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Capitanich descalificó a su propio gabinete por no tener “la experiencia necesaria”

En vez de remover ministros, el Gobernador creó una nueva estructura, que evaluará los resultados de cada área y podrá redefinir metas. La provincia habilitó encuentros de pastores, pero multó a los médicos que protestaron en reclamo de mejor trato y más protección en uno de los distritos más golpeados por la pandemia

SALUD - CORONAVIRUS 03/06/2020 Claudia PEIRÓ
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En una de las provincias más golpeadas por la pandemia de COVID-19, Jorge Capitanich sorprendió al reconocer públicamente que no está conforme con el desempeño de su gabinete. Sin embargo, a esta sorpresa le siguió otra. Aunque afirmó que “cuando las cosas no se ejecutan como uno espera, hay que pensar en reemplazos”, en vez de cambiar o renovar parcialmente su equipo, el mandatario de Chaco creó una nueva estructura.

Se trata de la Unidad Oficina del Gobernador, que tendrá funciones de diseño de políticas, asesoramiento, coordinación y control. Evaluará los resultados área por área y podrá redefinir metas. Como su nombre lo indica, dependerá directamente del Ejecutivo provincial. El público ya los bautizó como “los mediadores”.


De momento, sólo se conoce el nombre del titular. Se trata del ingeniero Raúl Oscar Codutti, colaborador de larga data de Capitanich y actual asesor. No obstante, no se sabe la composición de esta peculiar estructura, que en muchas de sus funciones se solapa con las del gabinete ya existente.

“Es un equipo joven, que no tiene la experiencia necesaria para asumir situaciones complicadas en un entorno tan complejo”, había dicho el Gobernador sobre su propio Gabinete. Y, como atenuante, agregaba: “No es una situación de estabilidad, sino de inestabilidad y con pandemia”.

La interpretación de los medios provinciales es que el Gobernador desplazó al gabinete, dejándolo en un segundo plano, y que una nueva estructura controlará desde ahora la gestión. A tal punto es así, que la nueva Unidad tendrá incluso la función de “representar al Gobernador” ante “organismos federales, nacionales, internacionales e interjurisdiccionales”.


Chaco es una de las provincias más afectadas por el coronavirus. Fue una de las primeras en tener brotes de contagio y luego padeció una importante diseminación del virus entre su personal de salud, tanto de entidades privadas como públicas. El principal hospital provincial, el Julio C. Perrando, en Resistencia, llegó a ser un foco de contagio. Uno de los primeros casos fue el de la Jefa de Consultorios Externos y poco después hasta la directora del establecimiento dio positivo.

Actualmente, según pudo saber Infobae, la totalidad de los integrantes del Servicio de Cirugía y de Terapia Intensiva del Perrando tuvieron que someterse al hisopado y en las próximas horas se conocerán los resultados.

Chaco es el tercer distrito en cantidad de muertos y, con 1.130.000 habitantes, supera en casos fatales a provincias mucho más pobladas, como Córdoba, Santa Fe, Tucumán o Mendoza.


El sábado pasado, la protesta de médicos y otros agentes de salud, convocada en todo el país, fue particularmente nutrida en Resistencia. Y se replicó en otras ciudades del interior de la provincia, como Sáenz Peña, Castelli y Charata, entre otras.

En la Capital, las autoridades bloquearon en varios puntos la caravana de autos de los profesionales de la salud, que hacía un recorrido por las avenidas más alejadas del centro.

María Ibarra, asesora legal de la Gremial Médica Hospitalaria Chaco, que agrupa a los profesionales de los establecimientos públicos, dijo a Infobae que, a pesar de que todos los médicos tienen permiso para circular en sus vehículos, la Policía les levantó infracciones a los que protagonizaron la manifestación. De todos modos, una caravana de cerca de 200 vehículos llegó hasta el Hospital Pediátrico y allí, sobre la avenida Vélez Sársfield, se hizo un acto al que se sumaron muchos otros trabajadores de la salud, que llegaron a pie hasta el lugar, manteniendo distancia y con barbijos.


En contraste con el bloqueo policial a la caravana de los médicos, el domingo tuvo lugar un “auto-culto” presidido por el pastor Jorge Ledesma, de la Iglesia Cristiana Universal. El hombre aseguró que el Gobernador en persona le había dado permiso para “flexibilizar” el megaevento religioso. Es decir que al acto, en un predio donde se está construyendo un templo de ese culto, no sólo concurrieron personas en sus vehículos particulares, sino también en motos, bicicletas e incluso a pie. En total, unas 900 personas, en lo que constituiría una violación de la cuarentena por tratarse de una actividad no autorizada.

Durante el acto, el pastor Ledesma agradeció especialmente la autorización que recibió del Gobernador y del Intendente para la realización del culto: “Tuvimos una entrevista con el Gobernador, en la que le pedimos permiso para celebrar el Pentecostés (...) Nos permitió reunirnos al estilo de los bancos”, agregó, en referencia a la fila que se hace frente a esos los establecimientos bancarios. A su vez, aseguró que se respetaron las medidas de seguridad a rajatabla.


Lo mismo podían decir los médicos que se habían movilizado el día anterior. El detonante de la protesta, explicó Ibarra a Infobae, fue la situación de los médicos de Córdoba procesados como responsables de contagio. Recordemos que también en Chaco, el Gobierno decidió demandar a varios profesionales, responsabilizándolos de los contagios.

Pero el eje principal del reclamo fue por más elementos de protección y por la situación salarial. En marzo se había firmado un acuerdo por el cual se concedía un 11 por ciento de aumento, aunque sujeto a la revisión por una mesa técnica, que debía debatir otro ajuste en abril, lo que hasta ahora no se ha reunido.

“No se estaba trabajando en buenas condiciones -agregó María Ibarra, en referencia a los primeros contagios en el Hospital Perrando-; después, se distribuyó algo de material de protección, pero en muchos Centros de Salud de Fontana o Barranqueras [Gran Resistencia] sólo tienen barbijos”.

A la marcha también se sumó el sector privado, tanto profesionales como también empresarios de la salud. Su reclamo, explicó a este medio el secretario gremial de la seccional Chaco de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA), Adrián Bellomi, es presupuestario: reclaman por las deudas de las obras sociales y por un aumento del valor de las prestaciones.


Parte de la expansión de los contagios entre trabajadores de la salud fue responsabilidad de los establecimientos privados que demoraron demasiado tiempo en adoptar protocolos de prevención y brindar los elementos de seguridad a su personal, como lo explicó en su momento Bellomi, lo que justifica el alto porcentaje de contagio entre los trabajadores de la sanidad.

Actualmente, dijo, se hacen inspecciones por parte de equipos mixtos -de ATSA y del Departamento de Higiene y Seguridad del Ministerio de Trabajo-, pero el Gobierno no ha multado ni sancionado a los establecimientos que estaban en infracción.

Solamente en el sector privado, hay 51 casos positivos entre miembros del personal técnico, administrativo y de servicios, aseguró el secretario gremial de ATSA.

Las clínicas privadas están trabajando entre un 15 y un 20 por ciento de lo normal. Apelan a licencias con reserva de puestos, adelantan vacaciones, no renuevan contratos y prescinden de los que están en período de prueba, expresó Bellomi. Y muchos trabajadores deben destinar parte de sus sueldos, ya modestos, a comprar los elementos de protección que necesitan y que las clínicas no siempre les proveen en la cantidad necesaria.
“Lo que pedimos -agrega- son mesas de discusión tripartita, de gobierno, sindicatos y empresas, para ir discutiendo la salida de la cuarentena y de la crisis”.

Otro brote importante de contagio estalló en el llamado “Barrio Toba”, que no es otra cosa que una villa miseria. “Donde están de a 15 en una casilla, pasan hambre y viven de changas, la cuarentena es muy complicada”, dice María Ibarra. La ciudad levantó terraplenes en torno al barrio aborigen, para aislarlo, pero la gente las pasa por encima para salir a buscar su sustento.

No existe una coordinación en el área metropolitana -Resistencia, Barranqueras, Fontana y Puerto Vilela- en cuanto a las medidas de emergencia, explica Ibarra, en parte debido a desinteligencias entre el Gobernador y el alcalde de la Capital, Gustavo Martínez, pese a que son del mismo partido.

A este clima ya enrarecido, se sumó un grave atropello policial contra una familia aborigen, que sufrió un violento allanamiento, detenciones y hasta abusos sexuales.

El gabinete “inexperto” que nombró Jorge Capitanich al inicio de su nueva gestión, en diciembre pasado, fue presentado entonces como una experiencia auspiciosa de renovación. Algo similar había hecho en los cuatro años anteriores como Intendente de Resistencia. “Incorporar jóvenes está bien, pero esta situación es muy compleja”, afirmó Ibarra.

Según el parte epidemiológico oficial del 2 de junio, en Chaco hay 962 casos positivos, de los cuales 358 se han recuperado; hubo 58 muertos, siendo uno de los últimos casos el de una adolescente de 14 años, la víctima fatal más joven a la fecha en todo el país. Finalmente, hay 52 internados, de los cuales 11 son casos graves.

Fuente: Infobae

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