Macri y el desafío del PRO: recuperar terreno en el km 0 del cambio ante el “factor Milei”
POLÍTICA Rodrigo Miranda*El ex presidente Mauricio Macri ya ostenta las riendas de la conducción del PRO, partido que él mismo fundó, tras alcanzar un acuerdo con el sector de Patricia Bullrich, no sin antes atravesar momentos de tensión. Los tires y aflojes propios de la interna partidaria. En la cúpula del PRO, el ex mandatario es secundado por la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez, mientras que el diputado bullrichista Damián Arabia, quedó como vicepresidente segundo.
A su vez, en el Consejo Nacional del PRO hay dos sillas para los cordobeses Laura Rodríguez Machado (espada de Bullrich) y Oscar Agost Carreño (titular del PRO local), que exhibe a las claras el peso que tiene el distrito mediterráneo en la estructura amarilla. También hay un cargo clave en esa mesa para el secretario general, el santiagueño Facundo Pérez Carletti, puesto por los presidentes de los PRO provinciales. “Un integrante del grupo del interior”, en dichos de un amarillo con aires de federalismo que demanda la “no intervención” del puerto sobre las provincias.
En tanto, la asamblea nacional quedó a cargo de la ministra de Seguridad de la Nación, aliada de Javier Milei. En ese ámbito de la vida interna del partido, el PRO Córdoba engrosó su representación con 20 dirigentes (tenía sólo cuatro). Tras la última interna, el alineamiento local sumó casi 15 mil afiliados, más de los que posee la Ciudad de Buenos Aires. De los delegados por Córdoba, cuatro responden a las líneas de Soher El Sukaria, Darío Capitani y Gustavo Santos. Otros cuatro son del G25 (de Guillermo Dietrich) con asiento en las gestiones locales del departamento Colón. Se suman cinco que responden a Agost Carreño y siete al núcleo de Bullrich.
¿Por qué es importante para el ala halcón el peso interno en la asamblea que preside Bullrich? Funciona como un contrapeso a Macri y se mira el horizonte 2025 ante el fogoneo de ese espacio de fusionar el PRO con La Libertad Avanza.
El signo de autonomía de Bullrich, y su intento de plegar al PRO en su conjunto con el gobierno de Milei, generó rispideces internas y algunas incomodidades. De todos modos, con Macri en modo “conductor” se busca aires de renovación en la fuerza amarilla. Los desafíos a encarar tienen como escenario la elección de medio término en 2025 y el “factor Milei” dispuesto a engrosar sus filas para tener peso propio en el Parlamento nacional.
La decisión sobre si el PRO formalizará o no una alianza política con La Libertad Avanza será una discusión clave para la interna amarilla llegado el momento de las definiciones. Algunas voces internas advierten que, en Córdoba, un territorio deseado por ambas fuerzas, habrá tensión por la política de alianza y las listas. El distrito mediterráneo aparece como una base de sustentación para los armados políticos ante el plafón que exhibe el electorado que respalda el cambio que impulsó Milei.
Un botón de muestra -a baja escala- es lo que pasa en Río Cuarto, en donde las expectativas de los referentes no se alinean con las posturas de la dirigencia local cambiemista ante el “factor Milei”, de cara a la elección municipal del 23 de junio.
Macri conducción
“Es bueno que Macri asuma la conducción del partido porque hoy se necesita una persona de su experiencia y peso político para que Milei no se degluta al PRO”, expresó Agost Carreño, titular del PRO Córdoba. El diputado nacional celebró la llegada del expresidente a la cúpula nacional partidaria, pero también consideró necesario “fortalecer los territorios y sus dirigentes (los cabezas de gobiernos locales, legisladores y diputados) en la construcción de un partido federal”. “Que la conducción con peso porteño sea respetuosa de lo bueno que se armó en las provincias”, completó.
En su visión, Rodríguez Machado opinó que “el PRO nacional define lineamientos generales de contenido que fijan las políticas partidarias y las alianzas nacionales. En relación a la política de territorio en Córdoba es responsabilidad del PRO Córdoba y trabaja territorialmente en ello. No obstante, hay canales recíprocos y estrategias comunes”.
Sobre la base de la política territorial de Córdoba en la era Macri conducción, El Sukaria señaló: “Vamos a redoblar esfuerzos para tener candidatos propios en cada localidad y a nivel provincial. No hay alianza alguna en vista y menos que nos condicione. Hemos aprendido mucho todos estos años”.
Ante un Milei que le arrebató la idea de cambio a Juntos, la concejala capitalina aportó su análisis a modo de autocrítica puertas adentro del PRO: “Nos perdimos en una interna nacional sangrienta y nos alejamos de lo que vinimos hacer a la política: representar a los ciudadanos”. No obstante, la vicepresidenta del PRO local subrayó: “Nadie puede pensar que hay un Milei sin que haya existido un gobierno de Mauricio Macri. Nosotros fuimos los que abrimos camino y dimos las batallas y debates para sostener la congruencia y lo seguimos haciendo”.
Por su parte, Rodríguez Machado afirmó que “el PRO defendió siempre un cambio frente a las políticas populistas de los gobiernos K. Por lo tanto, no hay una pelea de quién es la idea o quién lleva adelante el cambio en estos cuatro años”. “Estamos trabajando en conjunto con el presidente (Milei) desde nuestro partido y representantes parlamentarios para que de una vez y por siempre el cambio sea una realidad en nuestro país”, acentuó.
¿Posible riesgo?
Ante la consulta de si existe un riesgo de que el PRO quede absorbido en términos políticos por LLA, El Sukaria aseveró: “Ningún riesgo. Colaboramos desde lo legislativo”, pero “somos un espacio diferente con gobernadores, legisladores, institucional, formado, nacional y federal”.
Por su parte, Rodríguez Machado enfatizó: “Los partidos son instrumentos para cambiar y mejorar la realidad de la gente. El mayor riesgo es que no logren esos objetivos”. “Si hay una reforma hacia la libertad real -tanto política como económica- en nuestro país, el PRO habrá sido parte de ese logro”, completó.
Macri deberá mostrar cintura política y analizar la jugada ante un gobierno libertario que no considera ajeno, pero no es propio, en un tablero que se definirá conforme avance la realidad social y económica del país.
* Para www.perfil.com