsaron a aquellos constituyentes, o en la coyuntura histórica que los habrá conducido, lo cierto es que hoy semejante párrafo es inadmisible desde todo punto de vista", remarca el Arzobispado, subrayando que "la confusión del orden civil con el religioso es no sólo anacrónica, sino también errónea".

No obstante, advierte que esto no supone abrazar la posición radicalmente contraria, representada por el laicismo. Que, aclara (citando el documento Iglesia y Comunidad Nacional, de la Conferencia Episcopal en 1981), no es "una forma de encauzar un legítimo pluralismo religioso, sino la voluntad legalmente disimulada de impedir la inspiración cristiana de la cultura nacional". Y marca que esto, por ejemplo, podría desembocar en "la prohibición de la enseñanza religiosa en cualquier escuela, incluso las católicas, las evangélicas o las judías; no se podría visitar a los enfermos en los hospitales o a los presos en las cárceles, negándoles el derecho a recibir atención espiritual; o se deberían quitar de los espacios públicos todas las ermitas en las cuales los vecinos suelen descansar el corazón del agobio de la vida".

Ni sacro, ni laico
Por eso entiende que, entre los extremos de la confesionalidad y la laicidad, hay dos posibilidades intermedias, que se corresponden con la idea jurídica de secularidad: "la libertad religiosa que sostiene la paridad de todos los credos, y la libertad religiosa que reconoce la importancia histórica de la Iglesia Católica en la cultura y la identidad del pueblo santafesino".

"La solidaridad, el amor y el respeto por el otro, el valor de la comunidad, la importancia de la familia, el perdón, la igualdad, la libertad, el principio de la subsidiariedad, la participación, etc., son todos aportes que brotan del Evangelio traído a nuestras tierras desde 1573 por la presencia de la Iglesia. Piénsese también en el rol que la Iglesia tuvo en la gesta independentista y en la promulgación de la misma Constitución Nacional de 1853 aquí en Santa Fe. Sería desleal no reconocerlo", expone el documento.

En tal sentido, considera aceptable la idea de "paridad o igualdad de cultos", pero advierte sobre "la la injusticia que se cometería y la contradicción jurídica en la que se incurriría, habida cuenta de que la Constitución Nacional y el Código de Derecho Civil y Comercial prevén lo contrario".

En consecuencia, la Iglesia santafesina propicia que la redacción de la próxima Constitución "debería reflejar el respeto a la pluralidad de una sociedad que es precisamente plural en sus distintas expresiones religiosas. Debería, además de reconocer la justa autonomía de los dos órdenes, garantizar su cooperación".


Colaboración
Al respecto, deja en claro la distinción entre "sostenimiento del culto" (pago a ministros sagrados, construcción de templos, etc.) y "mutua colaboración" para las actividades en función del bien común. "El Estado no paga el sueldo de los curas. Salvo unas pocas capellanías y el debido mantenimiento de templos queson patrimonios históricos, no hay aportes del Estado Provincial a la Iglesia Católica. La asistencia a los necesitados, a los adictos o a los enfermos, y la educación de los niños y jóvenes, no es parte del sostenimiento del culto", aclara.

Por lo mismo, pone de manifiesto que "la Iglesia en Santa Fe tiene aproximadamente 800 institutos educativos en todos los niveles, con los que ha contribuido a la formación de generaciones enteras de santafesinos. Tenemos la primera escuela secundaria del país, la Inmaculada de los jesuitas. Además, contamos con casi 20 casas de recuperación de adictos, más la red enorme de las Cáritas parroquiales distribuida por todo el territorio, desde los barrios populares hasta los pueblos más remotos. En una sociedad que se jacta cada vez más de ser pluralista, sería lamentable que toda la educación y la promoción humana sea laica y esté monopolizada y homogeneizada por el Estado, sin que los padres puedan intervenir, y sin que otras instituciones –la Iglesia entre ellas– puedan hacer su aporte enriquecedor".

La otra agenda
A continuación tamibén sienta postura sobre "la incorporación de los derechos fruto de las luchas sociales de los últimos tiempos. La participación de las mujeres en la vida pública, el respeto por la diversidad cultural y racial, la perspectiva de género, entre otras, tienen que ser temas incorporados en el texto, pero no debería transformarse en una mirada única, bajo el riesgo de caer en otro sesgo de corte distinto. Una cosa son las perspectivas, y otra muy distintas la imposición de ideologías, que todo lo pretenden explicar con su óptica obtusa y cerrada.
"Hay otros temas que no podemos dejar de mencionar, aunque sea de pasada, pero que requerirían un debate y un trabajo prolongados, sin innecesarias precipitaciones. Nos referimos a la dignidad de la persona humana desde la concepción y hasta la muerte natural, al derecho a la objeción de conciencia en materia educativa y sanitaria, al valor del cooperativismo y al cuidado de la Casa Común, distinguiendo entre la dignidad de las personas y el valor de los demás seres vivos. ¡Qué gran gesto podría representar para todo el arco social si el año próximo se nos diera la posibilidad, a todas las instituciones y a todos los ciudadanos, de poder discutirlos!", añade.
Para concluir, el Arzobispado invita a procurar, por todos los medios, "contar con una Constitución valiosa para los santafesinos. O como diría el Papa: para 'todos, todos, todos' los santafesinos. Tal vez a la gran mayoría este tema los tiene indiferentes, pero terminará de una u otra manera influyendo en sus vidas cotidianas".

CON INFORMACION DE ELLITORAL.