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El misterioso “duende” que esconde sobres con dólares en ciudades del país y deja pistas en las redes para hallarlos

CIUDADANOS Cinthia RUTH
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“El Duende ha escondido un nuevo tesoro. Esta vez se las hizo un poco más difícil. Mucha suerte para todos. Código: 2580″, dice el posteo de Instagram de @Duende.BA, que invita a sus seguidores a buscar los $25.000 que están escondidos en el Cementerio de la Recoleta.

En el video se muestra que el supuesto “duende” dejó el dinero dentro de un candado con combinación. Para abrirlo, es necesario poner esos 4 números. Lo más sorprendente de este juego es que sus creadores empezaron repartiendo $5.000 por semana y hoy el premio asciende a 100 dólares.

 
Lo que arrancó como un juego entre dos amigos universitarios ya se convirtió en un fenómeno viral, que es seguido por unas 272 mil personas. Detrás de esta iniciativa están dos jóvenes que prefieren mantener en secreto su identidad y sus lugares de origen. Sólo dejaron trascender que se conocieron en la escuela secundaria y, aunque ahora estudian carreras diferentes en las universidades de La Plata y de Buenos Aires, comparten una idea en común: hacer que la ciudad se convierta en un tablero de juego.

La cuenta de Instagram fue la primera en crearse, acompañada de inmediato por una en TikTok. Las redes sociales se convirtieron en la base operativa del “duende”, que comenzó a dejar pistas para los tesoros que escondía por la ciudad de Buenos Aires. La primera gran búsqueda se llevó a cabo a fines de abril en la Facultad de Medicina de la UBA.

La estrategia para que encontrara ese tesoro no fue azarosa: “Unos días antes de esconderlo empecé a seguir a gente del centro de estudiantes de la Facultad, para que se empezara a correr la iniciativa de boca en boca”.

Con la primera publicación, la cuenta estalló de seguidores, y la respuesta fue inmediata. En solo 20 minutos, un estudiante dio con el sobre que contenía 5.000 pesos, inaugurando así la dinámica de la búsqueda del tesoro. Un sobre con dinero y pistas para encontrarlo: la premisa era sencilla y por supuesto, adictiva.

La mecánica del juego no sigue un patrón fijo, sino que depende del tiempo disponible de sus organizadores. “La idea es al menos uno por semana”, dice el joven que maneja la cuenta de Buenos Aires. En tanto su amigo se ocupa de @duende.laplata.

Al principio, el dinero de los sobres salía directamente del bolsillo de estos dos amigos. Un esfuerzo personal que, aunque costoso, les daba la esperanza de que eventualmente llegaría el apoyo de marcas interesadas en sumarse al juego. Y no se equivocaron.

Cuando el “duende” comenzó a ganar popularidad, llegaron los sponsors y marcas interesadas en asociarse al fenómeno. Aportaron premios como vouchers para ropa y otros productos. Sin embargo, el cambio más notable fue la inclusión de dólares en los sobres, un recurso que aumentó el interés de los participantes.

Debido a la repercusión de lo ocurrido en la Ciudad de Buenos y en La Plata, sus creadores recibieron la propuesta de expandirse a otras ciudades. “Se dio de manera natural, nunca lo buscamos. Personas que seguían la cuenta y querían llevar la misma experiencia a sus propios barrios se contactaron con nosotros para pedirnos permiso y replicarlo”, indicó. Es por eso que desde hace poco se sumaron réplicas en Pinamar, Mar del Plata y Córdoba Capital.

Para mantener la cohesión del proyecto ante esta expansión, se establecieron algunas reglas básicas: “Al principio, los organizadores locales deben poner dinero de su bolsillo hasta que consigan sponsors, y todos los tesoros tienen que ser reales, asegurando que el dinero quede para quien lo encuentre. Así, se garantiza la autenticidad del juego y se mantiene la confianza de los participantes”.

Aunque la mayoría de las búsquedas son rápidas y exitosas -no suelen durar más de media hora- también hubo momentos de tensión y situaciones inesperadas. Uno de los episodios más singulares ocurrió en la Costanera Norte. “Escondimos 100 dólares en la arena”, relató. Pero la situación se complicó cuando una nena, ajena al juego, encontró el sobre por accidente y se lo dio a su papá.

“Llegó la gente y no sabía muy bien en qué parte estaba el sobre. Justo se pusieron a jugar unas chicas en la arena, justo arriba de donde había dejado el sobre, y a nadie se le ocurrió buscarlo ahí. Todos se fueron más lejos”, recordó. Luego, se enteraron por una señora que la menor se había llevado el sobre, y de ese modo dejó al resto de los participantes buscando algo que ya no estaba allí. “Fue una cagada”, admitió con resignación.

A pesar de ello, lo ocurrido dejó una enseñanza importante: “Planificar mejor los escondites para evitar que sucedan situaciones similares”. Es por eso que desde ese día, los creadores del juego se aseguran que el lugar tenga ciertas características que lo hagan fácilmente reconocible: que esté cerca de algún edificio emblemático, un parque, un monumento, un mural, etc.

El propósito detrás del “duende” va más allá del simple hecho de regalar dinero. La idea es crear una experiencia lúdica que permita a las personas reconectar con su niño interior, ese deseo de aventura y sorpresa que todos llevamos dentro. “Normalmente lo hacemos fácil. Tampoco queremos que la gente se pase el día entero buscando”, explicó el hacedor del juego.

La intención es que la experiencia sea divertida y que no se convierta en una frustración para los participantes. “Intento ir cambiando el lugar lo más que puedo para que todos puedan participar”, dijo el creador del “duende”, quien a veces eligen lugares céntricos, pero también explora barrios periféricos para que la búsqueda sea accesible a públicos diferentes.

La viralización del contenido es clave para mantener viva la iniciativa, y por eso los organizadores piden a quienes encuentren los sobres que lo compartan en sus historias de Instagram. “Es lo único que esperamos de parte de nuestros seguidores para que se siga viralizando la iniciativa y que sepan que es algo real”, enfatizó.

Sin embargo, no todos los participantes cumplen con esta condición, lo que a veces genera dudas entre los seguidores. “Cuando encuentran el tesoro, ellos publican una historia diciendo que lo encontraron. Suben una foto del premio y nosotros la compartimos”.

Este detalle es fundamental para asegurar la continuidad del juego y mantener la confianza de la comunidad. “Hay veces que no nos quedamos ahí mirando a ver si ya lo encontraron. Entonces, si no nos avisan, tampoco podemos avisarle al resto de la gente que ya lo encontró”, detalló.


Sus ideólogos sostienen que la inspiración para crear @Duende.BA vino de otras cuentas similares alrededor del mundo que también organizan búsquedas del tesoro: “Nuestra principal fuente de inspiración es una cuenta holandesa que se llama Cash catch”.

Y así, entre sobres escondidos, pistas crípticas y patrocinadores, el “duende” sigue su camino, llevando un poco de magia a las calles de la ciudad y ofreciendo un escape de la rutina diaria.

Fuente: Infobae

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