OPINIÓN Pablo Lapuente*

Javier Milei compone las estrofas de "Los muchachos libertarios"

"Nosotros somos el peronismo". Santiago Caputo lanzó esta frase en al menos dos oportunidades, quizá con la idea de comenzar a construir y difundir entre sus interlocutores una narrativa libertaria más amplia que ayude al gobierno de Javier Milei a salir de varias semanas críticas desde lo político. También puede ser una línea del prólogo de las elecciones del 2025.

El influyente asesor presidencial remarcó esta proclama hace exactamente una semana, el jueves 26 de septiembre por la tarde. Fue en la puerta del amplio despacho que tiene en el primer piso de la Casa Rosada, mientras se conocían los alarmantes índices de pobreza, que el INDEC informó en torno al 52,9% de la población. Ya se daba por hecho, también, la sanción de la ley de financiamiento universitario.

Después de eso, vino el acto lanzamiento de La Libertad Avanza en Parque Lezama, en la que tanto Karina Milei, como el arquitecto de la narrativa libertaria, buscaron desempolvar la épica política que el Presidente había mostrado en ese mismo lugar en 2021, cuando accedió a una banca en la Cámara de Diputados. El auditorio mostró elementos propios de la liturgia peronista.

Las Fuerzas del Cielo justicialistas

Caputo no es el único que desea ampliar las bases políticas de LLA, lo busca también El Jefe. No por nada, quienes la conocen aseguran que fue ella misma la que convalidó con gusto el uso del folklore peronista en el acto de lanzamiento en Lezama, el mismo en el que el país conoció su voz.

"No renegamos de los bombos, los micros, los cohetes o el fernet porque somos el partido que hoy representa lo popular", analizó una voz al tanto de la mitología libertaria. Eso, agregó, los diferencia del PRO de Mauricio Macri: "A ellos les faltó respaldo del pueblo porque nunca lo buscaron, de hecho renegaban del conurbano y buscaban representar a las señoras de Recoleta. Nosotros somos otra cosa".

Una SIDE con vínculos en el conurbano

La carrera por ampliar los márgenes de influencia política involucran también a los actores más insospechados del Gobierno. Por supuesto que están al frente Martín Menem y Eduardo Menem, que en nombre de la secretaria general son los encargados de armar a lo largo y ancho del país, pero también también hay otros abocados a la tarea, como Sergio Neiffert.

El director de la Secretaría de Inteligencia (SIDE) ya tenía el mandato del denominado "triángulo de hierro" mileísta de posar su mirada en el conurbano bonaerense, región que conoce bien en su paso por la Municipalidad de Malvinas Argentinas. El jefe de los espías mantiene diálogo fluido -vía WhatsApp- con intendentes de la provincia de Buenos Aires y viejos caciques del justicialismo.

Por supuesto no son los únicos puentes políticos que tiende la Casa Rosada. En sus pasillos se menciona un acuerdo político en construcción con Diego Santillli, de alcances electorales todavía poco claros, pero que está materializado en varias áreas claves de la gestión. Corredores Viales S.A, una empresa que administra unos 6.000 kilómetros de rutas en 13 provincias del país, está dirigida por José Luis Acevedo, un hombre de confianza del diputado del PRO, que fue el creador del Instituto República, una suerte de thing tank larretista, y anfitrión de numerosos asados en plena campaña del 2023.

Ezequiel Galli, exintendente de Olavarría, otro santillista casi de la primera hora, también está dentro de esta firma que el Gobierno busca privatizar. El exalcalde mantuvo una reunión con Lisandro Catalán este miércoles en el despacho del antiguo Ministerio del Interior: ¿Fue por su rol en Corredores Viales o por el armado político que ambos construyen al otro lado de la General Paz? Lo segundo parece más que probable.

El regreso de Belén Stettler

En una administración libertaria que ya tiene tantos eyectados, una exfuncionaria volvió. La exsecretaria de Medios Belén Stettler, que se había sido en los primeros días de gestión y rápidamente fue reemplazada por el experiodista Eduardo Serenellini, regresó al sector de de comunicación. Si bien a quien se lo pregunte ella aclara que sólo está ayudando en "materia de contenidos", su segunda aparición pública en Balcarce 50 en una misma semana llamó la atención, incluso entre los propios integrantes del gabinete.

Se la vio ingresar al despacho de Manuel Adorni el lunes a primera hora y volvió a la Casa Rosada al día siguiente: se sentó en el Salón Blanco durante la jura formal de Mario Lugones como ministro de Salud, en reemplazo de Mario Russo.

Promocionada por Caputo en los albores del Gobierno, por haber sido una de sus colaboradoras de confianza en la consultora Move, Stettler regresó ahora por pedido de Adorni, que centralizó toda la comunicación oficial de la Casa Rosada para intentar evitar los habituales teléfonos descompuestos entre los distintos despachos.

En la cúpula de La Libertad Avanza son conscientes de la crisis interna que muchas veces les genera algunos comentarios. Quizá uno de los más recordados es el de Guillermo Francos, que anunció que se podrían implementar cortes de electricidad programados durante el verano y enseguida el Gobierno salió rápidamente a aclarar los dichos del jefes de Gabinete. No fue la única vez: hay quienes todavía recuerdan la vez que el funcionario coordinador prometió que revisaría la reglamentación de la ley de acceso a la información.

Como sea, el regreso de Stettler es un nuevo mensaje interno para Serenellini. El exconductor de La Nación+ está desde hace largos meses en la lista negra de Karina Milei bajo la sospecha de que usa el cargo para favorecer a amigos de los medios por los que pasó. "No lo quiere echar, está esperando que renuncie, como corresponde", dijo una fuente al tanto del desdén de El Jefe.

El último asado de la Quinta de Olivos

Hay autocrítica en el Gobierno: las fotos del asado en la Quinta de Olivos de Milei con los "87 héroes" que respaldaron su veto, además de la como la instantánea posteada por Catalán de Karina, Francos y Caputo para desmentir una pelea interna, fueron errores en materia de comunicación.

No volverán a ocurrir, prometen. Primero porque parece que el Presidente ya se convenció de no volver a organizar otra cena para festejar si logra sostener su rechazo a la ley de financiamiento universitario, algo que en el poroteo parece muy difícil. Aquellas fotos tuvieron un impacto político negativo. La postal de Milei, micrófono en mano ante los legisladores, lo mostró como algo que siempre detestó: un Presidente rosquero, negociando con la casta política.

En la otra imagen se lo veía a un desgastado Caputo, desprolijo y sin afeitarse, que mancilló la imagen que cuidadosamente construyó el asesor desde que asumió. Por eso el vicejefe de Gabinete ya no publicará fotos en sus redes sociales sin antes tener el aval de sus protagonistas.

 

 

* Para www.letrap.com.ar