Cosa juzgada. Para el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, la negociación con la Nación por el presupuesto es una muestra más de que el vínculo de las provincias con Javier Milei tiene las cartas marcadas de antemano. El radical espera una convocatoria que abra una hendija, pero ya aprendió un axioma de actualidad: hay que vivir con la nuestra.
Javier Milei no precisa del aval de los gobernadores
La Casa Rosada atraviesa un buen momento para sus intereses: dólar quieto e inflación marcadamente a la baja, en lo económico. Tiene también en lo político un esquema y una lógica de trabajo que la favorece en el Congreso. El PRO es aliado, al igual que una parte de la UCR y algo del peronismo del interior.
Con ese volumen dispuesto a acompañar, La Libertad Avanza (LLA) interpreta que no necesita –al menos en este momento– de una bilateral con gobernadores. Así lo interpretan en el pullarismo. No es una novedad, es el modo de vínculo que propone el mileísmo con las provincias, interpretan.
Pullaro, en ese escenario, no tiene mucho para hacer. Tiene dos bancas que le tributan lealtad, la diputada Melina Giorgi y el diputado Mario Barletta. Después, en función de la defensa de los intereses de Santa Fe, puede lograr el apoyo del dúo socialista compuesto por Mónica Fein y Esteban Paulón, pero el resto de las bancas santafesinas operan con otra lógica, están comidas por la agenda nacional.
Dos intereses centrales de Maximiliano Pullaro para el presupuesto
A Pullaro le interesan dos cuestiones que considera centrales en el presupuesto nacional del año próximo. El primero es la obra pública. El gobernador espera que la Casa Rosada cumpla con lo que prometió y efectivice el traspaso de aquellos proyectos que la Nación eligió no hacer en la provincia y que la Casa Gris quiere concretar. A la par, Pullaro aguarda que la administración Milei arranque, o al menos se ponga plazos, con las pocas obras que prefirió quedarse para sí en Santa Fe. ¿Arrancarán algún día?
El equipo del ministro de Economía, Toto Caputo, les comunicó entresemana a los ministros provinciales Pablo Olivares (Hacienda) y Lisandro Enrico (Obras Públicas) que para avanzar con el traspaso de rutas la provincia debe retirar las demandas por los fondos que le adeuda el Tesoro. El planteo cayó como un balde de agua fría. A esta altura, Santa Fe interpreta que la Casa Rosada le corre la raya una y otra y vez y no tiene intención de avanzar en el traspaso. Al menos con Santa Fe.
El segundo punto estratégico que inquieta a Pullaro en su relación con Milei en términos de gestión es el déficit de la caja previsional, sustentado por sobre todas las cosas en la deuda coparticipable que la Nación tiene con la provincia. En ese aspecto tampoco hay novedades y en Santa Fe no dejan de recordar que se resignaron impuestos coparticipables a cambio. “No cobramos los impuestos y no nos transfieren”, se quejó un alfil pullarista.
Santa Fe y la Casa Rosada, los vínculos
Pullaro tiene una buena relación con dos puntales políticos de Milei: el asesor Santiago Caputo y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Incluso, con el Presidente logró una relación más estrecha luego del almuerzo en la Casa Rosada que el mandatario ofreció a los gobernadores radicales. Con todo, el pullarismo concluye que para el Gobierno no es prioridad el entendimiento con las provincias.
Letra P preguntó en la Casa Gris si Pullaro cambiará algo si la Casa Rosada no le concede nada de sus pedidos en el presupuesto 2025. “Será muy exigente en sus reclamos, pero no rupturista”, fue la respuesta. El radical sabe cómo viene la mano, mal parida para el interior. El de Milei es otro gobierno con formato ambacéntrico.
No obstante, para el pullarismo el mantra libertario, el célebre “no hay plata”, se convirtió a esta altura en una excusa para ocultar que el gobierno nacional carece de gestión. Creen que, si bien hay una decisión política de transferir responsabilidades a las provincias, tampoco hay un seguimiento preciso de los expedientes. “Están en otra”, se lamenta un funcionario del gobierno santafesino.
Santa Fe, sin embargo, tiene con qué. Porque ante ese escenario, la Casa Gris se vio obligada a reperfilar sus recursos. Según Pullaro, se hizo un ajuste mayor al de Milei a nivel nacional. El Ejecutivo provincial defiende, a la vez, el ajuste dentro de las empresas públicas, como rasgo para el acomodo de las cuentas.
Santa Fe es una provincia rica, pujante, con recursos, con sectores productivos. La pasan mucho peor otras provincias sin herramientas. El gobierno de Pullaro desembolsó 1.300 millones de dólares en obra pública, sobre todo en Rosario, que se visibilizarán en grueso en 2025. Con esa bandera, el frente Unidos irá a la cancha electoral, con la oposición tradicional que encarna el peronismo y la novedad de LLA preparada para levantar las banderas de Milei en la provincia.
CON INFORMACION DE LETRAP.