La calculadora legislativa de Milei

OPINIÓN04/11/2024 Mauricio Cantando*
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Javier Milei tiene motivos para estar desorientado. Las encuestas que le llegan muestran un repunte de su imagen, después de un derrumbe en septiembre que había sido motivo de preocupación. Aún así, en el Congreso el panorama para sancionar leyes se complicó como nunca para la administración libertaria.

Una mayoría opositora marca la agenda en la Cámara de Diputados y dificulta la negociación del Presupuesto 2025, que Milei quiere sancionar antes de fin de año. Por si fuera poco, el Senado está cerrado por la pelea del binomio presidencial y el intempestivo despido de 56 agentes que rompió el vínculo de Victoria Villarruel con todos los bloques políticos.

Harto de los outsiders, el Presidente se enfoca en una negociación con la casta que administra las provincias y, como era de esperar, le piden plata. La discusión del Presupuesto 2025, de esta manera, se convirtió en un intercambio de borradores sobre gastos e ingresos, con chances de terminar en decenas de vetos parciales de Milei.

En la Casa Rosada son más discretos y, a diferencia de lo ocurrido con la ley Bases, esta vez evitan que las contraofertas se filtren a tiempo real. En el oficialismo reconocen que sin la ley de leyes sancionada, el veranito financiero podría entrar en un impasse.

El éxito del blanqueo despeja gran parte de esos fantasmas. En el peronismo empezaron a mirarse sorprendidos: si, cepo mediante, Milei logra que los U$S 20 mil millones que ingresaron permanezcan un tiempo en el sistema, la paz cambiaria seguirá firme. Los sojeros desarman los silos por temor a una apreciación cambiaria mayor. De película.

Los libertarios festejan. “Si mejoramos más la ecuación energética los dólares van a sobrar siempre. Sólo falta que crezca el salario y bajen mucho algunos precios”, repiten en el Congreso. La oposición dura descree de ese diagnóstico y estima que sin más empleos y salarios dignos, la imagen presidencial caerá tarde o temprano.

Los decretos de Javier Milei

La hostilidad que afronta el mandatario en el Parlamento puede dejarlo atado de pies y manos si no reacciona a tiempo. El Presidente repite que prorrogará el Presupuesto de 2023 si no le aprueban el que envió, pero olvida que para reasignar partidas necesitará decretos, cuyo uso el Congreso podría restringir.

El miércoles se dictaminó un proyecto para que los DNU tengan 90 días de vigencia, a no ser que sean aprobados por el Congreso. Reunió 36 firmas y 127 potenciales votos en el recinto, dos menos que los necesarios para el cuórum. La alianza anti-Milei la animan Encuentro Federal y el nuevo bloque radical (Democracia Por Siempre), asociados a Unión por la Patria.

Este grupo puede alcanzar con facilidad la mayoría con los cinco votos de izquierda. Además, hay dos diputados del PRO que ya juegan en esta vereda: Álvaro González y Héctor Baldassi. La Coalición Cívica blanqueó sus dos bandos. Juan López firmó sólo y Maximiliano Ferraro se plegó a la alianza antilibertaria.

Con el escenario de derrota, los bloques amigos del Gobierno quieren respuestas. La UCR volvió a fracturarse y cada vez pesan más los violetas. El catamarqueño Francisco Monti juega en ese equipo: se negó a firmar el dictamen de su correligionaria Karina Banfi, que borra los DNU si los rechaza una cámara, pero no establece plazos para su tratamiento.

Como en el debate sobre presupuesto universitario, Mauricio Macri vio la oportunidad con los DNU de enloquecer a Santiago Caputo y no la dejó pasar. Fue a la reunión del bloque PRO el martes y no confirmó una postura. Varios miembros de la bancada han presentado proyectos para restringir las firmas presidenciales y no quieren volver sobre sus pasos.

En el macrismo se negaron a suscribir el dictamen de rechazo a una reforma. Caputo no lo soportó, pero esta vez, antes de rendirse ante los pies del expresidente, hizo una diagonal: convocó a su despacho a los diputados radicales violetas Mariano Campero y Martín Arjol para cercenar si continúan con las lecturas de Friedrich Hayek. El asesor fue claro, ya que necesita que continúen garantizándole el tercio vetador. Sin ellos, ni siquiera alcanza con el PRO.

Factor Macri

Mientras los radicales con peluca no se rebelen, el desafío de Caputo para sostener la canilla libre de DNU será Macri. Si el expresidente le otorga libertad de acción a los suyos, Milei no podrá reunir un tercio para un eventual veto a una reforma del régimen de decretos. “Tenemos que evitar otra sanción y rechazo. Alguna alternativa hay que buscar”, instruyó el expresidente a sus diputados, en su peculiar visita al edificio anexo, dónde entró y salió del brazo del jefe de la bancada, Cristian Ritondo.

En el partido amarillo escuchan ofertas del Gobierno para ceder. Una sería derogar el cuestionado decreto reglamentario a la ley de acceso a la información pública, cuestionado por el macrismo. Vetar una eventual reforma a la ley de DNU podría ser considerado anticonstitucional por algún juez, porque la regulación es una exigencia de la carta magna.

La reforma de la ley 26122 se votará en la próxima sesión de Diputados, como sea, porque la oposición lo pedirá. Si es junto al Presupuesto, mejor. “Vamos a explicar cómo se manipulan las partidas, en 80 horas de debate”, se entusiasman en EF. Si pasa el filtro de Diputados, la nueva versión de la norma que escribió en 2006 Cristina Fernández de Kirchner no se tratará en el Senado hasta el año próximo. Villarruel no lo abrirá.

En Diputados la sesión no será antes del 13, pero el Presupuesto se trataría el 20, como temprano. La próxima semana habrá ausencias masivas por viajes para asistir a la elección de Estados Unidos que se realizará el martes. Cuando se reúna el plenario de la cámara baja, si alguien consigue los votos, se considerarán temas pendientes del PRO como ficha limpia y el sufragio por correo a residentes en el exterior. Tanto Juicio por jurado (con toga y martillo) como la prevención contra la ludopatía se aprobarán por consenso. No hay un texto consensuado para privatizar Aerolíneas Argentinas, pero algunos libertarios quieren llevar el tema al recinto igual y que salga lo que sea. Saben que el debate será testimonial, porque en el Senado hay una mayoría sólida para sostener la Aerolínea de bandera.

Los bloques opositores que propusieron una privatización parcial creen que el Gobierno los quiere de cómplices para ahogar financieramente a la compañía y forzarla a cerrar. "Decí que ese es tu plan en una reunión de comisión", lo desafió un diputado de la oposición dialiguista al presidente de Aerolíneas, Fabián Lombardo, en un encuentro reservado. No tuvo respuesta.

El Presupuesto de la casta

Al margen de las bravuconadas de Milei, en el oficialismo aceptan que sin una ley de presupuesto, la prometida llegada de inversiones podría demorarse. Es por eso que el Presidente ya no oculta esfuerzos para juntar los votos y su foco está en los gobernadores, que pueden torcer la balanza a su favor. Para atraerlos, lanzó un programa para cancelar deudas de las provincias con empresas o bienes que tiene la Nación y puedan servirle a los mandatarios.

Una semana antes, el Presidente había recibido a cuatro gobernadores que manejan votos claves en el Congreso: Osvaldo Jaldo (Tucumán), Raúl Jalil (Catamarca), Hugo Passalacqua (Misiones) y Gustavo Sáenz (Salta). En los próximos días volverán las reuniones de la decena de mandatarios con origen en partidos de Juntos por el Cambio para fijar condiciones.

Milei mandó al Congreso a Carlos Guberman (secretario de Hacienda) y José Rolandi (vicejefe de Gabinete) a negociar con los bloques opositores. Ya visitaron a todos y empezaron a enviar algunos borradores con contrapropuestas.

En uno de esos escritos habría un centenar de partidas posibles a recortar. Un primer acuerdo sería incluir obras que fueron convenidas hace años y postergadas, a cambio de un compromiso de equilibrio fiscal de las provincias.

En la Casa Rosada no aceptan aumentar el 8,1% las jubilaciones y condicionan una mejora en el presupuesto universitario a recortes en partidas “de la política”. Ese es el mensaje a dar, no se sabe bien cómo.

El miércoles, el oficialismo iba a proponer reducir el financiamiento a partidos políticos y, si es posible, eliminar las PASO, para lo que se sabe que no hay consenso. El PRO le pidió esperar un tiempo.

Las planillas

A tono con tiempos de austeridad, la negociación del presupuesto será a través de carpetazos de planillas de Excel. El diputado Nicolás Massot, de Encuentro Federal, escribió un documento de cuatro páginas para ahorrar $5.101.313 millones y destinarlos a aumentar jubilaciones, cancelar las deudas con cajas previsionales de las provincias y subir un 17% el presupuesto universitario.

Los recortes incluyen reducción de subsidios a los unicornios digitales, como Mercado Libre, la eliminación de IVA a directores de empresas y construcción; y ajuste en las áreas del Gobierno controladas por los funcionarios que más protege Milei como la secretaría general de la presidencia de Karina Milei, la SIDE (digitada por Santiago Caputo) y la administración central, con foco en la vocería de Manuel Adorni. También le dan destino al ahorro que tendrá el Gobierno por la reducción de las sobre tasas que cobra el FMI.

Miguel Pichetto, jefe de EF, avaló este ajuste, pero ante la presión de los libertarios, aclaró en reuniones privadas que si los gobernadores de JxC van por otro lado, en su bloque podrían reducir las pretensiones. Es una obviedad, pero sirve para calmar a los libertarios, que no pueden ignorar a este bloque para tener una mayoría.

Los mandatarios dejarán de pedir fondos para sus cajas jubilatorias. Habrá una exigencia de hacer auditorías antes de febrero, para que ANSES no se excuse en la falta de datos para pisar el presupuesto. El director Mariano de Los Heros empezó a cancelar sus vacaciones. Debe estar arrepentido de tanta provocación.

La SIDE fue otro dato de color en el Congreso: el titular Sergio Neiffert recibió en la casa de 25 de mayo a los integrantes de la comisión bicameral de inteligencia. Se sumó a la recepción la nueva cúpula del organismo, entre los que hay figuras de carrera como Alejandro Walter Colombo (encargado de exterior); y el excomisario general retirado Alejandro Pablo Cecati, con función en interior. Este funcionario se fundió en fuerte abrazo con Ritondo. Se conocían de antes.

Flamante discípulo de Caputo, después de entregar una monografía voluminosa sobre su plan de gestión, Neiffert exhibió gustoso una sala de operaciones que es una réplica de la montada en la película “La Noche más oscura”, donde se relata el secuestro y ejecución del terrorista Osama Bin Laden.

El jefe de la SIDE ofreció a las visitas masas finas y sandwiches y contó que eran de la panadería de su mujer. “Está en avenida Libertador, en San Isidro”, lo carpeteó el diputado kirchnerista Leopoldo Moreau. “¿Cómo sabes?”, preguntó preocupado Neiffert. “Por algo estoy en esta comisión”, lo asustó el exradical.

Villarruel, ajena

El Senado está cerrado y puede empezar a ser un problema para Milei: esta semana el Gobierno enviará 150 pliegos para cubrir cargos judiciales y, tal vez, a su candidato a procurador general, que de todos modos requiere dos tercios para ser nombrado, una mayoría sólo posible de alcanzar con aporte de Unión por la Patria.

No es el caso de los magistrados que cubren la justicia federal, que se votan por mayoría simple y hay mucha rosca en juego. La negociación está a cargo de Caputo y el viceministro de Justicia, Sebastián Amerio. No es una tarea fácil porque todos los bloques están envueltos en sus internas.

En la UCR no se juntan para no repetir la fractura de Diputados. En UP no hay quiebre, pero el despacho del jefe, José Mayans, es un búnker paralelo de campaña de Cristina por el PJ nacional. El formoseño es su principal operador: tuvo charlas de más de una hora con el gobernador riojano Ricardo Quintela, que quedó fuera de la interna con un fallo de María Servini; el bonaerense Axel Kicillof, a quien no convenció de pronunciarse a favor de la expresidenta.

En contraste, la oficina de Villarruel no tiene movimiento. A su ruptura con Milei, que quedó expuesta en el acto de la Policía Federal de este viernes, la vicepresidenta se compró un problema al echar a 56 empleados del Senado, sin asesorarse de quiénes eran. Recibió quejas de todos los bloques y hubo un intento de renuncia de la secretaria administrativa, María Laura Izzo. Hay despidos insólitos como el de un empleado de la comisión de Defensa, de origen peronista, pero defendido por el actual titular, Luis Juez, jefe del PRO, quien se apoya en él desde que tomó ese cargo.

También resultaron echados asesores de radicales que negociaron leyes para el Gobierno y mucha gente de partidos provinciales, cuyos líderes ya habían tolerado las renuncias de sus empleados protegidos que no cumplían funciones en la Ciudad. No están dispuestos a aceptar despidos de quienes ven todos los días. En ese clima, Villarruel ya no tiene a quien llamar.

Tampoco le será fácil elegir autoridades nuevamente, a fines de febrero, cuando deberá recuperar la mayoría de 39 miembros que juntó el 13 de diciembre último, entre otras cosas, para seleccionar al presidente provisional.

La continuidad del puntano Bartolomé Abdala pende de un hilo tras hablar de más sobre su cantidad de asesores. Buscó cobijo en la Casa Rosada para resistir, pero no la tiene fácil. Su reemplazo natural es el libertario Juan Carlos Pagotto, si Cristina sostiene su compromiso de votar sólo a oficialistas en cargos de sucesión. Será una negociación de verano. Una más.

 

 

* Para www.letrap.com.ar

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