El Senado se alista para debatir la reforma laboral entre negociaciones, alianzas y una pulseada por las comisiones
- La reforma laboral comenzará a debatirse la próxima semana en las comisiones de Trabajo y Presupuesto.
- LLA anticipa entre dos y tres jornadas de plenario y más de 100 pedidos de expositores.
- El Senado espera el avance del Presupuesto 2026 en Diputados para acelerar su propio dictamen.
- La disputa por comisiones vuelve a mostrar la importancia de bloques pequeños y monobloques.
- Luis Juez selló una alianza clave con LLA; el Frente de Todos mantiene disciplina interna.
- El debate será una prueba política para Bullrich y para la capacidad del oficialismo de conducir la agenda legislativa.
Tras el ingreso formal de la reforma laboral al Senado, el oficialismo comenzó a mover las piezas para acelerar la discusión parlamentaria de una iniciativa que considera clave. La intención de La Libertad Avanza (LLA) es iniciar el debate el próximo miércoles, aunque la confirmación del cronograma dependerá, como es habitual, de la reunión de Labor Parlamentaria prevista para el martes a las 11. Hasta ayer subsistían algunas dudas sobre el giro que tendría el proyecto, pero la situación quedó despejada cuando se resolvió enviarlo a las comisiones de Trabajo —cabecera— y de Presupuesto y Hacienda.
Desde el oficialismo admiten que el interés generado por la iniciativa es alto: ya hay alrededor de 100 pedidos de invitados para exponer en el plenario. Se estima un mínimo de dos o tres jornadas de debate, aunque el número final dependerá de lo que acuerden los jefes de bloque en Labor Parlamentaria. En paralelo, el Senado seguirá con atención el avance del Presupuesto 2026 en Diputados. Si la Cámara baja logra emitir dictamen y votarlo, se buscará acelerar un despacho en la Cámara alta hacia finales de la próxima semana, un desafío ambicioso pero que el oficialismo considera más accesible que la reforma laboral, pieza central de la agenda legislativa que Patricia Bullrich aspira a ordenar desde la presidencia del cuerpo.
El martes será, además, un día de definiciones institucionales: se espera una resolución sobre la integración de las comisiones que trabajarán durante las sesiones extraordinarias convocadas por el Ejecutivo, vigentes hasta el 30 del mes. El armado de comisiones vuelve a colocar en primer plano el rol de los bloques pequeños y de los monobloques, fundamentales para inclinar la balanza en un Senado que, con 72 bancas, no le garantiza mayorías automáticas a ninguna fuerza.
Hoy, la primera minoría sigue siendo el kirchnerismo, con 28 senadores. Le sigue La Libertad Avanza con 21 —a la espera de la asunción de Enzo Fullone en reemplazo de Lorena Villaverde, que renunció antes de jurar— y más atrás la Unión Cívica Radical, con 10. Este reparto obliga al oficialismo a una ingeniería fina para asegurarse los lugares necesarios en comisiones estratégicas, tal como quedó demostrado durante la experiencia legislativa 2023-2025.
Buena parte de ese trabajo inicial fue posible gracias al equipo parlamentario del Senado, una de las áreas que Victoria Villarruel decidió no modificar al asumir la vicepresidencia. Tras meses de dificultades para proyectar conducción política, la vicepresidenta intenta consolidarse en un terreno donde el oficialismo necesita precisión quirúrgica. También fue clave el aporte de aliados externos como Juan Carlos Romero, el experimentado senador peronista disidente que concluyó su mandato hace pocos días y que, durante el último año, facilitó varios acuerdos decisivos.
Una de las jugadas que reconfiguró el mapa reciente fue la decisión del cordobés Luis Juez de salirse del PRO, regresar al Frente Cívico y conformar un interbloque junto a LLA. El oficialismo celebró esa maniobra: “Me alegra tenerlo cerca: un hombre de convicciones firmes, decente y que siempre está del lado de los cambios profundos que la Argentina necesita. Nuestro equipo se fortalece con un Senado decidido a empujar las reformas y a construir un país ordenado y libre. Vamos con todo”, expresó Bullrich en redes sociales, marcando un respaldo explícito a su incorporación.
Del otro lado del espectro, el Frente de Todos mantiene cohesionado su bloque de 28 legisladores bajo la conducción del formoseño José Mayans. Pese a tensiones internas, ningún senador decidió romper y todos siguen alineados detrás de las directivas de Cristina Kirchner, quien cumple prisión domiciliaria. En los últimos días se mostraron en actividades con la CGT y la CTA, reforzando su postura de rechazo a la reforma laboral. Su expectativa es bloquear el proyecto, tal como ocurrió meses atrás con el intento de aprobar la ley de Ficha Limpia.
Con este escenario, el inicio del debate de la reforma laboral promete convertirse en una prueba mayor para el oficialismo. Entre negociaciones por comisiones, exposiciones en plenario y el rol decisivo de los bloques bisagra, el Senado se prepara para una pulseada que definirá no solo el futuro del proyecto, sino también la capacidad real del Gobierno para imponer su agenda en el Congreso.