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Pichetto cuestionó el Presupuesto y advirtió sobre un clima de provocación institucional

  • Pichetto criticó el Presupuesto por avanzar sobre leyes vigentes y desautorizar al Congreso.
  • Cuestionó artículos incorporados a último momento sobre discapacidad y financiamiento educativo.
  • Rechazó esquemas de atraso cambiario y alertó sobre su impacto en la industria y el empleo.
  • Advirtió que el sistema de bandas y el dólar bajo favorecen importaciones y turismo emisivo.
  • Denunció un clima de provocación institucional y falta de diálogo político.
  • Alertó que sin consensos amplios, las reformas económicas y laborales serán inestables.

El diputado nacional Miguel Ángel Pichetto lanzó duras críticas al Gobierno nacional al considerar que el Presupuesto y el programa económico desconocen leyes vigentes, afectan a la producción y deterioran el funcionamiento institucional. En declaraciones radiales, el legislador alertó además sobre un clima de provocación política que, según afirmó, erosiona consensos básicos y debilita el rol del Congreso en la toma de decisiones estratégicas.

Durante una entrevista con Pablo Duggan, Pichetto puso el foco en artículos incorporados al proyecto presupuestario a último momento, que —a su entender— avanzan sobre normas ya sancionadas por el Parlamento. En ese sentido, advirtió que se intenta modificar o derogar, por la vía indirecta del Presupuesto, leyes vinculadas a discapacidad y al financiamiento educativo. Para el diputado, ese mecanismo implica una desautorización del Congreso, ya que se desconocen decisiones adoptadas previamente por mayorías parlamentarias.

El legislador sostuvo que el Presupuesto no puede convertirse en una herramienta para alterar el orden jurídico ni para condicionar derechos reconocidos por leyes específicas. Desde su perspectiva, ese tipo de maniobras debilita la institucionalidad y refuerza la idea de un Ejecutivo que avanza sobre atribuciones del Poder Legislativo. “Cuando se incorporan artículos de este tipo, el mensaje es que lo que el Congreso vota después puede ser borrado por una planilla presupuestaria”, deslizó.

Pichetto también dedicó buena parte de sus cuestionamientos al programa económico y al debate público en torno al tipo de cambio. Con una frase provocadora, señaló que en la Argentina “nos gusta bailar con el verdugo”, en referencia a la reaparición de economistas y enfoques que, según su visión, ya fracasaron en el pasado. En ese marco, rechazó los esquemas de dólar fijo o de atraso cambiario, al advertir que suelen tener efectos negativos sobre la industria nacional y el empleo.

En relación con el actual sistema de bandas cambiarias, el diputado expresó reparos y advirtió que el nivel del tipo de cambio genera distorsiones en la economía real. Según explicó, un dólar relativamente bajo incentiva el turismo emisivo y abarata las importaciones, lo que termina afectando la competitividad de la producción local. En ese escenario, señaló que se pierden puestos de trabajo y se profundiza la fragilidad de sectores industriales que ya enfrentan dificultades estructurales.

Pichetto también cuestionó la apertura comercial impulsada por el Gobierno y sostuvo que, tal como está planteada, beneficia de manera desproporcionada a plataformas extranjeras y a empresas del exterior, en detrimento del mercado interno. A su entender, sin una estrategia de desarrollo que proteja a la producción nacional, la liberalización puede derivar en un proceso de desindustrialización y mayor dependencia.

En el plano legislativo, el diputado fue especialmente crítico del vínculo entre el Ejecutivo y el Congreso. Calificó como un “acto de provocación” la idea de penalizar o condicionar a los legisladores que impulsen leyes sin respaldo presupuestario explícito. Para Pichetto, el camino debería ser el diálogo político y la reasignación de partidas, y no la imposición de límites que restrinjan la capacidad deliberativa del Parlamento.

Finalmente, el dirigente advirtió sobre los riesgos de avanzar con leyes aprobadas por márgenes muy estrechos y sin acuerdos amplios. Según sostuvo, ese tipo de normas nacen débiles y quedan expuestas a la judicialización y a la inestabilidad jurídica. En particular, cuestionó la posibilidad de impulsar reformas laborales de amplio alcance sin consenso social y político. En su cierre, dejó una advertencia clara: sin acuerdos básicos y sin respeto institucional, el rumbo económico carece de sustentabilidad en el mediano plazo.