¿Cómo resurgir? ¿Hacia dónde ir? ¿Dónde hay un jefe o jefa? Al peronismo de Santa Fe se lo comieron las preguntas. Con Maximiliano Pullaro al gobierno y el frente Unidos posado sobre todo los fierros de la provincia, el PJ surfea entre la falta de norte y los reproches internos. Omar Perotti, al llano llano.
La lista de unidad que el peronismo provincial se apresta a oficializar –Letra P adelantó en exclusiva– es una muestra cabal de la actualidad del partido ahora opositor. Casi nadie salvó la ropa el año pasado, casi todos y todas perdieron en 2023. Salvo algunos senadores y otros pocos intendentes, que pudieron celebrar en sus territorios.
De ahí que el senador Armando Traferri sugiera el nombre de Guillermo Cornaglia para la futura presidencia. El sanlorencino tuvo ganas de asumir el puesto mayor en pugna, pero su situación judicial lo obliga a atender cuestiones no partidarias. Vaya paradoja de la política y el PJ santafesino: el primer enemigo público de Perotti termina victorioso y jefe intelectual del partido.
El debate del peronismo y su futuro
El debate sobre el futuro del peronismo y del santafesino en particular excede los nombres. La paliza que se comió el partido el año pasado obliga a un análisis profundo. ¿Para qué volvió a gobernar? ¿Fue una aventura de Perotti o fue el plan del conjunto? Con las heridas sin cicatrizar, ¿hay margen para una recomposición?
Hay una máxima interna que sobrevuela; a Perotti y el perottismo, poco y nada. Por ese motivo, el sector Hacemos quedará en la estructura partidaria con la Secretaría de Organizaciones, un lugar de segunda. El exgobernador no pudo -o no quiso- alcanzar una de las cuatro vicepresidencias que se crearon para sostener la frágil unidad.
Perotti es y será el máximo responsable de la mala, pero a su alrededor también hay piezas que se desajustaron. El senador Marcelo Lewandowski no resultó el gran candidato que se imaginaba, eligió mal, no priorizó Rosario donde tenía chances de superar al intendente Pablo Javkin y, ya en un escenario de derrota, sólo se concentró en sacar más votos que Perotti para liderar el peronismo. Tampoco lo logró y terminará segundo detrás de su archi enemigo Traferri.
Nadie de pie en Santa Fe
Por eso se insiste con que no hay victoriosos en el PJ, nadie quedó de pie. Es arrancar a caminar de nuevo, desde cero, con andador. Los intendentes que ganaron también pulsean y no se dejan arriar por nadie. A futuro, de cara a 2025, no sería extraño que más de uno apelara a un sello vecinal para competir y evitar que el sello los traccione, pero para abajo.
Es sinónimo de desbande hoy el peronismo de Santa Fe. Cada tribu cuida su cuota, su relato y agenda. Un fiel ejemplo de la situación interna del partido es la composición y articulación del interbloque de la Cámara baja. El perottismo tiene el grueso de las bancas, pero sufre dificultades para congeniar con sus compañeros y compañeras. Hay reuniones internas, hasta respeto, pero poco y nada de plan y proyecto conjunto.
Ante semejante escenario de diáspora y sálvese quien pueda, el peronismo santafesino corre el riesgo de verse afuera de la agenda pública. Pullaro ejerce su liderazgo, lo centraliza y marca los tiempos en la provincia, pero también ocupan espacios sus socios dentro de Unidos, el socialismo y el PRO.
Es muy pronto, el gobierno tiene apenas cien días y monedas de gestión, pero cocodrilo que se duerme es cartera, y si el PJ no hace lo suyo, con orden, es factible que sean el oficialismo nacional y el provincial los únicos que manejen los hilos y marquen el pulso en Santa Fe.
con informacion de letra p.