Dólares urgentes y fuentes no tradicionales: el Tesoro recurre al mercado financiero para cumplir con sus compromisos
- El Tesoro necesita reunir unos u$s2.000 millones para afrontar un vencimiento clave el 9 de enero
- El ingreso de dólares proviene principalmente de la cuenta financiera y no del sector agroexportador
- Las emisiones de Obligaciones Negociables alcanzaron montos récord tras las elecciones legislativas
- El riesgo país por debajo de los 600 puntos facilitó el regreso al financiamiento externo
- En diciembre, el Tesoro compró dólares pero también realizó ventas puntuales que sorprendieron al mercado
- La estrategia oficial prioriza la estabilidad cambiaria y la demanda de deuda en pesos
El Ministerio de Economía enfrenta un desafío inmediato: reunir los dólares necesarios para afrontar el vencimiento de deuda del próximo 9 de enero. Luis Caputo necesita asegurar alrededor de u$s2.000 millones adicionales para completar el pago, una cifra que en el mercado se da por descontada, aunque persisten interrogantes sobre el origen de esas divisas. Lo que sí parece claro es que, a diferencia de otros momentos de la historia reciente, los dólares no provienen de las fuentes tradicionales.
El aporte del sector agroexportador, históricamente el principal proveedor de divisas, quedó en un segundo plano. Ni siquiera la cosecha récord de trigo, valuada en torno a los u$s5.400 millones, logró convertirse en el motor central del ingreso de dólares. Tampoco tuvo un impacto decisivo la soja almacenada en silobolsas, que comenzó a liquidarse luego de la suspensión temporal de las retenciones en septiembre. El escenario actual muestra un cambio de patrón: el canal financiero pasó a ocupar el rol protagónico.
Durante las últimas semanas del año, el ingreso de dólares estuvo encabezado por la cuenta financiera. Las emisiones de Obligaciones Negociables (ON) por parte de empresas privadas, especialmente en los mercados internacionales, se convirtieron en la principal vía de financiamiento externo. A eso se sumaron colocaciones sub soberanas y flujos de inversión financiera impulsados por la expectativa positiva que generó el nuevo escenario político tras el triunfo de La Libertad Avanza en las elecciones legislativas.
Ese clima se reflejó en la evolución de los indicadores de riesgo. El riesgo país descendió por debajo de los 600 puntos, un nivel que no se veía desde hacía años y que habilitó el regreso de emisores argentinos al mercado internacional. Según un informe reciente, solo en noviembre se registraron colocaciones por u$s4.246 millones, a las que se agregaron u$s1.777 millones adicionales en lo que va de diciembre. Para los analistas, este flujo explica buena parte del oxígeno financiero que recibió el Tesoro en la recta final del año.
En paralelo, la dinámica del mercado cambiario mostró señales mixtas. Durante diciembre, el Tesoro acumuló compras netas estimadas por u$s408 millones en el Mercado Libre de Cambios, un promedio diario de u$s29 millones, superior al registrado en noviembre. Sin embargo, esos números quedaron lejos de los meses atravesados por ingresos extraordinarios del agro, como junio o septiembre, cuando la baja o eliminación de retenciones generó un fuerte adelantamiento de liquidaciones.
La sorpresa llegó en la antesala de las fiestas, cuando el Gobierno apareció vendiendo dólares en algunas ruedas cambiarias. Aunque el Banco Central no intervino de manera directa en el mercado spot, sí se observaron ventas de instrumentos dólar linked y futuros, con el objetivo de sostener la cotización dentro de un corredor acotado. En paralelo, el Tesoro habría utilizado parte de los dólares adquiridos previamente para atender la demanda de deuda en pesos, reforzando el ancla cambiaria como factor de estabilidad financiera.
Según estimaciones privadas, las ventas del Tesoro habrían alcanzado los u$s241 millones, distribuidas en dos jornadas consecutivas a mediados de diciembre. La maniobra generó comentarios en el mercado, que interpretó estas intervenciones como una señal de que la estrategia oficial prioriza el sostenimiento de la demanda de deuda en moneda local, aun a costa de resignar parte de las divisas acumuladas.
Con el vencimiento de enero en el horizonte, el panorama muestra un Gobierno que depende cada vez más del humor financiero y de la capacidad de captar dólares vía mercados de capitales. La disponibilidad de fondos no parece estar en duda, pero la sustentabilidad de este esquema abre interrogantes hacia adelante, especialmente en un contexto donde el aporte genuino del comercio exterior sigue siendo limitado y el equilibrio cambiario se sostiene con intervenciones puntuales.