Dólar e impuesto PAIS: la encerrona entre contener la inflación y resignar reservas y recaudación

ECONOMÍA Juan Strasnoy Peyre*
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El Gobierno prometió que retrotraerá la alícuota del impuesto PAIS a las importaciones al 7,5%, el nivel que tenía antes de que en diciembre pasado esta misma administración la elevara al actual 17,5%. Luis Caputo ya anunció que la medida se ejecutará en septiembre y hay creciente expectativa. Una de las preocupaciones que comparten analistas y agentes económicos es si habrá suficientes compensaciones para contrarrestar el impacto fiscal y cambiario de esta medida. Es que, mientras el equipo económico apunta a reimpulsar la relativamente estancada desaceleración de la inflación, incuba un deterioro adicional en las reservas y la recaudación.

El plan oficial está volcado a un objetivo central: mostrar un sendero de inflación que desacelere, incluso en detrimento del ordenamiento otras variables macroeconómicas. La ecuación va camino a repetirse con la retrotracción del impuesto PAIS. Sobre todo si se toma en cuenta que el equipo económico reafirma por lo bajo que la reducción de la alícuota no irá acompañada por una modificación del ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial. Este miércoles, en el Council of Americas, Javier Milei volvió a negar la posibilidad de una devaluación, como la que piden algunos economistas y muchos sectores del empresariado.

De concretarse la medida sin una devaluación equivalente, el tipo de cambio efectivo que rige para las importaciones se reducirá. Más allá de que la medida llegaría en septiembre, si se toman los valores de hoy, el dólar importador bajará de los actuales $1.107 (mayorista de $942 más 17,5% de impuesto PAIS) a $1.013 (mayorista más 7,5%).

Esto traerá aparejada una serie de efectos: por un lado, restará algo de presión sobre los precios de los productos importados; por otro, se espera que incremente el pago de compras al exterior a través del mercado oficial de cambios en momentos de asfixia para las reservas. Además del obvio impacto fiscal que traerá la decisión de resignar parte del impuesto que más ayudó a amortiguar el desplome de la recaudación desencadenado por la recesión.

En definitiva, esto ilustra la encerrona que atraviesa el programa del Gobierno. Luis Caputo busca que el mercado compre su hoja de ruta (que la inflación y la tasa de devaluación converjan cerca del 0% mensual y que la brecha vaya cerrándose hacia abajo) para conseguir una baja del riesgo país. Pero, en ese camino, sostiene una política de ancla cambiaria que ya se comió casi toda la megadevaluación de diciembre y los agentes económicos ven que ese problema se materializa en el rojo de las reservas y en un cepo cuya fecha de vencimiento parece alejarse cada vez más.

Impuesto PAIS e inflación

El dato del INDEC de julio, publicado este miércoles, reflejó la resistencia a la baja de la inflación núcleo (la que excluye los precios regulados y los estacionales), a pesar del derrumbe del consumo. Este componente del IPC marcó 3,7% en mayo, repitió el mismo guarismo en junio y se aceleró levemente al 3,8% el mes pasado, lejos del 3,2% que había proyectado el BCRA, según las presentaciones que realizó en Estados Unidos y Colombia el vicepresidente de la autoridad monetaria, Vladimir Werning.

El Grupo SBS señaló en un reciente reporte que la primera semana de agosto arrojó datos de alta frecuencia que dan cuenta de una aceleración de los precios. Y que, si bien existen factores estacionales que inciden en los comienzos de mes, hay también componentes inerciales.

En ese marco, el equipo económico espera que la retrotracción de la alícuota del impuesto PAIS haga un aporte a partir de septiembre para perforar ese piso resistente. Justamente para el noveno o décimo mes del año Caputo auguraba una inflación mensual que comenzara con un 1, según lo que el propio ministro les dijo a los representantes de sociedades de bolsa con los que se reunió semanas atrás en el Palacio de Hacienda. Hoy parece difícil que eso se concrete.

¿Cuánto aportará la rebaja del impuesto PAIS? Según Martín Kalos, director de la consultora Epyca, el abaratamiento del tipo de cambio importador le restaría 0,7 puntos porcentuales al IPC. Se trataría de “un impacto menor” ya que el efecto “probablemente se distribuya a lo largo de un par de meses”, le dijo el economista a Ámbito. “Aunque obviamente ayudaría a mantenerla en niveles moderadamente altos”, agregó.

“Reducir el impuesto PAIS es una buena medida, sin dudas. Lo que se pone en juego es si el timing de la decisión es el correcto”, advirtió en un informe para sus clientes la consultora Analytica, presidida por Ricardo Delgado.

El costo en reservas y recaudación

“La baja del impuesto PAIS es una medida de gran impacto, no sólo por la pérdida de recaudación del impuesto PAIS y el correspondiente deterioro del resultado fiscal que implica, sino sobre todo por la sangría de divisas que va generar”, le dijo a este medio Diego Fernández, economista del grupo GERES, y destacó el efecto que tendrá el abaratamiento de las importaciones en un contexto en el ya se licuó el efecto de la devaluación de diciembre.

El punto no es menor. Las reservas netas se redujeron considerablemente en el último mes y hoy son negativas en una magnitud que varía según la metodología que se utilice para medirlas: en casi u$s3.500 millones, de acuerdo con el cálculo de GERES; en u$s5.181 millones, según Analytica; y más de u$s6.400 millones, para Eco Go. En ese marco, Fernández señaló que “la medida sumaría serias presiones adicionales en pos de una devaluación del tipo de cambio oficial”.

Kalos explicó que, si se mantiene la tasa fija de devaluación mensual y no se hace una devaluación compensatoria, eso daría lugar a “una importación mayor porque se vería abaratado el dólar importador, aunque eso también dependerá de la demanda interna”. Y apuntó que podría haber una mayor demanda en el MULC por el corrimiento de parte de lo que hoy se paga vía dólar CCL “y eso va a pasar a demandar más reservas, siempre en la medida de que no haya otros factores que vuelvan a elevar la brecha, que es un riesgo que sí existen”.

Algunos economistas cuantifican que este abaratamiento podría dar lugar a un incremento de la demanda de dólar oficial por importaciones de alrededor de u$s1.000 millones al mes. En ese marco, preocupado por la posible mayor competencia de productos importados a menor costo, desde la industria intentan negociar con el Gobierno alternativas para que la medida no genere un aluvión de bien fabricados en el extranjero.

Analytica destacó que la medida llegará “en un mes donde la estacionalidad es negativa para el mundo de los dólares”. Y planteó que en la última década (excluyendo el año de pandemia y los de dólar soja) septiembre fue el mes con el menor saldo comercial en la balanza de bienes. “Para complicar aún más la estacionalidad negativa, las cotizaciones de la soja, el maíz y el trigo continúan con una tendencia negativa que se sostiene en los precios de los futuros de septiembre”, enfatizó. Un combo que el Gobierno apuesta a que se vea amortiguado por un alivio en las importaciones de energía, una vez superado el invierno.

Pero no se trata del único inconveniente. “Por sí sola la baja del impuesto PAIS es un problema recaudatorio”, señaló Kalos. Analytica le puso números: este tributo representó la mitad del superávit primario en el primer semestre y el 9% de los ingresos totales del Sector Público Nacional. La consultora estimó que la retrotracción de la alícuota implicará menores ingresos por $1,5 billones entre setiembre y diciembre, y que esa caída se vería compensada solo en un 40% por la reimposición de Ganancias a la cuarta categoría (que aportaría $0,6 billones). Habrá que ver cuánto aportan el blanqueo y la moratoria.

Con todo, Claudio Caprarulo, director ejecutivo de Analytica, le dijo a Ámbito que el Gobierno está en condiciones de sostener esa medida sin compensarla con una devaluación equivalente, pero a costa de perder más reservas y recaudación. Y sintetizó: “El objetivo es señalar que siguen lentamente desarmando el cepo y seguir bajando la inflación, forzando al límite los equilibrios que, entre otras cosas, tiene en la fuerte recesión una columna”.

 

 

* Para www.ambito.com

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