Karina Milei: quien es y cómo piensa la persona más importante del próximo Gobierno
“Gracias, gracias”. Es la primera vez que Karina Milei se sube a un escenario para hablar. No es para menos: su hermano acaba de covnertirse en Presidente de todos los argentinos. El público, adentro y afuera del hotel Libertador, está a la espera de las primeras palabras del economista como mandatario electo. Pero -con un guiño del protagonista- la primera en abrir la jornada es ella. “Jefe, jefe, ole ole ole, jefe, jefe”, canta la multitud. “Gracias, gracias. Buenas noches. Los dejo con el presidente electo, Javier Milei”, dice ella, y deja subir al mayor de la familia. Durante todo el resto de la jornada estará, como siempre, celosamente a su lado.
Karina Milei no va a necesitar cargo en el próximo gobierno. Cualquier puesto le quedaría chico, y ella no lo necesita. Los 51 años de vida los pasó siendo la persona más importante para su hermano. En grandes tramos –la mayoría- de todos esos años era, de hecho, la única que estaba a su lado, sin contar la presencia –ahora espectral- de su fallecido perro Conan.
Para dimensionar el rol de la hermana hay que entender primero la compleja dinámica que tiene La Libertad Avanza.
El espacio tiene una estructura profundamente caótica, sin lugares asignados en el escalafón ni ningún tipo de orden jerárquico como tienen otros partidos. Es zigzagueante, y el mejor amigo mañana puede ser un traidor y viceversa.
Además, sufre de otro problema: se desarrolló demasiado rápido. Por poner un ejemplo, el PRO compitió y perdió una elección antes de ganar la votación que en el 2007 convirtió a Macri en jefe de Gobierno. Recién dos mandatos después dio el salto a nivel nacional.
Pero este caso es muy distinto. El crecimiento de LLA fue brutal. Salió de su primer semestre de vida, en el que estuvo completamente abocada a la campaña, con el propósito de llevar a Milei a la presidencia en tan sólo dos años.
Eso lo hizo sin tener algún tipo de orden interno, ningún mecanismo de debate o de resolución de conflictos, ni tener tampoco la intención de diseñarlos. Lo único claro para todos los involucrados era que los que mandaban eran Javier y Karina, una lógica ultraverticalista que encerraba un problema: ambos pueden cambiar de opinión sobre un tema varias veces en una semana. En un espacio que copió las formas y los vaivenes emocionales del líder y de su hermana, el caos era inevitable.
Karina fue la que llenó todos los agujeros. Aunque su hermano es la cara visible, aunque casi no se le conoce la voz, aunque toda su vida estuvo aún más alejada de la política que Javier, es “el jefe”, como la llama, la que lleva la voz cantante en LLA. En algunos temas tiene el monopolio total, tópicos que en cualquier otro partido suelen estar divido entre varias personas. Pero a ella no quiere o no sabe delegar.
Uno es el manejo de la plata. Ella es la cajera, la que controla el dinero que entra y sale, la que toma las decisiones sobre la recaudación y la que se encarga del cobro. Los que la tratan dicen que es mucho más rápida para estos trámites que su hermano.
“Moisés”, como se refiere a ella el libertario, es también quien maneja la estrategia. De hecho, a Javier las alternativas a seguir, los nombres a los que apoyar o a los que expulsar, la agenda, las entrevistas, los actos, la estética, y los lugares a visitar le llegan a través de su hermana. “Eso hablalo con Kari”, es la frase más escuchada dentro del frente, una lógica que saca de quicio a más de uno y que a la larga termina siendo un freno a la resolución de cualquier asunto. Algunos le tienen pavor. Basta ver la cara de Fátima Florez, la flamante pareja de Milei, cuando en el último discurso de ayer quiso recuperar cierto protagonismo en el escenario pero fue cortada de cuajo con tan solo una mirada de la Karina.
Todos los que están dentro del armado -o los que quieren pertenecer- saben que para hacer cualquier cosa necesitan primero la bendición de Karina. Ella es la manera de llegar a Milei, ella es quien lo convence de los pasos a dar. Ella es la única persona en la que realmente confía. La danza de figuras alrededor de la hermana se explica por esta realidad. “Si quieren estar acá ya saben a qué teléfono llamar”, suele repetir Karina.
Algunos en el espacio sostienen que hay en la relación de Karina y Javier algún tipo de manipulación. Que cuando ella no consigue lo que quiere patalea, discute, grita y termina enfrascada en terribles peleas con su hermano, hasta que le retira la palabra y se va del lugar. Que así pueden pasar varios días de incomunicación, hasta que el diputado termina cediendo ante “el jefe”.
Y que es el miedo de Milei a la más profunda soledad, en esos ratos en que su hermana le deja de hablar, la explicación del poder que tiene Karina. Esa es la relación que tiene con el próximo Presidente la persona más importante de La Libertad Avanza.
* Para www.noticias.perfil.com