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Bausili defiende eliminación de LEFI y apuesta a una gestión más eficiente de la liquidez

  • El Banco Central eliminó las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI) el 10 de julio, cumpliendo lo previsto.
  • Las LEFI absorbían y remuneraban automáticamente el exceso de pesos en los bancos.
  • Tras su eliminación, los bancos deben gestionar activamente su liquidez, sin intereses automáticos.
  • La transición tuvo un escenario abrupto con retrasos de los bancos, generando un desafío para el equilibrio monetario.
  • El Tesoro colocó deuda por $4,7 billones para evitar exceso de liquidez tras la eliminación.
  • Hay desafíos operativos por horarios de transferencias, por lo que se implementará una rueda de liquidez intradiaria.
  • La medida busca mayor eficiencia financiera y menor costo fiscal, eliminando subsidios implícitos.

El presidente del Banco Central, Santiago Bausili, aseguró que la eliminación de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI), efectuada el 10 de julio, se desarrolló según lo previsto por el equipo económico, y destacó que esta medida apunta a mejorar la eficiencia del sistema financiero y reducir el costo fiscal.

Las LEFI funcionaban como un mecanismo automático mediante el cual el Banco Central absorbía el exceso de pesos en el sistema bancario, remunerando diariamente esos saldos ociosos de los bancos. “Hasta el final de las LEFI, los bancos no tenían que hacer mucho: el BCRA hacía un barrido nocturno y les devolvía ese dinero con intereses a la mañana siguiente”, explicó Bausili.

Con la eliminación de este instrumento, ese exceso de liquidez dejó de ser remunerado automáticamente, obligando a las entidades financieras a replantear su gestión de fondos. “Antes ganaban una tasa de interés segura sobre todos sus saldos, ahora deberán programar sus necesidades de liquidez y buscar retornos según su eficiencia”, afirmó el titular del Central, quien calificó el sistema anterior como un subsidio encubierto del Estado.

Bausili describió tres escenarios contemplados para la transición: el ideal, en que los bancos migraban sus LEFI a Lecaps de forma ordenada; uno gradual, con un proceso más extendido; y el tercero, más abrupto, en el que las entidades demoraron decisiones hasta el vencimiento de las LEFI. “Nos tocó el tercer escenario”, reconoció, lo que generó un desafío adicional para mantener el equilibrio monetario.

El 10 de julio, unos $10 billones en LEFI se volcaron al mercado. Para evitar un exceso de liquidez, el Tesoro intervino colocando deuda por aproximadamente $4,7 billones, cifra que el Banco Central valoró positivamente para mantener la estabilidad.

Bausili también resaltó las dificultades operativas del nuevo esquema, debido a la desincronización en los horarios de transferencias financieras, lo que motiva la implementación de una rueda de liquidez intradiaria junto con el mercado para mejorar la gestión del efectivo durante la jornada.

“Ahora la liquidez tiene un precio”, subrayó, y destacó que esta reforma no solo reduce costos fiscales sino que impulsa un sistema financiero más eficiente y con mejores incentivos para administrar recursos.

Con estos movimientos, el Banco Central busca que el sistema deje atrás la ineficiencia y los subsidios implícitos, promoviendo un manejo más racional y responsable de la liquidez en un contexto económico desafiante.