Fossati es presidenta por la ruptura entre Mársico y Viotti
Hace bastante tiempo que todo está mal. Los celos políticos han esmerilado la relación desde hace tiempo, pero el voto negativo de Mársico y Boidi a la intención desmedida y voraz de Viotti de seguir aumentando la Tasa municipal y de presionar a los rafaelinos con impuestos cada vez más caros fue la gota que colmó el vaso. Hoy la relación está quebrada y no parece existir posibilidad alguna de reconciliación.
A esto se le debe sumar la designación de Fernando Muriel en el gabinete del intendente, que parece tener más intenciones electoralistas futuras que argumentos sólidos para su incorporación. Mársico está dispuesto a dar pelea; quiere ser el candidato a intendente en las próximas elecciones y sabía que desde la presidencia todo se le iba a complicar. Ahora se siente liberado y lo que se anuncia es una independencia paulatina del ejecutivo, por lo que se podría decir, sin temor a equivocarnos, que el oficialismo hoy solo cuenta con Scavino como único "genuino" en el Concejo. Fossati seguirá callada, pero ahora desde la presidencia.
El Concejo que se viene va a ser mucho más plural; se terminó la mayoría automática que votaba todo lo que el ejecutivo quería, o ponía piedras en el camino cuando le tocó ser oposición. A partir de hoy comienzan a perfilarse aquellos que aspiran a la intendencia en 2027 y Mársico está más que inscripto. Sabe que a Viotti se le va a hacer imposible ser reelecto y tratará de hacer equilibrio para no romper, pero ayer avisó que tendrá independencia y que su objetivo es sentarse en el sillón de Giménez el 10 de diciembre de 2027. Ayer, comenzó a dar sus primeros pasos; a partir de ahora, Viotti le va a poner todos los palos en la rueda que pueda, como lo hace con todo aquel que piensa distinto. Pero atención, ninguno por ahora tiene en cuenta un nombre que no para de crecer en la ciudad: Fabricio Dellasanta.