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Mensaje navideño, balance interno y tensión política: Macri busca ordenar al PRO en un vínculo en crisis con La Libertad Avanza

  • Macri difundió un mensaje navideño con balance político y llamado a la unidad del PRO.
  • Reconoció que 2025 fue un año difícil y reivindicó la resiliencia del espacio.
  • Destacó las gestiones del PRO en provincias y municipios como marca identitaria.
  • La relación con La Libertad Avanza atraviesa su momento más tenso tras el conflicto en Diputados.
  • La designación de auditores en la AGN sin consenso fue leída como un quiebre institucional.
  • El PRO anticipa una relación más fría con el oficialismo y negociaciones caso por caso.

En medio de un escenario político marcado por redefiniciones, el ex presidente Mauricio Macri difundió este miércoles un mensaje navideño con un doble destinatario: la militancia y dirigencia del PRO, pero también los socios circunstanciales de La Libertad Avanza. El saludo, presentado en formato de video, combinó un tono reflexivo con definiciones políticas que buscan reposicionar al partido amarillo tras un año complejo, atravesado por derrotas electorales, reconfiguración interna y una relación cada vez más tensa con el oficialismo libertario.

Macri reconoció que 2025 fue un año “con momentos difíciles” que obligaron a su espacio a “pensar, revisar y aprender”. En ese marco, apeló a una narrativa de resiliencia política: “Los cambios profundos no se construyen sin obstáculos, y los equipos que creen en el cambio no se quiebran, se fortalecen”, afirmó. El mensaje buscó reforzar la identidad del PRO como fuerza transformadora, más allá de su actual posición minoritaria en el Congreso.

El exmandatario también hizo un balance más amplio sobre el sentido de la actividad política. “La política no es solo ganar elecciones; es transformar la vida de la gente”, sostuvo, al tiempo que reivindicó las gestiones provinciales y municipales del PRO. Según Macri, allí se mantiene vigente una “certeza”: cuando su partido gobierna, “las cosas cambian”, a partir de una lógica de gestión cotidiana basada en escuchar, resolver y avanzar.

De cara al futuro, el líder del PRO insistió en que el compromiso del espacio no está atado a los resultados electorales inmediatos, sino a una vocación de cambio de largo plazo. “Nuestro compromiso no es con un resultado electoral, sino con cada argentino que espera un Estado que funcione y una oportunidad para crecer”, señaló, en un mensaje que buscó sostener la cohesión interna y proyectar optimismo. El cierre apeló a la unidad y a una mirada hacia adelante, en un contexto que definió como “más desafiante y lleno de oportunidades”.

Sin embargo, el tono conciliador del mensaje contrastó con la dura realidad política que atraviesa el PRO. El año estuvo signado por una pérdida de peso legislativo y por la necesidad de redefinir su identidad frente a La Libertad Avanza, con quien comparte electorado y con quien tejió alianzas electorales en al menos diez provincias. Esa convivencia, pragmática en algunos distritos, se volvió frágil en el plano nacional.

El último punto de quiebre se produjo en la Cámara de Diputados durante la sesión en la que se avanzó con la designación de nuevos integrantes de la Auditoría General de la Nación. La maniobra, que contó con un acuerdo entre La Libertad Avanza y el kirchnerismo, desató un fuerte malestar en el PRO. Dirigentes cercanos al presidente del bloque, Cristian Ritondo, hablaron sin rodeos de una “relación rota” y de una pérdida de confianza difícil de revertir.

La designación de auditores sin consenso amplio fue interpretada por el macrismo como una señal de deterioro institucional. Legisladores del PRO cuestionaron que la AGN pueda cumplir un rol de control efectivo si sus integrantes responden a una mayoría circunstancial. En ese diagnóstico, la votación marcó un antes y un después: desde ahora, anticipan, la negociación con el oficialismo será “ley por ley y tema por tema”.

Macri siguió de cerca el desarrollo de esa sesión y, según trascendió, evaluó alternativas propias para la AGN que finalmente no prosperaron. En su entorno apuntan responsabilidades directas al presidente de la Cámara, Martín Menem, y al asesor presidencial Eduardo “Lule” Menem, a quienes acusan de haber cerrado acuerdos con gobernadores del norte y con el kirchnerismo. Para el macrismo, el episodio no solo dañó el vínculo político, sino que envió una señal negativa hacia afuera, al afectar la credibilidad institucional del país.

En ese marco, el mensaje navideño de Macri aparece como un intento de reordenar al PRO, reafirmar su identidad y dejar en claro que, aunque dispuesto a acompañar reformas, el partido no está dispuesto a diluirse ni a resignar su rol frente a un oficialismo con el que la convivencia se volvió cada vez más áspera.