Bloques con fracturas internas

El Congreso comenzará el segundo semestre después de un breve receso invernal planteado para las últimas dos semanas de agosto. Ambas cámaras volverán a trabajar con una amplísima agenda de temas, que van desde lo judicial, lo educativo, seguridad y presupuestaria, electoral, entre otras, impulsada por los distintos sectores de poder que conviven en el Senado y en Diputados. A esto se suma, que las principales bancadas llegan con crujidos internos de las propias coaliciones.

En esta última semana la más evidente tiene que ver con el PRO, luego del portazo que pegó el bullrichismo de la asamblea del PRO, la propia ministra de Seguridad confirmó que no se irán del bloque de Diputados que preside Cristian Ritondo. Allí la funcionaria tiene 12 leales de los 37 que integran la bancada amarilla.

"El hecho de que hayan incumplido el acuerdo, donde Mauricio Macri era el presidente del Consejo y Patricia Bullrich, de la Asamblea no significa que dejemos de ser del PRO", afirmó ante la consulta de MDZ el diputado por la Ciudad de Buenos Aires Damián Arabia. "Vamos a dar los debate para mantener el apoyo al cambio en la Argentina", enfatizó.

En el ala bullrichista del bloque PRO también interpretan que "no es bueno para el Gobierno si rompemos el bloque". "Mientras el bloque siga votando junto al gobierno y siga todo ordenado no tenemos motivo para irnos", razonó a este medio uno de los diputados que responde a la ministra de Seguridad.

"Mientras podamos mantener la unidad es más fácil tironear desde adentro y llevarlos despacito", dijo una fuente parlamentaria bullirchista. "Si nos partimos me voy a hiperlibertarizar y en frente los voy a empujar a ser dialoguistas, si estoy dentro, genero que todos acompañen al gobierno", agregó un diputado alineado con la ministra de Seguridad.

En el entorno de Ritondo, alineado con Mauricio Macri, se desligan de la decisión. "Tendrán que ver que hacen ellos", dijeron desde este sector y remarcaron que ellos van a seguir acompañando al cambio pero descartan una fusión con La Libertad Avanza que desdibuje la identidad del PRO. "Patricia no tiene identidad partidaria, ella llegó al partido cuando ya estaba todo cocinado, después de haber dado vueltas por todos los espacios de la política argentina", razonó un diputado alineado Macri.

Los bloques dialoguistas no están exentos de disputas internas. El radicalismo quedó en un laberinto llamado Auditoría General de la Nación (AGN). Mario Negri quiere quedarse con esa banca que La Libertad Avanza le cedió a los dialoguistas para cerrar el asunto y respetar la representación política de la Cámara baja.

Sin embargo, el presidente del bloque, Rodrigo De Loredo, y el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, se alinearon para evitar que el exdiptuado se quede con ese lugar. Negri, por su parte, apela a un viejo método: mostrar las firmas. Tiene 22 de 34. Pero sus adversarios las niegan.

"Si las tiene, las tiene hoy. La próxima sesión va a ser en agosto, Cornejo si quiere evitar que llegue Negri va a hacer todo para bajarlo", razonó una fuente del radicalismo. De Loredo, además, fue a buscar a Mauricio Macri para que opere en contra de su correligionario. Pero no tuvo éxito.

En el Senado, la UCR también tiene sus dilemas por resolver. El peronismo va a impulsar en las comisiones que se sancione la nueva fórmula de movilidad jubilatoria que tiene media sanción con amplio consenso de la Cámara de Diputados. Martín Lousteau, una vez más a contramano del bloque que está dispuesto a jugar con La Libertad Avanza para dilatar este tema, como lo hizo en la última sesión, dará las discusiones en su partido para aprobarlo.

Si bien Lousteau está casi sólo en el bloque radical de 13 senadores, hay también distintos intereses que la bancada que conduce Eduardo Vischi debe administrar. Los senadores que responden a los gobernadores radicales deberán defender su agenda, lo mismo con quienes tienen intereses vinculados a las universidades, y los solitarios como, Lousteau, que buscarán posicionarse como opositores a este gobierno.

En Unión por la Patria, tanto en Diputados como en el Senado, los distintos intereses que atraviesan al panperonismo quedaron expuestos con el tratamiento de la Ley Bases. Las agresiones que recibió la jujeña Carolina Moisés después de votar a favor del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) despertaron una desconfianza en el PJ que va mucho más allá de esta senadora que quiere ser gobernadora. Saben que detrás de esa decisión hay gobernadores como Raúl Jalil que operó para que modifique su voto.

Lo mismo ocurrió en Diputados con los sanjuaninos y los catamarqueños el día anterior a la sesión. El miércoles se reunieron durante más de ocho horas los diputados del bloque que preside Germán Martínez y estuvieron discutiendo qué posición tomar. Allí el diputado por San Juan Walberto Allende levantó la voz "en defensa de los intereses provinciales". La rama gremial del bloque peronista no interpretó otra cosa que "un motivo más para votar en contra de los trabajadores (por la vuelta del impuesto a las Ganancias) y la venta de la patria (por el RIGI)".

El que se lo hizo saber fue Sergio Palazzo que a su turno habló de la importancia de defender la identidad opositora del bloque y no ceder frente a las presiones. 

El otro dilema que el peronismo debe resolver se llama Ariel Lijo. Para que se aprube el pliego del candidato del Gobierno a la Corte Suprema, La Libertad Avanza necesita sí o sí del aval del justicialismo en el Senado. Es un trámite que necesita la mayoría especial de los dos tercios. 

El kirchnerismo, que poco le cuesta opinar de temas judiciales, no habla sobre Lijo. Se trata del hombre que investigó a Amado Boudou, cuando era vicepresidente, en la causa Ciccone, el mismo que desestimó la denuncia contra Cristina Kirchner del fiscal Alberto Nisman. "Es una decisión que tenemos que tomar como bloque, todavía no tenemos una postura definida", dijo a MDZ un senador cercano Cristina Kirchner.

con informacion de MDZOL.COM