Avanzan las negociaciones entre Aerolíneas y los sindicatos a la espera de un acuerdo salarial y laboral

POLÍTICA Ricardo CARPENA
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Si no hay sorpresas de último momento, en las próximas horas se firmará el acuerdo entre las autoridades de Aerolíneas Argentinas y dirigentes de los gremios aeronáuticos. Poco después de las 21 de este lunes, ambas partes iban a comenzar el proceso de revisiones y rúbricas de las actas que plasmarán los consensos alcanzados luego de tres intensas jornadas de negociaciones.

Pasada la medianoche, la cumbre entre los representantes de la empresa y de los gremios continuaba en Aeroparque. En ese marco, desde APLA comunicaron que las negociaciones “seguramente seguirán hasta altas horas de la noche”.

“En el hipotético caso de haber acuerdo, el mismo será informado y aceptado en las asambleas respectivas a las que convocaremos de manera urgente”, insistieron. y cerraron: “Una vez más, la unidad, la solidaridad y el compromiso se muestran como valores fundamentales para alcanzar el objetivo tras un largo conflicto originado en un legítimo reclamo, donde cada acción individual contribuyó positivamente para llegar a esta instancia de manera colectiva”, agregaron en sus redes sociales.

De esta manera, los sindicatos y los representantes de las empresas avanzaban en la firma de las actas para poner en papel los principales puntos que llevarían a un principio de entendimiento. Mientras tanto, tanto el Gobierno como los sindicalistas son prudentes antes de hacer el anuncio oficial

 
A lo largo de la tarde de este martes, se aceleraron las tratativas para modificar los convenios colectivos de trabajo y buscar un impacto económico en los cambios que permita mejorar la oferta salarial de la empresa, que se mantenía en un 14% para el período junio-agosto.

Tras el cuarto intermedio dispuesto el lunes por la noche, adonde no se pudo llegar a un acuerdo, las autoridades de la compañía estatal volvieron a hablar con los gremios por separado: a las 14 recibieron a la Asociación del Personal Aeronáutico (APA); más tarde, a la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y luego, a la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA).

En la noche del lunes, en una reunión de Aerolíneas y los 3 sindicatos, los puntos consensuados estuvieron a punto de volcarse en una minuta para que quedara un registro de las coincidencias, pero finalmente desistieron de hacerlo y los directivos de la empresa propusieron un cuarto intermedio.

Entre los cambios en los convenios que se analizaron figuran, entre otros, la renuncia a los pasajes en clase ejecutiva para los pilotos y sus familias, el replanteo del servicio de remises para que pilotos y tripulantes de cabina se trasladen entre sus casas y los aeropuertos, y viceversa, y la hora de tiempo de servicio desde que se suben a los autos que los trasladan hasta que comienzan a trabajar en forma efectiva.

     

Las negociaciones están centradas justamente en lo que pidió Javier Milei: que los gremialistas “acepten discutir los convenios colectivos y eliminen los beneficios” que tienen los empleados de la compañía estatal. Sin embargo, fuentes sindicales advirtieron que todavía siguen estando lejos las posiciones en materia salarial. Los 3 gremios reclaman un 35% de aumento para destrabar el conflicto y seguir conversando más adelante una recomposición más profunda, mientras que la empresa no se apartaba hasta ahora de una oferta del 14% de mejora para el período junio-agosto.

La nueva ronda de negociaciones es clave para determinar el futuro de la empresa estatal. Los sindicalistas del sector admitieron: “Nos dijeron que si no firmamos el acuerdo, se cierra Aerolíneas o presentan el PPC (Procedimiento Preventivo de Crisis)”, que, sobre la base de la presentación de los números que demostrarían su crisis económica, habilita a una empresa a negociar con los sindicatos las suspensiones del personal o las indemnizaciones por un monto menor al fijado por ley.

Más allá de la posición de la empresa sobre los cambios en los convenios, los 3 gremios llevaron sus propias propuestas en ese sentido para mejorar la productividad. En el Gobierno quieren exhibir las eventuales concesiones de los sindicalistas aeronáuticos como un triunfo político con efectos concretos en los números de la empresa: los remises que utilizan los pilotos y tripulantes de cabina, según el oficialismo, le cuestan $1.000 millones por mes al Estado, mientras que los pasajes en clase ejecutiva para los pilotos y sus familias representan alrededor de $20.000 millones al año.

Los dirigentes gremiales aseguran que desde el anterior gobierno venían presentando propuestas para mejorar la productividad sobre la base de aceptar modificaciones en los convenios colectivos, mientras advierten que algunos cambios que dejaron trascender en la empresa son “impracticables”. Por ejemplo, la renuncia a la zona de descanso en los aviones no se podría instrumentar porque “los aviones de largo alcance ya vienen configurados así y esas asientos-cama no se pueden vender”.

Antes de la reunión de este lunes, el secretario Gremial de APLA, Mateo Ferrería, admitió: “Lo que se pide es una propuesta integral, ellos (por la empresa) nos hicieron una y nosotros trajimos otra; hay una diferencia en algunas cuestiones que mientras estén las negociaciones preferimos no comentar”.

Desde el Gobierno se dejó entrever que la posición más intransigente es la del sindicato de pilotos, conducido por Pablo Biró, que se resistiría a aceptar “ceder algunos privilegios del convenio”.

En las negociaciones de estos últimos días, los secretarios generales de los 3 sindicatos (Biró, Brey y Edgardo Llano, de APA) fueron reemplazados por los responsables de Gremiales como una forma de facilitar que el diálogo se concentre más en los aspectos técnicos y evitar enfrentamientos políticos.

Fuente: Infobae

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