Navidad con billetera medida: el comercio apuesta a promociones para salvar un año difícil
- El consumo navideño se desarrolla con expectativas moderadas y un cliente más cuidadoso.
- Las promociones, descuentos y cuotas sin interés son la principal herramienta comercial.
- La mayor circulación en centros urbanos no siempre se traduce en más ventas.
- Las realidades provinciales son dispares, con estrategias locales para incentivar compras.
- Muchos comercios trabajan con márgenes ajustados o por debajo de lo sostenible.
- El aguinaldo aparece como el último factor capaz de dar un impulso a las ventas.
A pocos días de la Navidad, el comercio minorista argentino atraviesa una campaña marcada más por la cautela que por el entusiasmo. Lejos de las postales de consumo expansivo de otros diciembres, el escenario actual muestra a comerciantes que afinan estrategias defensivas y a consumidores que recorren vidrieras con calculadora en mano. Las fiestas aparecen, una vez más, como una oportunidad para atenuar la caída acumulada durante el año, aunque sin expectativas de un rebote contundente.
El denominador común en casi todo el país es la moderación. Tras meses complejos para rubros vinculados al consumo masivo, los comercios apuestan a precios contenidos, descuentos agresivos, cuotas sin interés y acuerdos con bancos y gobiernos locales. La lógica es clara: sin incentivos concretos, el consumidor posterga o reduce el gasto. La comparación constante de precios, la competencia de productos importados y el crecimiento de canales informales condicionan las decisiones de compra y presionan los márgenes de rentabilidad.
Datos privados que circulan entre cámaras empresarias confirman esta tendencia. Una amplia mayoría de los compradores define dónde gastar en función de promociones y beneficios, más que por fidelidad a marcas o comercios. Esa conducta obliga a muchos locales a operar con valores ajustados, en algunos casos por debajo de lo considerado sostenible. En fechas clave como la Navidad, esa tensión se profundiza: vender más no siempre implica ganar más.
El mapa del consumo, además, muestra diferencias según la región. Hay ciudades con mayor circulación de personas en los centros comerciales, aunque ese movimiento no siempre se traduce en ventas proporcionales. El “mirar sin comprar” se volvió una postal habitual en peatonales y galerías.
En Córdoba, por ejemplo, el centro registra un aumento sostenido de público, impulsado por la compra de juguetes y regalos. Los comercios reforzaron su oferta con recambio de mercadería, descuentos y financiación, apoyados en campañas conjuntas entre el sector público y privado. Sin embargo, los comerciantes coinciden en que el cliente llega decidido recién sobre el final, con un ticket promedio contenido y una fuerte sensibilidad al precio. La mayor apertura a importaciones amplió la variedad de productos y profundizó la competencia, especialmente en el rubro juguetero, donde algunos artículos de mayor valor encuentran salida, aunque en nichos puntuales. A esto se suman factores que complican la actividad, como la venta informal y las protestas en el centro, en plena semana clave.
Mendoza optó por una estrategia diferente: campañas con sorteos, premios y beneficios para quienes compren en locales adheridos. A través de códigos QR y stands informativos, el objetivo es canalizar el consumo hacia el comercio local y contrarrestar la fuga de compras hacia otras provincias o el exterior. Desde el sector empresario reconocen que el año modificó hábitos y que estas acciones buscan recuperar ritmo en un contexto todavía desafiante.
En Tucumán, el panorama es más austero. Las ventas se mantienen por debajo de lo esperado y el comercio del microcentro decidió implementar horarios especiales para adaptarse a un consumidor más selectivo y reducir costos. Diciembre, tradicionalmente el mes más fuerte, no muestra esta vez el dinamismo habitual. La estrategia apunta a sostener la actividad, con la mirada puesta en un verano que suele traer menor movimiento urbano.
San Juan ofrece una señal algo más alentadora. El microcentro experimentó un repunte del movimiento en los últimos días, lo que trajo alivio tras semanas de bajo nivel de actividad. Los corredores comerciales concentran mayor afluencia y el refuerzo de los operativos de seguridad, coordinados con la policía provincial, fue valorado como un factor clave para acompañar las ventas.
En Paraná, la postal combina más circulación con ventas contenidas. Eventos culturales y comerciales atraen público, pero muchos consumidores recorren, consultan y esperan. Las expectativas están puestas en el impacto del aguinaldo, que comenzó a percibirse y podría dar un impulso final. Los comercios respondieron con descuentos, liquidaciones y horarios extendidos, incluso con apertura dominical previa a las fiestas.
Misiones completa el cuadro con proyecciones prudentes, especialmente en jugueterías. Promociones y facilidades de pago son la principal apuesta para amortiguar un año adverso, atravesado por la competencia de importados y la expansión del mercado informal. El desafío es común a todo el país: cerrar el año vendiendo, aun cuando la rentabilidad quede en segundo plano.