Omar Perotti es el gran perdedor del peronismo de Santa Fe
Parecía que algo iba a "rascar", que en algún lugar se iba aconchabar, que la costumbre camaleónica seguiría y que nuevamente podría salir indemne. Pero no fue así, Omar Perotti, el eterno camaleón de la política de Santa Fe se quedo casi sin nada y será un diputado más en la provincia de Santa Fe, muy lejos de sus aspiraciones, muy lejos de sus ambiciones desmedidas presidenciales de tiempos más dulces. Ni siquiera Rafaela, su reducto, el lugar en donde hasta hace poco todo se le perdonaba. Ahora vendrán tiempos de reproche, tiempos en los que muchos le van a pasar factura por los grandes errores cometidos. Perotti es el gran perdedor en Santa Fe, y seguramente ya lo está padeciendo.
Si una ilusión sostenía al peronismo santafesino para tener algo de dónde agarrarse, ésta acaba de esfumarse con la abrumadora derrota en el ballotage presidencial de Sergio Massa frente a Javier Milei. El peronismo se convirtió en tierra arrasada en las elecciones provinciales y apostaba a descansar en última instancia en la manija nacional. Con el farolito de la Casa Rosada apagado, el futuro justicialista local será opositor en todas las canchas.
El golpe certero se lo dio el radicalismo con la victoria de Maximiliano Pullaro en la gobernación; el ko fue obra del libertario. En Santa Fe al justicialismo solo le queda reposar en el puñado de bancas del Senado santafesino, que si bien es una reserva de poder real, desde diciembre será franca minoría y arrastra cuestionamientos de propios.
Cinco senadores sobre 19, un puñado de intendentes de ciudades medianas y comunas, minoría en la Cámara de Diputados de la provincia y en las dos cámaras del Congreso nacional. Parece poca la representación justicialista santafesina para resistir tanto al oficialismo provincial como lo que pueda implicar La libertad avanza, aunque en la provincia su peso es nulo.
Tras la apabullante victoria de Unidos para Cambiar Santa Fe en octubre, logrando quedarse con todos los espacios de poder, la reconstrucción peronista se postergó para el día después del ballotage. En ese momento la figura del tigrense y un gobierno de Unión por la Patria eran una liana para tirar el manotazo.
Definieron, después de hacer catarsis, trabajar el territorio de cara a las generales a conciencia y voluntad y no como no lo habían hecho en las PASO donde muchos intendentes jugaron a varias puntas a la vez. Logrado eso, les restaba el 19N para no quedar en la desolación. La ola violeta fue más fuerte y cortó aquella liana.
Todo esto sin un liderazgo fuerte que pueda dar el paso adelante y poner detrás suyo a toda la dirigencia. El gobernador Omar Perotti está de salida hace meses, ni siquiera tuvo peso en las elecciones locales. Marcelo Lewandowski perdió la competencia por la gobernación por paliza y, si bien avisó la misma noche de la derrota que quiere tomar el bastón de mariscal, ni las circunstancias ni su espalda se lo permitieron aún.
La reconstrucción
Con el cuerpo de la derrota aún tibio, los jefes territoriales ya trabajan para la reconstrucción que no es otra cosa que liderar el PJ provincial que está for sale. El viernes próximo se reunirán en Reconquista para delinear la estrategia.
“Ser oposición por sólo ser opositor, no va más, no quiere eso la gente. Hay que pensar bien el proyecto”, explicó un intendente del Gran Rosario a la mañana siguiente del ballotage. “Quedó claro que no hay más referentes del peronismo, fueron candidatos pero nunca conductores”, disparan.
Hay tribus dispersas, pocos caciques, intereses cruzados que saldrán a la luz y muchas necesidades en sus propias quintas. Eso modelará el futuro inmediato del peronismo local ante un radicalismo gobernante con el que deberá negociar como pueda, y frente a un gobierno de Milei que es toda una incógnita cómo impactará en las provincias. El peronismo deberá rearmarse con los huesos que quedan.
Con información de Letra P, sobre una nota de Facundo Borrego