"Chaskonas" no se quiere morir sin otro escándalo. Pareciera que nació para escandalizar a la sociedad rafaelina y para que todo lo que pasa a su alrededor esté sembrado de dudas de corrupción y negociados. Ahora el turno llegó con la administración Viotti y la intención de seguir pagando plata para poder recuperar ese espacio, que con cualquier estudiante de Derecho de primer año se podría lograr sin siquiera poner un centavo. Nos preguntamos para que la Municipalidad gasta dinero en abogados y asesores si a la primera de cambió le quiere pedir permiso a la "escribanía" y gastar 40 millones de todos los rafaelinos cuando judicialmente, con una medida ordinaria por incumplimiento de contrato y con una medida cautelar para tomar posesión inmediata del predio y de la construcción lo podría lograr. Pero reitero, pareciera que Chaskonas nació para los problemas, para los negociados, para la corrupción. Es verdad que los 40 millones que piensa poner Viotti son un vuelto comparado con lo que puso en su momento el peronismo, pero no se justifica poner un solo centavo cuando desde el minuto uno existió un incumplimiento de contrato por parte de la institución APADIR.
Ayer Germán Bottero, secretario de Gobierno y Modernización y Emilia Vidal, subsecretaria de Desarrollo Urbano y Metropolitano fueron a la "escribanía" para justificar lo injustificado y hablaron del convenio entre el Departamento Ejecutivo Municipal y el boliche 1001 (ex Chaskona). Bottero tomó la palabra y habló de la historia entre APADIR, la Municipalidad y el complejo que se creó originalmente como Chaskona. “Tiene sus complejidades porque el Estado local recibe una tenencia provisoria de ese espacio (en el 2010), y nunca se hizo la cesión definitiva a favor la Municipalidad. Se opta en aquel momento por un espacio recreativo e integrador con juegos inclusivos”, informó. A través de una ordenanza, se destina el 5% de esa tierra a una explotación comercial para que APADIR cuente con recursos para apadrinar y mantener el área, y ahí aparece el convenio de la institución con CRIMI S.A.
“Chaskona cumple su objetivo creo que un par de años y luego empieza a haber una discontinuidad hasta cerrar. Después aparece un poder otorgado por CRIMI SA y es quien explota actualmente el lugar denominado 1001. En el 2018 APADIR se acerca a la Municipalidad y dice que no puede mantener más la plaza, y desde entonces el Municipio la mantiene. Entonces APADIR tiene una plaza, pero ya no tiene mucho que ver en ese lugar y empieza a manifestar, ya en la anterior gestión, la necesidad de irse del lugar por lo que debe rescindir ese convenio con la Municipalidad. Cuando los recibimos en diciembre del 23, su planteo fue claro: “queremos irnos de acá”, explicó el secretario.
“Luego empieza un proceso de negociaciones con el emprendimiento comercial viéndolo en conjunto con Fiscalía. Esto nos obligaba a ver qué hacíamos con el inmueble y su explotación. Una de las cuestiones que el privado manifiesta es que tiene el salón alquilado hasta gran parte del próximo año, y lo cual es entendible. Empezamos a hablar de alguna manera para reconocer al privado su inversión amortizada, y como reconocerla pensando en que el edificio pueda terminar siendo patrimonio de los rafaelinos”, explicó el funcionario.
En esas idas y vueltas, se cuantificó cuanto sale construir hoy un edificio con esas características, y se llegó a un valor que se expresó en bolsas de cemento que daban un valor de 40 millones de pesos. “Nosotros sabemos que un aporte de dinero es una cuestión compleja, pero lo que queremos es cerrar una etapa. Nos parece que un valor de 40 millones de pesos es totalmente beneficioso para incorporar algo 10, 12, o 15 veces más costoso construido de cero. Además, le estaríamos dando a una institución prestigiosa de Rafaela la posibilidad de retirarse. Por eso el convenio tiene la firma de los tres: APADIR, el Intendente y el privado para generar esta salida. La Municipalidad queda a cargo del espacio público que es lo que ya hacía, ese predio sigue explotándose un año más hasta el 31 de diciembre de 2025, y a partir de febrero del 2026 el Municipio puede tomar posesión de ese inmueble. La mitad se va a pagar en diciembre del 2025 y la otra mitad la vamos a pagar cuando terminen de desocupar el edificio”, informó Bottero.
Un nuevo escándalo, ¿un nuevo negociado?