ECONOMÍA Daniel Aprile*

La cadena productiva del maíz espera lluvias y reclama por las retenciones

La principal provincia productora de maíz de la Argentina congregó a investigadores, técnicos, productores, dirigentes, funcionarios y empresarios del agro, con un único objetivo: hablar del maíz y buscar que el cultivo encuentre respuestas en un año desafiante por donde se lo mire.

Ya desde el vamos, durante la apertura oficial del evento, el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, insistió con la necesidad de una baja de retenciones al agro y al mismo tiempo convocó a las provincias de la liga energética a impulsar una nueva ley de biocombustibles donde el maíz es un protagonista indiscutido, al igual que la soja y la caña de azúcar. Según Llaryora, “hablar de maíz es hablar del oro verde. Es uno de los cultivos que el mundo ha tomado como palanca para el segundo desarrollo del agro”.

El CIM convocó a todos los actores que componen el universo maicero en el país y tras la disertación de expertos y empresarios del sector, quedó en claro que, tal como lo señaló Pedro Vigneau, responsable de la organización académica del congreso, hay conocimiento y talento en abundancia en el agro argentino que se pueden aprovechar para ganar mercados. En el campo, y en particular en el maíz, hay una oportunidad increíble porque en un mundo que esta virando de lo fósil a lo renovable, este cereal en particular se ubica como una alternativa muy codiciada.

El tiempo del maíz es ahora y con esa premisa, miles de productores, asesores y técnicos plantearon propuestas concretas para hacerle frente a una campaña que presenta desafíos múltiples, como por ejemplo producir en un contexto de baja de precios en el mercado internacional, de falta de lluvias (que podrían llegar este viernes o durante el fin de semana) y con una plaga que además del achaparramiento, dejó múltiples heridas en el entramado productivo.

Sin embargo, mas allá de un presente complejo, el congreso generó durante dos jornadas “la mayor concentración de información a nivel mundial sobre el cultivo”, tal como advirtió el fundador del congreso, Joaquín Pinasco. Esa información vale oro, porque en este año bisagra la investigación y el trabajo conjunto entre el sector público y privado aportan todo de sí para intentar que esta campaña se resuelva a favor del maíz, porque en realidad “no hay posibilidad de hacer una agricultura moderna, sustentable y sostenible sin maíz”.

La investigación y el trabajo técnico buscan ganarle a la chicharrita

Con esa idea como base fundacional, las empresas se apoyan en el conocimiento adquirido durante el último año para dar respuesta a los productores. Andrés Caggiano, gerente de desarrollo de producto en NK Semillas detalló a Ámbito que “este año no va a ser igual al anterior, porque si bien podemos encontrarnos con presencia de la chicharrita, hay aspectos que nos permiten comenzar la carrera desde otro punto”. Es que para el inicio de la campaña estamos mejor preparados, aunque ahora la preocupación no sólo pasa por la chicharrita, sino que se hace evidente la falta de lluvias en varias zonas productivas.

Según Caggiano, “la campaña se caracteriza por la decisión lenta. Lo que esperamos es que el productor, a medida que vaya perdiendo el miedo o conociendo los resultados de la red de monitoreo de la plaga, se anime a sembrar maíz. Por eso creemos que esta situación va a ir mermando, aunque no debemos olvidar que la plaga vino para quedarse y lo mejor que podemos hacer es ser conscientes de que el manejo del maíz requiere prestar atención, aprender a leer pronósticos climáticos y aprender a leer pronósticos de dinámica poblacional, porque por más que merme, así como desaparece, puede regresar”.

Para ganarle la carrera a la chicharrita, existen avances tecnológicos que pueden hacerle la campaña mas simple al productor a la hora de tomar decisiones. No sólo con la innovación que se puede encontrar en un híbrido, sino también con las herramientas digitales. Leandro Ulrich, gerente de desarrollo producto de maíz de Nidera Semillas explicó a Ámbito que este año se lanzaron híbridos para la zona norte y centro, pero al mismo tiempo una propuesta digital llamada Asista, que les permite a los productores obtener recomendaciones de fecha de siembra, densidad y fertilización porque combina modelos agronómicos e inteligencia artificial para ofrecer recomendaciones de producto y manejo a cada uno de los lotes.

Queda claro que, tal como explicó Fernando Guerra, gerente de desarrollo de producto para KWS Argentina, “mas allá de la chicharrita hay un futuro muy promisorio para el maíz. Tenemos que pensar en el cultivo a partir de la oportunidad que tiene la zona núcleo de recuperar potencial de rendimiento, donde desde hace tres años eso no ocurre. Debemos enfocarnos en la parte de la estabilidad que no tiene o no tuvo spiroplasma y afianzarnos en el manejo agronómico y la genética. Trabajar en los maíces de perfil sanitario, tal como lo hicimos oportunamente con el tizón o mas atrás en el tiempo con el mal de Río Cuarto, que no sacó el maíz de la escena pero lo acomodó, lo apuntaló y fundó nuevas bases para el cereal.

Según destacó Guerra en diálogo con Ámbito, "lo que falta es tomar posición por parte de los productores para ver qué maíz quiere hacer, porque el margen que va a tener es para hacer un maíz que sea bueno. Le decimos que lo peor es no tener un plan, que es lo mismo que salir a último momento a buscar maíz cuando comience a llover.

Por último, Darío Oleszczuk, especialista en el NEA de Bayer, destacó la importancia del germoplasma y una pirámide de variables que comprenden conocer, predecir y manejar la enfermedad. La caja de herramientas se vale además del tratamiento químico o biológico, foliar y de la semilla, pero “si erro en la elección del híbrido, no hay tratamiento que valga”, por eso el experto destacó el programa de mejoramiento de Bayer, que en los últimos años combinó genética templada y tropical, cruzas que aportan sanidad y estabilidad y en las que la tolerancia a spiroplasma pasa a ser dominante en la selección.

Es indudable que la chicharrita ganó la centralidad de la cadena maicera y que si llegan las lluvias habrá que tomar decisiones sobre la marcha. El CIM dejó como enseñanza que “la presión de la plaga bajará de la mano de un mayor conocimiento y del trabajo conjunto entre los centros especializados de los sectores público y privado”.

No hay soluciones mágicas, por eso habrá que contar con aplicaciones tradicionales, control biológico y sin dudas sumar conocimiento, porque allí puede estar la clave para que el maíz de la sorpresa y la caída de área no sea tan abrupta.

 

 

* Para www.ambito.com