Maximiliano Pullaro recibió a la Corte en una tensa reunión sobrevolada por el fantasma de la renovación

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Maximiliano Pullaro y la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe tuvieron su cara a cara cargado de tensión. Con la renovación cortesana como telón de fondo, Rafael Gutiérrez avisó que "no hay límite de edad" y el gobierno pidió "cumplir la ley". La justicia "cara e ineficiente" pide más recursos.

El gobernador de Santa Fe condicionó el encuentro de entrada. No solo porque ofició de anfitrión en la Casa Gris, sino por el estrafalario lugar de su agenda que le otorgó al tribunal cimero: domingo 7.30 de la mañana, una picardía que tuvo como autora intelectual a una funcionaria de bajo perfil en el gabinete de Pullaro. En términos futbolísticos, el gobierno provincial le puso cancha y árbitro a los cortesanos.
 
Lógicamente, no cayó bien en la Corte. Una ironía de su presidente antes de retirarse de la Casa Gris lo denotó: “Me voy a misa”, avisó. El gobernador se justificó diciendo que era su único momento libre porque luego tenía planificadas un par de recorridas. Hasta subió un video a sus redes un rato antes, contando su agenda. En realidad, fue una movida a dos bandas que buscó incomodar a sus circunstanciales rivales y también mostrarse trabajando en un día y horario inusual, por contraposición a una justicia que considera “cara e ineficiente”.


La guerra Maximiliano Pullaro – Corte, en los detalles
Los cortesanos se reunieron en el Palacio de Justicia un rato antes de la hora señalada. Cruzaron la plaza caminando en un pelotón que abrían Roberto Falistocco y María Angélica Gastaldi, mientras que el presidente Rafael Gutiérrez -el más buscado por los periodistas- se retrasó junto a Eduardo Spuler.
No hubo asistencia perfecta de parte de los supremos: Mario Netri y Daniel Erbetta ya habían avisado que no irían. Aunque echaron mano a otras excusas -uno adujo razones de salud y otro razones familiares-, a nadie se le escapó el detalle de que son los únicos dos que se salvan de la intención del gobierno de renovar el tribunal cimero. Netri porque ya avisó que en noviembre se jubila y Erbetta por no ser mayor del límite de 75 años que se impone constitucionalmente según la interpretación de los cerebros jurídicos de la Casa Gris.

Pullaro esperó a la Corte con tres de sus ministros: el de Gobierno, Fabián Bastía; el de Economía, Pablo Olivares; y el de Seguridad y Justicia, Pablo Cococcioni. La reunión, que se demoró diez minutos porque se les permitió solo a los fotógrafos ingresar a sacar algunas instantáneas, se extendió por más de dos horas.

Apenas iniciado el encuentro, el equipo de prensa del gobernador difundió la foto oficial: de un lado de la mesa, Pullaro y sus ministros; del otro, los cuatro cortesanos. Sobre la mesa, solo estaba la computadora del gobernador, una carpeta con anotaciones del presidente del máximo tribunal y jarras con agua. Ni café, ni medialunas. La guerra también se nota en los detalles.

Ejecución vertiginosa y falta de cálculo en la Justicia de Santa Fe
El presidente de la Corte se encargó de marcar que hay dos problemas centrales para el Poder Judicial: las 70 vacantes, para las cuales piden cobertura y el presupuesto, que les quedó chico y que tienen obras en marcha que corren riesgo de quedar paralizadas.

“De las vacantes nos dijeron que van a llamar a concurso y que van a tratar de cubrir los cargos”, aseguró el cortesano. Entre esos puestos piden, por ejemplo, jueces laborales para la zona de San Lorenzo, núcleo fabril de la provincia y que, con el enfriamiento de la economía, tuvo un aumento de conflictos en esa rama.

La respuesta del Ejecutivo develó el contrapunto: “Se nos hizo un reclamo vinculado a cuestiones presupuestarias. Hemos cumplido en un 107% el presupuesto que tenían para todo el año. Ya lo utilizaron y lo ejecutaron en el primer semestre. Creo que hubo una falta de cálculo y los llevó a ejecutar de manera vertiginosa todo su presupuesto”, les contestó Bastía.

Sobre las vacantes, el ministro de Gobierno agregó que “en el encuentro quedó claro que hay muchísimos juzgados comunitarios, de circuito y de primera instancia que son innecesarios, lo reconocieron ellos mismos”. “Ahí está la respuesta a lo que nosotros decimos de la ineficiencia de la justicia santafesina, se lo dijimos ahí en la mesa”, remarcó.

Los temas que esquivaron los cortesanos con Maximiliano Pullaro
Los dos temas que más cargan de tensión el vínculo entre las cúpulas del Ejecutivo y el Legislativo no se mencionaron en la reunión: la reforma previsional que afecta principalmente a los jueces y la intención de la Casa Gris de propender a una renovación en la Corte. Así las cosas, la reunión cumplió con las expectativas del entorno del gobernador, que creía que los cortesanos “no se iban a animar” a tocar esos tópicos porque “son cuestiones personales de ellos, quedarían como que vienen a quejarse de lo suyo y nada más”.

Sin embargo, tanto Gutiérrez como Bastía marcaron las diferencias entre la Casa Gris y el máximo tribunal en torno a esas cuestiones. “Tienen legitimidad de origen, pero lo que rige a los poderes es la ley, y la ley es muy clara, están para cumplirlas y son comunes a todos los ciudadanos”, dijo el ministro de Gobierno.

El pullarismo considera que el límite de 75 años que impone la Constitución Nacional es aplicable a los cortesanos provinciales en virtud del fallo “Iribarren”. Se trata de un pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que declaró inconstitucional el artículo de la Carta Magna provincial que dice que los jueces “cesan en su inamovilidad” a los 65 años porque afecta la independencia judicial. Sin embargo, en otros pronunciamientos -como “Figueroa”-, el máximo tribunal nacional convalidó límites de edad a los jueces.

Gutiérrez y sus compañeros apuntados no comparten esa interpretación. El presidente de la Corte lo hizo saber: “No hay límite de edad, el artículo de la Constitución Nacional es para los miembros del Poder Judicial de la Nación”, manifestó. Los cortesanos sostienen que “Iribarren” dejó sin efecto la norma provincial pero no hace regir la manda constitucional nacional, lo que obsta a la intención del gobierno provincial de correr a los supremos por decreto. Otro sería el caso si apuestan a hacerlo por juicio político, lo que también está en el menú de opciones.

En cuanto a la reforma previsional, aquella que toca los “privilegios” de los jueces que “se piensan que tienen coronita” según Pullaro, el presidente del tribunal cimero se excusó de opinar ante la posibilidad de que existan planteos de inconstitucionalidad que tenga que resolver en el futuro. Sin embargo, reconoció que no le molestaría “aportar más” y contó que el problema de las vacantes se agrava en virtud de una catarata de jubilaciones de jueces que quieren aprovechar los beneficios del viejo sistema previsional.

De hecho, Gutiérrez reconoció que él mismo está en esa situación: ya tiene la jubilación adjudicada y solo le falta dejar de trabajar para empezar a cobrarla. Una cláusula transitoria en la reforma previsional lo obliga a renunciar antes de que entre en vigencia si quiere mantener sus privilegios. Con los cambios, los jueces pasarían de cobrar algo más de $8 millones a algo así como $5 millones. Escurridizo, el presidente de la Corte nunca quiso adelantar cuáles serán sus planes: “Veré que hago” o “no sé qué haré” fueron sus respuestas ante las consultas.

CON INFORMACION DE LETRAP.

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