Ayer Viotti, en su mensaje navideño, habló de la pirotecnia sonora cero en Rafaela, sin embargo, cuando dieron las doce, Rafaela fue todo ruido, desoyendo los pedidos y las prohibiciones. A esta altura nos preguntamos si hay incapacidad o es todo exprofeso.
Pese a la prohibición existente, cuando el reloj tocó las doce, en la mayor parte de la ciudad se comenzó a escuchar la prohibida pirotecnia sonora, la pirotecnia que está prohibida y que por lo visto nadie respetó.
Es evidente que no existió ningún control previo, quienes querían comprar pirotecnia sonora evidentemente lo pudieron hacer tranquilamente, sin que nadie controlara.
Justo ayer el Intendente Leonardo Viotti, en un comunicado oficial de saludo por la Navidad, había manifestado: “Quiero recordarles que en Rafaela está prohibido el uso de la pirotecnia sonora, por lo cual pensemos en los chicos, en los adultos y en los animales. Festejemos en paz”. Evidentemente el intendente deberá comprender que la cosa no pasa por una expresión de deseo, que es importante poner en marcha los mecanismos del Estado municipal para que previamente se sancione a quienes venden y también, en lo posible, a quienes compran pirotecnia sonora.
Viotti tiene que entender que algo falló, también el fiscal municipal Matías Gentineta tendrá que reevaluar su rol. Ayer fallaron y mucho, la ciudad registró altos niveles de pirotecnia sonora y ello no puede volver a suceder.
Cuando este tipo de cosas suceden es por dos causas, la primera puede ser por la incapacidad para controlar, la otra es por un tácito permiso, ambas son muy graves.
Se tiene que arbitrar todos los mecanismos para que esto no vuelva a suceder, la pirotecnia sonora no debe existir y la Municipalidad tiene la obligación de tratar que la normativa se cumpla, de lo contrario no es más que cómplice del incumplimiento de sus propias ordenanzas.