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“Cristina libre” en Diputados: gesto político, tensión institucional y un debate que vuelve al centro del recinto

  • Legisladores de Unión por la Patria desplegaron un cartel con la consigna “Cristina libre” en Diputados.
  • Mario Manrique defendió el gesto y denunció un “secuestro judicial” contra la vicepresidenta.
  • El diputado vinculó las causas judiciales con intereses económicos y decisiones políticas del pasado.
  • La acción generó fuertes tensiones y reacciones encontradas dentro del recinto.
  • El episodio reavivó el debate sobre independencia judicial y persecución política.
  • La consigna funciona también como un mensaje identitario hacia la base del kirchnerismo.

La sesión de este miércoles en la Cámara de Diputados sumó un nuevo capítulo a la disputa política y judicial que atraviesa a la figura de Cristina Fernández de Kirchner. Legisladores de Unión por la Patria desplegaron en el recinto un cartel con la consigna “Cristina libre”, acompañado por una denuncia directa: la vicepresidenta estaría “secuestrada por la Justicia”. El gesto, deliberadamente provocador para algunos y reivindicativo para otros, reavivó un debate que excede lo simbólico y vuelve a poner en primer plano la relación entre política, Poder Judicial y representación institucional.

Uno de los principales voceros de la iniciativa fue el diputado Mario Manrique, quien defendió la exhibición del cartel “con orgullo” y la enmarcó en una postura política de largo aliento. Según sostuvo, los procesos judiciales que enfrenta Fernández de Kirchner no responden únicamente a criterios jurídicos, sino a una lógica de disciplinamiento vinculada a intereses económicos y geopolíticos. En ese sentido, afirmó que la vicepresidenta es perseguida “por no haberse arrodillado ante los poderosos”.

Durante su intervención, Manrique vinculó la situación judicial de la ex presidenta con decisiones políticas adoptadas durante sus mandatos, particularmente aquellas que afectaron relaciones con actores externos y organismos internacionales. En ese marco, recordó los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional impulsados durante el gobierno de Mauricio Macri y cuestionó que el actual Ejecutivo no haya revisado ni reivindicado una postura crítica frente a esos compromisos. Para el diputado, esa continuidad explicaría parte del contexto en el que se desarrollan las causas contra Cristina Fernández de Kirchner.

El legislador insistió en la necesidad de “contar la historia completa”, una expresión que sintetiza la estrategia discursiva del kirchnerismo frente a las condenas judiciales: poner el foco no solo en los fallos, sino también en los intereses que, según denuncian, operan detrás de ellos. Desde esa perspectiva, el cartel desplegado en el recinto no fue un hecho aislado ni meramente provocador, sino una señal política dirigida tanto al Poder Judicial como al Ejecutivo.

La escena generó reacciones inmediatas dentro del recinto. Mientras los integrantes de Unión por la Patria respaldaron el gesto como una forma legítima de expresión política, desde otros bloques se lo interpretó como una provocación innecesaria que tensiona el funcionamiento parlamentario. La polémica dejó al descubierto, una vez más, el clima de polarización que atraviesa al Congreso, donde los gestos simbólicos suelen tener un impacto tan fuerte como los debates legislativos.

Más allá del episodio puntual, la consigna “Cristina libre” condensa un debate de fondo sobre la independencia judicial y los límites del poder del Estado. Manrique reiteró que la vicepresidenta recibe un trato desigual por parte de la Justicia y habló de un “secuestro judicial”, una expresión que apunta a cuestionar la legitimidad de los procesos en su contra. En ese marco, reclamó abrir una discusión más amplia sobre el rol del Poder Judicial y su relación con los poderes políticos y económicos.

El despliegue del cartel también puede leerse como un mensaje hacia la propia base electoral del kirchnerismo, en un contexto de reconfiguración del escenario político y de fuerte disputa narrativa. La defensa cerrada de Cristina Fernández de Kirchner sigue siendo un elemento identitario para un sector del peronismo, que encuentra en estos gestos una forma de cohesión interna y de confrontación con el oficialismo y la oposición dura.

Así, lo ocurrido en Diputados no solo reflejó una posición sobre una figura política en particular, sino que volvió a exponer una grieta persistente: la que separa a quienes ven en las causas judiciales una respuesta institucional a hechos de corrupción y a quienes las interpretan como parte de una estrategia de persecución política. Una discusión que, lejos de saldarse, promete seguir ocupando un lugar central en la agenda parlamentaria.