ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior

Dólar bajo la lupa: a cuánto abrirá el tipo de cambio oficial este lunes

  • La inflación de noviembre superó el 2% y reactivó la tensión económica
  • El dólar oficial avanza al 1% mensual y profundiza el atraso frente a los precios
  • El mercado recalibró tasas y volvió a cubrirse con bonos CER
  • El Bonar 2029 marcó el regreso gradual a la deuda en dólares
  • El Gobierno avanza hacia una flexibilización parcial del cepo para empresas
  • La sostenibilidad del esquema depende de sumar dólares y evitar sobresaltos

Con la inflación de noviembre consolidada por encima del 2%, el escenario económico argentino volvió a tensarse y reactivó una preocupación central para el mercado: la sostenibilidad del esquema cambiario actual. La calma relativa que había seguido a las elecciones de octubre comenzó a desdibujarse con el último dato del índice de precios, que puso en duda las expectativas de desinflación y obligó a operadores financieros y fondos de inversión a recalibrar sus estrategias.

El foco está puesto en la creciente divergencia entre un dólar oficial que avanza a un ritmo máximo del 1% mensual y una inflación que, como mínimo, duplica esa velocidad. Esa brecha entre el ancla cambiaria y la dinámica de precios genera incomodidad en la City, donde se multiplican las preguntas sobre cuánto tiempo puede sostenerse un esquema con el tipo de cambio nominal retrasándose frente al costo de vida real.

La reacción del mercado no tardó en llegar. Las tasas de interés se ajustaron y los instrumentos de cobertura, en especial los bonos atados a inflación (CER), recuperaron atractivo. La lógica es clara: ante la percepción de que el atraso cambiario podría profundizarse, los inversores buscan protegerse frente a una inflación que muestra mayor persistencia de la esperada.

En ese contexto, el precio del dólar oficial para el inicio de la semana quedó definido. En el Banco Nación, la divisa abrirá a $1.465, cinco pesos por encima del cierre de la semana anterior. Valores similares se replican en la mayoría de las entidades financieras, mientras que el dólar blue comenzará la semana en torno a los $1.445. En el segmento financiero, el contado con liquidación se ubicará cerca de los $1.504 y el MEP alrededor de los $1.474, reflejando una brecha que sigue siendo un termómetro de las expectativas.

En paralelo a esta dinámica, el Gobierno dio un paso relevante en su estrategia de normalización financiera con la emisión del Bonar 2029, el primer título soberano en dólares colocado en casi ocho años. Más allá de las críticas iniciales por el monto y la tasa, en el mercado se interpretó la operación como una señal positiva: un intento gradual de recuperar acceso al financiamiento y de avanzar en el ordenamiento del frente externo. Los u$s1.000 millones captados y la tasa del 9,26% fueron leídos como un test al mercado, más que como una apuesta definitiva.

Analistas coinciden en que esta colocación puede ser parte de una hoja de ruta más amplia que incluya el regreso a los mercados internacionales de deuda y, eventualmente, el desarme final del cepo cambiario. La clave, señalan, es el orden de los pasos: primero asegurar el rollover de la deuda en dólares y luego avanzar en la liberalización total del mercado de cambios, para evitar episodios de volatilidad como los vividos en experiencias pasadas.

En esa línea, el Gobierno ya anunció una flexibilización relevante a partir del 1° de enero de 2026: las empresas multinacionales podrán volver a girar utilidades al exterior sin restricciones. La medida apunta a normalizar uno de los frentes más sensibles del cepo, aunque seguirá vigente la prohibición para la compra de dólares con fines de atesoramiento por parte de empresas. El impacto sobre las reservas genera debate, pero estimaciones privadas sugieren que no sería significativo en el corto plazo.

Mientras tanto, el equilibrio entre inflación, dólar y reservas sigue siendo frágil. Con precios que vuelven a acelerarse y un tipo de cambio oficial contenido, el mercado observa con atención cada movimiento del Gobierno, consciente de que la estabilidad dependerá, en gran medida, de la capacidad de acumular dólares sin desatar nuevas tensiones.