En medio de la avanzada libertaria desde el Ejecutivo, el Senado intenta crear ventanas de racionalidad para agilizar la actividad del Congreso. Con ese objetivo, el oficialismo propuso una mini tregua al kirchnerismo, que comanda el formoseño José Mayans, para destrabar el trabajo en la Cámara alta y dar luz verde a todas las comisiones.
Para comprender el contexto de este movimiento hay que retrotraerse al 13 de diciembre pasado, cuando un conglomerado del oficialismo y la oposición no kirchnerista votó autoridades y empujó una repartija sobre la integración de comisiones que relegó del esquema de poder al Frente de Todos, que es la primera minoría en el Senado, con 33 legisladores. Es decir, a cuatro del quórum propio.
Dicha votación dejó al denominado grupo de los 39 -cada más más alejado ese número de la realidad- con 11 butacas, en las comisiones de 19; y 10, en las de 17. En las fallidas sesiones extraordinarias, el kirchnerismo envió representantes; para las ordinarias que se iniciaron el 1 de marzo, no. De hecho, el oficialismo tuvo complicaciones días atrás que recién pudo resolver esta semana.
El último miércoles llamó la atención que, en algunas comisiones que tuvieron luz verde, aparecieron 10 legisladores del oficialismo y la oposición no kirchnerista, en vez de 11. Ante consultas realizadas por este medio, desde un despacho de la Cámara alta reconocieron que dejaron algunos lugares extra para el Frente de Todos, con el objetivo de lograr un entendimiento en cuanto a la integración. El combo se completaría con la presidencia de 10 comisiones, motivo de consulta en la bancada de Mayans, que responderá la semana próxima.
La propuesta en cuestión se da en medio de quejas de gobernadores que se acumulan en el anotador de Mayans. En un Zoom realizado días atrás, los mandatarios provinciales reconocieron hartazgos ante la falta de fondos para afrontar las gestiones locales. A este embrollo hay que sumarle las crisis oficialistas, como la que tuvo el bloque de diputados y la partida de Oscar Zago como jefe libertario en la Cámara baja. En los próximos días debe dictaminarse allí la fileteada Ley Ómnibus.
Otro problema que se suma en la Cámara alta es la bronca de la oposición no kirchnerista sobre las formas del Ejecutivo y las acciones del oficialismo, en general, en el Congreso. “Insultan a la ‘casta’ pero, si ésta hubiese estado presente, la ley ómnibus no volvía a comisión, el DNU no se rechazaba en el Senado y tampoco tendríamos comisiones trabadas. Ahí está La Libertad Avanza, con crisis en Diputados a horas de discutir la ley de ‘bases’”, pinceló un legislador de peso a Infobae.
En tanto, desde otro despacho de poder aseveraron que “la finalidad de todo esto es que los DNU sigan vigentes”. En esa línea, agregaron: “Todavía está vigente el que desregula la economía, días atrás activaron el de las jubilaciones y ahora metieron el que libera los precios de internet y cable. Vamos a ver cuánto tarda -el ministro de Economía, Luis- Caputo en salir a criticar al sector”.
La posibilidad de sesionar en el Senado parece, por ahora, lejana. Sólo se sabe que, en principio, el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, daría su informe de gestión el 8 de mayo próximo. El oficialismo todavía no puede aprobar a sus embajadores políticos. Por caso, los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano, que responden al gobernador, Claudio Vidal, ya avisaron que no aportarán votos para ese tema. Dieron a entender que “si no hay plata” para las provincias, el Ejecutivo tendría que haber utilizado al personal de carrera de la Cancillería.
CON INFORMACION DE INFOBAE.