La ruta de los “seismiles” de Catamarca

En el corazón del oeste catamarqueño, la ruta nacional 60 se convierte en un sendero hacia las alturas que permite ver y explorar la majestuosidad de los Seismiles, una de las regiones más elevadas de la Cordillera de los Andes.

Con cumbres que desafían la altura, este destino se erige como un imán para andinistas, fanáticos del trekking y amantes de las travesías en 4x4.

Un camino de altura: los Seismiles en Catamarca
El acceso a los Seismiles se realiza por la RN 60, una ruta asfaltada que conecta Fiambalá con el paso fronterizo de San Francisco ubicado a 201 kilómetros. A lo largo del trayecto, los Ojos del Salado, Pissis, San Francisco e Incahuasi dominan el horizonte.

Se recomienda realizar el recorrido entre octubre y abril, evitando los meses de posibles lluvias que podrían interrumpir la ruta. La altura demanda precaución, por lo que se aconseja contar con guías y realizar excursiones en 4x4 para disfrutar de lugares como el balcón del Pissis, la laguna Verde o la laguna Azul.

El destino es ideal para los amantes del trekking y montañismo, ya que cuentan con servicios de excursiones guiadas a cerros de 4 mil metros o, para los más experimentados, expediciones para alcanzar la cumbre de alguno de los Seismiles.

La RN 60 también alberga la famosa “Ruta del Adobe”, un circuito de 55 kilómetros entre Tinogasta y Fiambalá que atraviesa pintorescos poblados con construcciones de adobe, un testimonio vivo de la arquitectura tradicional de la región. En medio de ellas también está la Ruta del Vino que permite degustar vinos de altura en bodegas locales o, a 17 km, un complejo termal en una quebrada que ofrece aguas termales en el entorno catamarqueño.

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