Perdón Ana, son unos idiotas a los que les tiene que caer el peso de la ley
Son unos verdaderos idiotas aunque ahora quieren pedir perdón, pero vaya uno a saber desde cuándo ese estúpido menú es ofrecido. Más allá de las disculpas y los comunicados, a los dueños del local les tiene que caer todo el peso de la ley. No alcanza con un comunicado. Lo que sucedió en Rafaela fue un acto antisemita y es necesario que todo arco político , como las instituciones de la ciudad se manifiesten y condenen este acto que no es otra cosa que un antisemitismo explícito e inaceptable.
Unos vivos bárbaros los dueños de Honky Donky. Se trata de un local de comidas rápidas de Rafaela que, imaginamos que por razones de marketing, le pone a sus productos nombres de enorme eco histórico. El problema es la selección, que los muestra un toquecito nazis.
Tanto en su cuenta de Instagram como en su establecimiento, ofrecen papas fritas con los nombres de “Adolf” o “Benito”, inmediatamente alusivos a Hitler y Mussolini, más si se considera que entre las hamburguesas está la “Ana Frank”. El local queda en el patio de comidas del Hipermercado Libertad, un lugar muy concurrido pues allí se encuentra el multicine Las Tipas, donde hoy se están proyectando “Oppenheimer” y “Barbie”.
El listado de hamburguesas se completa con “Elvis Presley”, “Gautama Buda”, “Bob Marley”, “Nostradamus”, “Diego Maradona” y “Alejandro Magno”. En los lomitos se vuelcan a los artistas: “Leonardo Da Vinci”, “Vincent Van Gogh”, “Pablo Picasso” y “Miguel Ángel”. En las papas, aparecen “Adolf”, “Benito”, “Gengis” y “Mao”. Las “Adolf” son las más cargadas, traen cheddar, panceta y cebolla de verdeo.
Quién fue Ana Frank
Annelies Marie Frank fue una niña alemana de ascendencia judía, que narró la persecución su familia y su pueblo durante el régimen nazi. La escritura de su diario íntimo, con un nivel de detalle exhaustivo, relata en tres cuadernos los hechos padecidos por la niña entre el 12 de junio de 1942 y el 1 de agosto de 1944. Ana fue arrestada por fuerzas policiales conducidas por las SS, el 4 de agosto de 1944. Fue trasladada al campo de concentración de Auschwitz, el 2 de septiembre de 1944. Murió de tifus en el campo de concentración de Bergen-Belsen, en febrero de 1945, dos meses antes de su liberación.
En su diario, Ana cuenta sus padecimientos en Ámsterdam, durante la ocupación alemana, y las desventuras de su familia y cuatro personas más. Los Frank habían huido a los Países Bajos durante el ascenso de los nazis en Alemania. La mayor parte del relato transcurre dentro del escondite donde vivía hacinada y famélica la familia. En 1947, dos años después de terminada la guerra, Otto, su padre y único sobreviviente del grupo, publicó el diario bajo el título La casa de atrás. Los cuadernos habían sido resguardado por la secretaria de Otto, Miep Gies.
Con información del Ciudadano