Bonos, FMI y los dichos sobre Javier Milei del próximo secretario del Tesoro de EEUU que ilusionan al Gobierno
ECONOMÍA26/11/2024 Julián Guarino*El Gobierno aún no solicitó formalmente un nuevo acuerdo con Kristalina Georgieva. El dato, confirmado a Ámbito por fuentes de Washington en las últimas horas, invita a tomar las declaraciones especulativas del ministro Luis Caputo con cautela.
La Casa Rosada pareciera esperar que decante todo el peso de la ola trumpista o, mejor dicho, que el impacto de los nombramientos del próximo gabinete del presidente electo Donald Trump hagan su efecto demoledor en los organismos internacionales, principalmente el Fondo. Hay datos reveladores que parecieran indicar que esta estrategia -esperar unos días más antes de entrar en un toma y daca con el FMI- está dando sus frutos.
Luis Caputo viene de sostener, en los últimos días, que el Gobierno se encuentra en conversaciones con el organismo. “Con el FMI hemos empezado a hablar de un nuevo programa. Probablemente vamos a ir a un programa nuevo y seguramente va a implicar nueva plata. Estamos discutiendo dos cosas, cuánta plata es y cómo entrará ese dinero. No es lo mismo que te desembolsen al principio u$s1.000 millones, que entren u$s12.000 millones”, sostuvo en una entrevista.
Sin embargo, una consulta por fuentes ligadas a las (tibias) negociaciones en Washington revela que esa instancia aún no desembocó en un pedido formal. En los hechos, las fuentes sostienen que la nueva tanda de conversaciones se encuentra en una instancia preliminar y, atención, que el ministerio de Hacienda parece no tener prisa. “Creemos que el gobierno argentino permanece a la expectativa de la llegada de Donald Trump a la presidencia, ya que intuye que de allí puede venir alguna clase de auxilio adicional, alguna gestión que desdibuje los férreos límites de los estatutos”, sostuvieron.
Bidenomics, Donald Trump y la apología del mileísmo
En las últimas horas, dos hechos merecen mención y empujan la hipótesis arriba explicitada. Por un lado, el inversor y gestor de fondos de cobertura Scott Bessent fue nominado por Donald Trump para conducir la secretaría del Tesoro en reemplazo de la actual secretaria Janet Yellen, acaso uno de los puestos más poderosos del planeta después del que ocupa el Salón Oval de la Casa Blanca.
Por otro, fue el propio Bessent quien, en una especie de revisionismo prematuro, evidenció elogios al presidente Javier Milei y, en el mismo acto, fustigó al peronismo, al que comparó en las redes sociales con la administración del saliente mandatario Joe Biden. “Biden está encadenando a la economía estadounidense a la deuda. Yo lo llamo "Bidenismo"", dijo en un debate transmitido por televisión.
Y agregó: "Es el "Bidenismo" y yo creo que es fortuito que hoy tengamos al presidente de Argentina hablando y explicando qué fue lo que arruinó su país: peronismo". Pero prosiguió: "El Bidenismo es el comienzo del peronismo. Es el Estado quedándose con el control de los medios de producción y aumentando mucho la deuda", sostuvo el futuro ministro.
Bessent una ayudita ante el FMI y el pedido para sacar a Powell
En el Gobierno se ilusionan. La señal dada a los mercados -el nombramiento de Bessent- podría empujar aún más la cotización de los activos en Wall Street y, en particular, de los bonos argentinos, y generar una baja adicional del riesgo país. Bessent es un hombre de los mercados, algo que debería impactar positivamente entre los inversores. Con 62 años, viene de asesorar a Trump sobre política económica durante la campaña. El presidente electo afirma que su candidato al Tesoro es un defensor de la “gente corriente” y la industria nacional. Es fundador del fondo de inversión Key Square Capital Management y fue el director de inversiones de Soros Fund Management. Con un pasado férreo en la defensa del recorte fiscal, Bessent viene de pedirle públicamente a Trump que desplace al presidente de la Reserva Federal el año que viene (un año antes que expire el mandato de Jerome Powell).
¿Tendrán Trump y Bessent un gesto con la Argentina? Hay que recordar que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos se erige como representante de ese país en numerosos organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En la traducción, la palabra de Bessent podría resultar determinante para destrabar el futuro acuerdo entre la Argentina con el FMI.
Con todo, existe una pregunta que debe hacerse. Bessent viene de sostener en un reciente artículo de opinión publicado en el Wall Street Journal, que “la elección de Trump impulsó el mayor aumento del dólar en un solo día en más de dos años, y el tercero mayor de la última década”. Es más. Sostuvo que le dijo a Trump “el dólar te ama y seguimos aumentando el rendimiento después de impuestos de los activos estadounidenses, y va a seguir así”.
“Las tasas de interés a largo plazo están bajando incluso con este shock de crecimiento”, dijo Bessent. “Los recortes de impuestos, la desregulación, el dominio de la energía, las tasas de interés en realidad están bajando, y el dólar sigue subiendo”.
¿Qué beneficio podría traerle a la Argentina una era de dólar fuerte en el mundo? La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca y el reciente nombramiento de Bessent, podría impulsar un proceso de reflación, esto es, un regreso de la presión inflacionaria en los Estados Unidos apalancado por la próxima política económica del flamante mandatario.
Hay numerosos argumentos que podrían preanunciar un nuevo ciclo de inflación en los Estados Unidos. El primero, los impuestos. Pero también la suba de aranceles y el plan de expansión del gasto público (déficit). Las promesas de Trump aceleraron una moderación en las expectativas de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal (FED), lo que decantó una suba del rendimiento de los bonos del Tesoro al alza, algo malo para el rendimiento de los bonos de los mercados emergentes. Así, mientras el gabinete del gobierno estadounidense parece poblarse de referencias políticas elogiosas de la gestión mileísta, sus políticas en cartera -y la expectativa de que se aplicarán a partir de enero- podría impactar negativamente en el ciclo económico argentino y el frente financiero local.
* Para www.ambito.com