Pullaro trabaja para reformar la Constitución y una Corte de 7 miembros

Felipe Michlig, presidente pro témpore del Senado y titular del comité provincial de la Unión Cívica Radical, siguió el último jueves muy de cerca la sesión donde la Cámara de Diputados terminó de sancionar la emergencia y reforma previsional. Por momentos, dentro del recinto de la Cámara Baja, en otros caminando los pasillos hablando con los diferentes actores de la política local. Ya cuando la calma había llegado al Palacio y cuando el ministro de Gobierno, Fabián Bastia, llegó al edificio, se fueron a las oficinas del Senado a evaluar lo ocurrido. Michlig siguió todo muy atentamente e incluso se mostró preocupado por el ataque al edificio de la Legislatura algo que no había ocurrido una semana antes cuando el mismo tema se aprobó en el Senado.

Unidos no se quebró en el tema previsional más allá de discursos de algunos diputados levantando las banderas o acciones de la gestión de Hermes Binner (como pagar en forma simultánea aumento a activos y pasivos) o de Miguel Lifschitz tratando de molestar a la presidenta de la Cámara, Clara García. En la plaza algunos gremios levantaban las banderas de esos líderes socialistas a los que también les hicieron paros y recriminaciones en su momento.

Nunca el gobernador Maximiliano Pullaro creyó contar con votos de otros sectores políticos para una ley de ajuste previsional. Es la política y lo sabe claramente. Por eso, la reforma se escribió dentro de los límites para que todos los socios de la coalición puedan votar. Y votarla en el menor tiempo posible sabiendo que es imposible tener el apoyo de los afectados por algún tipo de recorte o de retardo por acceder al beneficio jubilatorio. El tiempo dirá el impacto de la medida en la sociedad ya que en principio tiene impacto en activos y pasivos del Estado santafesino, el diez por ciento de la población santafesina. Activos y pasivos del estado santafesino son menos que los 500 mil jubilados nacionales que viven en la provincia, la mayoría de ellos con el haber mínimo que no alcanza a los 300 mil pesos mensuales.

Próximo desafío
Ahora los desafíos del oficialismo en la provincia son otros, uno de ellos juntar mayorías especiales en ambas cámaras para avanzar en la declaratoria de la necesidad de la reforma constitucional. La estrategia se pondrá en primer plano en el encuentro del miércoles de los partidos que conforman Unidos. Primero, tener proyecto propio en la Cámara de Diputados y después avanzar en acuerdos con otras fuerzas políticas. El jueves último hubo un dato saliente: la ruptura total de Amalia Granata con el gobernador Maximiliano Pullaro a quien tildó de monarca en varias ocasiones. Si bien nunca fueron aliados políticamente, hubo acercamiento del sector de Granata -Somos Vida- con el gobierno.

El jueves, Granata pareció estrenar traje de jefe de la oposición no solo por su participación mediática, sino por su actuación dentro y fuera del recinto de Diputados. Empezó en la reunión de Labor Parlamentaria discutiendo con los líderes de Unidos y después -apoyada por los justicialistas Alejandra Rodenas y Miguel Rabbia- pulseó con las autoridades de Diputados para que ingresen a la barra un representante por cada sector movilizado en la plaza. Pero a la hora del discurso sobre el tema previsional, no se detuvo en las características de la norma como hizo casi todo el arco oficialista y opositor sino en cuestionar gastos del Poder Ejecutivo en un discurso más para la tribuna que para la técnica presupuestaria. Sabe que es el juego que le conviene a ella, especialmente en redes donde el impacto es inmediato.

 
"Está claro que no habrá alianza de Maxi con Granata" señaló un líder socialista al retirarse del Palacio Legislativo en la tarde del jueves mientras la empresa de limpieza trataba de devolver el brillo al piso y quitar rastros de huevos en las fachadas externas del edificio.
Política de seducción
Unidos sabe que es clave ajustar la estrategia interna si quiere impulsar la reforma constitucional y definir el tema entre octubre y noviembre. No le sirve el 2025 porque es un año electoral. De allí que además de definir alcances del proyecto deberá definir una política de seducción a sectores del justicialismo para lograr los dos tercios de los votos en Diputados.

¿Será Omar Perotti el interlocutor? Junto a cuatro ex ministros de su gestión son claves para cualquier intento de alcanzar los dos tercios necesarios. En el oficialismo descuentan el aval de Juan José Piedrabuena que actúa con bloque propio. Después hay varias otras expresiones de bloques o subbloques unipersonales donde apuntalar una eventual mayoría especial.
La Casa Gris se mantendrá ajena a la discusión, por lo menos públicamente. El miércoles se conocerá algo más de la estrategia oficialista.
Corte de siete
Lo otro es el deseo del Ejecutivo de cambiar los integrantes de la Corte Suprema de Justicia. "O salen en forma ordenada o se van todos juntos" repiten algunos funcionarios de la Casa Gris. Por ahora ninguno de los cuatro ministros apuntados tiene entre sus intenciones irse en el corto plazo.

En el gobierno sueñan con una Corte Suprema de siete miembros con paridad. Dos ministros de Santa Fe, dos de Rosario, uno del oeste, otro del norte y otro del extremo sur. Es el dibujo en el papel aunque del croquis al hecho parece haber una larga distancia.
Mientras la estrategia oficial de desplazar a ministros parece enredada, algunos sectores del oficialismo ya piensan en alguna estrategia intermedia con una transición con hasta nueve ministros para que algunos de los actuales vayan instruyendo en el cargo a los nuevos.

El compromiso es tener en dos años una Corte con siete ministros. ¿Será la llave para destrabar un tema conflictivo? . Radicales, socialistas y justicialistas empiezan a acercar nombres para la futura Corte. ¿El Pro afuera? Es lo que se preguntan algunos dirigentes del sectores que advierten sobre las declaraciones que sobre la necesidad del recambio en la cabeza del Poder Judicial formuló en la semana la vicegobernadora Gisela Scaglia.

Con información de El Litoral, sobre una nota de Mario Cáffaro