Perspectivas 2025: un buen año (siempre que haya dólares)

OPINIÓN Eugenia Muzio*
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A diferencia de 2024, la mayoría de las proyecciones para 2025 son optimistas, aunque con una advertencia que atraviesa todos los escenarios posibles: la necesidad de dólares. Entre las principales variables que marcarán el próximo año de Javier Milei y Toto Caputo, están:

* Un dólar barato.

* Afluencia de divisas vía FMI u otros organismos internacionales.

* Crecimiento de la actividad económica.

* Salarios rezagados.

* ¿Recomposición de tarifas?

* Inflación a la baja.

En promedio, las consultoras de la City porteña esperan un tipo de cambio de alrededor de $1.400, un Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 35% y un crecimiento del 4% de la actividad económica. Es un panorama favorable para el Gobierno, pero que no está exento de riesgos.

Se trata de un esquema que combina déficit de cuenta corriente con superávit de la cuenta capital por parte del sector privado. Es decir, las empresas y familias apalancan las cuentas con acceso al crédito.

Si este mecanismo cesa, porque el privado decide cortar el endeudamiento externo o el mercado financiar a las firmas, el Banco Central tendrá problemas para sostener el tipo de cambio.

Las preguntas de los mercados

No es un peligro a corto plazo, pero todo dependerá del timing de las noticias anunciadas por Milei y Caputo respecto a 2025.

Los mercados se formulan dos preguntas en cuanto a lo que viene: ¿Cuándo habría acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)? y ¿Cuándo se levantará el cepo cambiario?

Para que el combo de variables resulte positivo, la clave es la acumulación de reservas. En una economía dependiente de las importaciones de bienes intermedios, un crecimiento del PBI demandará mayores compras al exterior, aún más con el dólar barato, sin impuesto PAIS, varios rubros con apertura comercial y baja competitividad de la producción local.

Más aún, si hay apertura del cepo cambiario, otro de los grandes stocks a resolver son los dividendos: se calcula que hay entre u$s5.000 millones y u$s6.000 millones en giros que las empresas con casas matrices en el exterior no pudieron resolver por las restricciones cambiarias.

Dólar y cepo cambiario

En su informe de perspectivas, la consultora Equilibra describió: “Luce muy improbable que la economía pueda soportar un tipo de cambio real como al que vamos. El nivel del tipo de cambio real de 2025 será históricamente muy bajo. Con valores semejantes, la economía ha tenido déficits de cuenta corriente significativos en el pasado".

"¿Será distinto esta vez? Las perspectivas de exportaciones de energía y minería son muy positivas, pero insuficientes. En el mejor de los escenarios, estamos hablando de algo menos de u$s35.000 millones anuales adicionales para 2030; menos de u$s700 de exportaciones per cápita”, estimó.

Pese a haber comprado u$s19.000 millones en el año y sumar los dólares del blanqueo, las arcas del Banco Central terminan 2024 en negativo por u$s10.000 millones, según cálculos de la consultora Outlier.

Es el mismo número con el que inició la gestión. ¿Qué pasó? Tanto el Estado Nacional como las provincias tuvieron que pagar vencimientos de deuda.

La cuenta corriente cambiaria con el saldo global de las operaciones en dólares que realiza el país, tanto el sector público como el privado, mostró déficit por sexto mes consecutivo.

Otra incógnita es el desarme del blend, el esquema especial exportador por el cual se liquida el 20% al dólar CCL.

Estimaciones de las consultoras

Eco Go, la consultora de Marina Dal Poggetto, advirtió: “La pregunta del millón es cuántos de los dólares que actualmente van al blend (u$s15.900 millones estimados en 2025 de sostener el esquema) tiene que usar el BCRA para mantener comprimida la brecha si se desarma".

"El rebalanceo entre ambos mercados va a ser parte del desarme del cepo, pero difícilmente se asuma el riesgo de ir a una liberalización total, sobre todo para los stocks”, pronosticó.

PxQ, de Emmanuel Álvarez Agis, consideró: “La principal herramienta para reactivar la economía con baja de la inflación en simultáneo reside en agudizar la pérdida de competitividad de la economía argentina, en un marco en el que el Gobierno avanza decididamente en la apertura de la economía".

"El caso actual de Argentina no es uno en el cual la apreciación cambiaria está generada por un ingreso de capitales por parte del sector privado. Al revés, la apreciación del tipo de cambio está generada y sostenida por el control de cambios y, a posteriori, la política económica busca cómo sostener este esquema con herramientas ad hoc como pudo ser el blanqueo este año y, probablemente, lo será el FMI en 2025”, planteó.

 

 

* Para www.letrap.com.ar

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