La Unesco pidió reducir el uso de celulares en los colegios. Los rafaelinos opinan

RAFAELA R24N

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) presentó un informe en el que advirtió a los colegios del mundo sobre el uso excesivo del celular en los estudiantes y las consecuencias que trae.

Con la ampliación del acceso a la tecnología, es cada vez más común ver a los menores asistir a sus escuelas con sus dispositivos, lo que para la organización genera un impacto negativo en el rendimiento académico y amplía las desigualdades digitales.

 
Según las investigaciones, la presencia de los teléfonos móviles en las aulas de clase distrae a los estudiantes y disminuye su capacidad de concentración.

Mientras que los profesores deben hacer esfuerzos para mantener la atención de los alumnos, que cada vez más tiene acceso a estas tecnologías y a las diferentes aplicaciones, como redes sociales y juegos.

Los motivos para prohibir los celulares en clases
El bajo rendimiento académico y la inestabilidad emocional son algunas de las consecuencias que se asocian con el uso excesivo de celulares entre los estudiantes. La sobreexposición a pantallas y redes sociales puede afectar negativamente el proceso de aprendizaje y el desarrollo emocional de los jóvenes.

“Las notificaciones entrantes o la mera proximidad de un dispositivo pueden ser una distracción para los estudiantes, haciendo que pierdan la atención en la tarea que tienen delante”, publicó la Unesco en su informe.

Además, la presencia de celulares en las aulas también contribuye a ampliar la brecha de desigualdad digital entre estudiantes. Un estudio de la organización reveló que aproximadamente el 90% del material de aprendizaje disponible en internet proviene de Europa y América del Norte, lo que genera un sesgo informativo. Además, el 92% de dicho material está en inglés, excluyendo a aquellos estudiantes hispanohablantes que no dominan este idioma.

La falta de acceso a dispositivos móviles o computadoras en hogares de bajos recursos también agrava la desigualdad en el ámbito educativo. Mientras algunos estudiantes pueden contar con los mejores dispositivos en sus manos, otros quedan rezagados, limitando sus oportunidades de aprendizaje y desarrollo.

“La revolución digital tiene un potencial inconmensurable, pero debemos prestar atención a cómo se emplea en la educación”, afirmó Audrey Azoulay, directora general de la Unesco, quien además resalta que la tecnología debe implementarse como una herramienta para mejorar la experiencia educativa y el bienestar de estudiantes y docentes, no como una distracción que obstaculice el proceso de enseñanza.

Otra situación que destacó la organización, es que tras el uso necesario de la tecnología durante la pandemia de covid-19 en los colegios, se demostró que los alumnos de mayor edad podían regular de mejor manera el uso de los celulares.

“La transición al aprendizaje en línea afectó más a los estudiantes de escuela primaria que a los estudiantes mayores, quienes pudieron haber logrado mantener mejor su aprendizaje en un entorno remoto”, publicó la Unesco.

Esta alerta no es una postura nueva entre las autoridades, porque en diferentes países del mundo ya han implementado regulaciones para el uso de teléfonos móviles en las aulas de clase. Por ejemplo, en Francia se introdujeron políticas en 2018 y en Países Bajos empezarán a regir en 2024. En Bangladesh la situación viene desde más atrás, porque en 2011 se impidió a los docentes el uso de móviles en los salones y luego en 2017 se extendió a estudiante. Algo que también ya hacen en Tayikistán y Uzbekistán.

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