Cómo prevenir intoxicaciones con monóxido de carbono por el uso de calefones y otros artefactos

CIUDADANOS 04/06/2024 Cinthia RUTH
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Este año, el encendido de los artefactos para calefaccionar los hogares se adelantó más de la cuenta debido a las bajas temperaturas que interrumpieron en pleno otoño. El frío hace que muchos opten por cerrar todas las puertas y ventanas para contener el calor dentro de la casa sin advertir que se pueden producir accidentes fatales por la inhalación de monóxido de carbono.

La combustión originada por estufas, calderas, calefones, hornallas de la cocina y hornos, entre otros, pueden producir monóxido de carbono si no están funcionando bien. Los hogares o cocinas a leña, salamandras, braseros y los vehículos con el motor encendido también lo emiten.

A la intoxicación por monóxido de carbono se la conoce como el “asesino invisible”, “asesino silencioso” o “gran simulador” ya que se trata de un gas altamente tóxico que no tiene color ni olor. Por año, se registran al menos 200 muertes de este tipo en todo el país.

Los artefactos más peligrosos son los de cámara abierta, que toman el oxígeno del ambiente y despiden los gases de combustión en el interior del ambiente. Por eso, es fundamental que en esos casos siempre haya ventilación permanente, aunque haga frío.

Los artefactos de cámara cerrada, en cambio, son aquellos que tienen un conducto que sale del otro lado de la pared; hacia el exterior. Un ejemplo de ello son las estufas de tiro balanceado, que se puede instalar perfectamente en un dormitorio o un baño porque no van a consumir el aire que hay en el ambiente.

Cuando las personas empiezan a sentir dolor de cabeza, náuseas, palpitaciones, vómitos y mareos es porque se está intoxicando. Ante la presencia de estos síntomas hay que abrir puertas, ventanas y mantener los ambientes bien ventilados, retirando a las personas que se encuentren en el lugar contaminado, y concurrir inmediatamente a un médico informándole de una posible intoxicación.

Los principales consejos para evitar estas intoxicaciones son revisar por lo menos una vez al año todos los artefactos de gas que tengamos; mantener aireado el ambiente, dejando por lo menos 10 centímetros abierta una ventana; no utilizar estufas que no sean de tiro balanceado en ambientes en los cuales vamos a dormir; no utilizar carbón para calefaccionar y si lo utilizamos dentro de la casa airearla y retirarlo cuando nos vamos a dormir y si vamos a encender un automóvil dentro de un garaje siempre es fundamental que el garaje también esté ventilado, porque nos podemos contaminar en esa situación.

Simulador de accidentes domésticos y cómo prevenirlos
El Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de Buenos Aires armó un gabinete donde simulan los efectos tóxicos que produce un calefón instalado de manera antirreglamentaria. “Los instalamos para que se vean los gases que libera el conducto y como invade absolutamente todo el ambiente en pocos segundos. Hicimos una recreación del calefón cuando anda bien y cuando anda mal”, precisó a Infobae el comandante Martín López Calvo, especialista sobre los accidentes por inhalación de monóxido.

Además, en el gabinete muestran cuáles son las obstrucciones más comunes que pueden tener los conductos como nidos de pájaros, mampostería, basura o tierra. “La idea es ver cómo el gas pasa para un lado y después rebota y vuelve. Como el ser humano no tiene posibilidad de detectarlo, hicimos un ensayo con un un polvo fumígeno para que se vea. Ese polvo se mete en el interior del calefón y cuando eso se quema, recrea el recorrido que hacen los gases producto de la combustión. Es decir, tiñe de color gris esos gases que no se ven para que se pueda observar por donde salen los gases producto de la combustión”, relató.

Y agregó: “Si el conducto está bien hecho no debería salir ningún gas hacia el interior del ambiente, tiene que salir todo por el conducto de evacuador. Pero cuando ese conducto está obturado o hay algún problema, todos esos gases chocan y vuelven para atrás. Y cuando vuelven para atrás salen sí o sí por el calefón”, enfatizó López Calvo.

A pesar de que el calefón esté instalado en la cocina, el jefe de Bomberos alertó que ese gas tóxico sigue caminando por el resto de los ambientes. “Nos pasó muchas veces que nos encontramos con víctimas fatales en el baño, en un dormitorio o en el living comedor cuando todo se desató en la cocina”, recordó.

Los artefactos que no generan monóxido de carbono pero sí otros accidentes fatales
Si bien las estufas, los caloventores y los radiadores eléctricos no generan monóxido de carbono, pueden llegar a ocasionar otros accidentes fatales que nada tienen que ver con la intoxicación. “Hay que tener cuidado con la parte eléctrica, que no haya una sobrecarga o un recalentamiento en los cables que pueda llegar a generar un incendio o una electrocución”, enfatizó López Calvo.

La cocina tampoco es un elemento que genere monóxido de carbono por sí sola porque está diseñada para no generarlo. El problema está que cuando se tiene todo el ambiente cerrada y no hay rejillas de compensación de aire instaladas o bien instaladas. “Eso hace que el aire que se encuentra en el ambiente donde está presente el oxígeno se vaya consumiendo, y al haber poco oxígeno la combustión se torna incompleta y empieza a generar monóxido de carbono. Lo mismo ocurre con la llama del horno, que empieza a combustionar mal porque hay carencia de oxígeno en el ambiente”, detalló el experto.

Por eso, se recomienda revisar la instalación eléctrica de la vivienda al menos una vez al año por profesionales matriculados, sobre todo si es precaria o antigua. “Por lo general, pasa que la instalación es siempre la misma y se le van cargando nuevos artefactos, como los aires acondicionados que también tiran calor en inviernos”, precisó.

En ese sentido, López Calvo aclaró: “No es lo mismo la utilización de, por ejemplo, un equipo de aire acondicionado solo en el living comedor que cuando tenemos otro en el dormitorio principal, en el dormitorio de los chicos y en el quincho. Así, uno le va agregando consumo a esa instalación eléctrica y se puede generar un incendio a raíz de un cortocircuito”.

“Lo mismo ocurre cuando utilizamos un prolongador eléctrico múltiple, más conocido como ‘zapatilla’, para enchufar varios artefactos: la cafetera, la freidora, la licuadora, la multiprocesadora y en invierno también la estufa eléctrica que está en la cocina”, ejemplificó.

Otra precaución que hay que tener en cuenta también involucra a las estufas de gas natural de tiro balanceado. Aunque son las más seguras, hay muchas personas que le dan un uso que no corresponde y es ahí donde se desatan las tragedias. “Cuando la ropa no se seca de forma rápida se suele acercarla a estos artefactos para acelerar el proceso. Ese acercamiento a una distancia demasiado corta hace que la ropa se termine quemando y se desate un incendio”, concluyó López Calvo.

Fuente: Infobae

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