Para Milei, Pullaro es "La piedra en el zapato"
A medida que nos acercamos al cierre de listas para las elecciones legislativas de octubre, el gobierno de Javier Milei intensifica sus negociaciones con gobernadores y actores provinciales. Sin embargo, el panorama en Santa Fe no es tan promisorio como en otras provincias: Maximiliano Pullaro, el gobernador, deja claro que no hay nada garantizado en esta colaboración.
Desde la Casa Rosada, hay una confianza desmedida en replicar acuerdos establecidos con figuras como Alfredo Cornejo en Mendoza o Rogelio Frigerio en Entre Ríos. Pero este optimismo contrasta con la realidad en Santa Fe, donde todo está en revisión y los incentivos para una alianza sólida son escasos. Esto revela una falta de comprensión de las dinámicas locales que, desde mi perspectiva, es un error estratégico relevante.
Pullaro navega en un mar de confusión política y presiones electorales. Su incapacidad para alinear totalmente a los socios del frente Unidos lo lleva a considerar la posibilidad de establecer convenios parciales o permitir que los partidos aliados actúen de manera independiente. Esta estrategia puede parecer pragmática, pero corre el riesgo de fracturar aún más su base. En un contexto electoral tan polarizado, parece que el espacio para una tercera vía se ha reducido a nada, dejando la contienda entre La Libertad Avanza (LLA) y una coalición de izquierda, que incluye kirchnerismo y peronismo.
Además, Pullaro enfrenta una presión adicional al intentar construir una identidad nacional con sus colegas radicales. Sin embargo, su enfoque se está inclinando hacia una narrativa más liberal sin dejar de hacer guiños al Partido Justicialista, lo que complica aún más su posición. Recientemente, se reunió con Claudio "Chiqui" Tapia, presidente de la AFA, un gesto que, aunque sorprendente, sugiere un intento de establecer alianzas que trasciendan el ámbito político tradicional.
Mientras tanto, el miércoles se llevará a cabo una reunión crucial entre Pullaro, Martín Llaryora, Ignacio Torres y Carlos Sadir. Juntos, intentarán avanzar en una agenda parlamentaria que se distancie de los intereses de la Rosada. En este sentido, el impulso a una liga federal que respalde proyectos gubernamentales—como la distribución de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y la coparticipación del impuesto a los combustibles—es una necesidad apremiante.
Adicionalmente, el posible veto de Milei al aumento de jubilaciones es una cuestión que está dividiendo al PRO, que recientemente selló acuerdos con los libertarios en Buenos Aires. Esto demuestra que, detrás de la búsqueda de alianzas estratégicas, existe una tensión interna que puede afectar la cohesión del bloque oficialista.
En resumen, la situación en Santa Fe es un microcosmos de las tensiones políticas nacionales. Pullaro busca equilibrio en un entorno cada vez más volátil, mientras Milei se esfuerza por consolidar su poder sin el desgaste de una lucha territorial. Efectivamente, ambos líderes están en una carrera contra el tiempo, y el éxito dependerá de su capacidad para navegar estas complejas dinámicas locales y estratégicas.