Un asado por la reconciliación
El asado celebrado el lunes por la noche entre los ministros de la Corte Suprema de Santa Fe y el gobernador Maximiliano Pullaro es un símbolo revelador de la mejora en las relaciones entre el Ejecutivo y el máximo tribunal. Este encuentro informal contrasta notablemente con el tenso desayuno que tuvo lugar en septiembre de 2024, donde las diferencias y conflictos eran evidentes. A través de un gesto tan sencillo como compartir una comida, se ha comenzado a sellar una especie de "paz" que podría marcar un cambio significativo en la dinámica entre ambos poderes.
La cena fue organizada por el presidente de la Corte, Roberto Falistocco, una iniciativa que subraya la necesidad de colaboración y entendimiento. La ausencia de Eduardo Spuler por motivos personales no desmerece la trascendencia de este encuentro. El ambiente, lejos de la formalidad y la rigidez que muchas veces caracterizan estas interacciones, propició un diálogo abierto y constructivo. Los asistentes coincidieron en que se trató de una reunión cordial que permitió hablar sobre temas cruciales, entre ellos, el fortalecimiento del fuero laboral, un aspecto que difícilmente puede ser ignorado dada la creciente acumulación de casos y demandas en Santa Fe.
Sin embargo, no podemos obviar que la anfitrionía de Pullaro se produce tras un período de tensiones y desencuentros. El clima distendido de esta reunión se alejó de las frías interacciones del pasado reciente, como el desayuno en la Casa Gris donde el entonces juez Gutiérrez se mostró reacio a aceptar las críticas y demandas del gobierno. La situación actual, con varias renuncias de jueces en el horizonte y un próximo recambio en la Corte, parece haber proporcionado un "nuevo oxígeno" a la relación, según admiten funcionarios del gobierno. No obstante, el silencio respecto a la recusación de cuatro ministros de la Corte por la Fiscalía de Estado sugiere que, a pesar del clima conciliador, existen tensiones subyacentes que no se han resuelto.
Es innegable que la agenda judicial de la provincia requiere atención urgente. Los ministros discutieron la carga de trabajo en los fueros Laboral y de Familia, que ha ido en aumento y que exige una respuesta rápida y eficiente. Aquí, la receptividad del gobernador y la claridad de la Corte sobre sus necesidades y vacantes indican que hay un camino hacia adelante. Sin embargo, queda la pregunta de cuán profundas serán estas reformas y si realmente se llevarán a cabo o si quedarán en el ámbito de buenos deseos.
El intercambio de anécdotas y vivencias del pasado pone de relieve que, más allá de los aspectos técnicos de la gestión, la relación interpersonal y el entendimiento mutuo son elementos esenciales para construir puentes entre sectores a menudo enfrentados. Al final, no es solo cuestión de vacantes y leyes; se trata de una construcción colectiva que implica a todo un sistema judicial en evolución y a un liderazgo que busca ser receptivo, aunque todavía con cautela.
Este asado, por tanto, es un primer paso positivo, pero no debe ser visto como un cierre definitivo de conflictos. La tarea que tienen por delante, tanto el gobierno como la Corte, es monumental y requerirá no solo voluntad política, sino también un compromiso real con la justicia y el bienestar de los ciudadanos de Santa Fe. La historia de esta provincia sigue escribiéndose, y cada reunión cuenta en el proceso de forjar un futuro más cohesionado y justo.