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La mesa chica de Patricia Bullrich

POLÍTICA 01/01/2024 Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
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Para su segundo tiempo en el Ministerio de Seguridad, Patricia Bullrich sentó a su mesa chica a un pequeño grupo de técnicos y políticos de su extrema confianza, mientras todavía delinea el organigrama oficial de su cartera. Integrado por los funcionarios Vicente Ventura Barreiro, Sebastián García de Luca y Federico Angelini, además del diputado Damián Arabia, la aún presidenta del PRO busca refundar sus hitos de su primera gestión - que dejaron tanto la doctrina Chocobar, como el caso de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel- con mayor eficiencia. "Tenemos más experiencia y capacidad en aquellos años", repite un hombre al tanto de los movimientos ministeriales.

El segundo
De bajo perfil y especialista en materia de seguridad, inteligencia criminal y derecho, "Tito", como prefieren que lo apoden, Ventura Barreiro es el principal sostén de Bullrich. "Es el que más sabe, un técnico que conoce muy bien cada función", describió a Letra P un dirigente que dialoga con habitualmente con él.

Ventura Barreiro tiene un amplio currículum, que le ayudó a ocupar distintos cargos en la gestión pública, pese a que también es un hombre de la política. Su formación la comenzó a fines de los ochenta en el Liceo Militar General San Martín; luego, egresó de la carrera de Abogacía de la Universidad Católica Argentina (UCA) y siguió con un master en Administración y Derecho de la Seguridad Pública en la Universidad Carlos III de Madrid. También tiene otros magister y doctorados en la Universidad del Salvador, donde, por caso, también se recibió la exvicepresidenta Gabriela Michetti.

Uno de sus puestos más destacados fue como viceministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires durante cuatro años ininterrumpidos en los que estuvo al frente de la cartera Cristian Ritondo, que hoy ocupa la presidencia del bloque de Diputados del PRO. De ahí que en la coronación de Ventura Barreiro como el "segundo de Bullrich" haya sido un camino bastante natural, pese a que tendrá junto a su jefa el desafío de ampliar con pericia el Protocolo antipiquetes en un contexto de crisis económica y ajuste, sino también de resolver problemáticas estructurales en algunas zonas calientes del país.

El mimado
Para eso en número dos de Bullrich tiene bajo su orbita a Angelini como subsecretario de Intervención Federal. Quienes lo conocen aseguran que entre sus características se destaca una amalgama entre la rosca y el lado institucional de la política. De hecho, se recuerda que para acceder desde Santa Fe a algún dato de la Casa Rosada entre 2015 y 2019 había que marcar el teléfono de Angelini, uno de los pocos que en ese momento tenía línea directa con el fundador del PRO.
Bendecido por Mauricio Macri y mimado por Bullrich, tomó relevancia pública a mediados de marzo de este año, cuando reemplazó a la presidenta del partido amarillo, quien había anunciado que se tomaría licencia en el cargo partidario para dedicarse de lleno a la campaña presidencial. Si bien ocupó esa silla algunos meses, le permitió sentarse en más de una oportunidad en la mesa nacional del PRO, a instancias de las intensas peleas que por entonces enfrentaban halcones y palomas de Juntos por el Cambio.

Ahora, con el segundo tiempo de Bullrich en el Ministerio, Angelini deberá adentrarse en un perfil de gestión para resolver la creciente seguridad en el conurbano bonaerense y, especialmente, Rosario, ciudad de la que es oriundo.

El rosquero
Quizá el otro lado de la moneda de Tito Ventura es García de Luca, un hombre 100% de la política, armador natural y hábil rosquero por fuera de la órbita macrista, sobre todo con peronistas, radicales y vecinalistas. Prudente, de tono calmo y mucho diálogo, es otro de los que se sientan a la mesa de la ministra.

Con el cargo de secretario de Articulación Federal, García de Luca no tiene injerencias en el manejo de las fuerzas de seguridad, sino más bien el rol de tender puentes y resolver inquietudes de los gobernadores y los intendentes de todos los espacios políticos. A muchos ya los conocía de los años que ocupó el cargo viceministro del Interior, debajo de su mentor Emilio Monzó, a quien elogia cada vez que puede, pero con quien rompió relación. "Lo mandamos a jugar con Bullrich y se enamoró", devuelven en el monzoísmo, en referencia a que fue clave en el triunfo de los halcones por sobre el equipo moderado de Horacio Rodríguez Larreta.

La cercanía de De Luca con Bullrich viene de aquellos primeros años de Cambiemos. Comenzó a construirse en los primeros días de la gestión de Macri sin que ninguno de los dos la buscara, cuando se cruzaban por los pasillos de la Casa Rosada sabiendo que eran los leprosos de una gestión asediada por tecnócratas que los esquivaban, como Marcos Peña y Mario Quintana, convencidos de que el “gradualismo” se aplicaría con las variables surgidas de los focus group y los timbreos.

El consejero
La mesa de cercanos se completa con Arabia, un referente de la nueva generación que suele citar a Hernán Lombardi, una suerte de viejo mentor del ultramacrismo que no dudaba en hablar de ajuste extremo y mano dura implacable mucho antes de que emerja el nombre de Javier Milei.

Si bien Arabia no integra la estructura orgánica del ministerio - es diputado por la Ciudad de Buenos Aires - estuvo en algunos encuentros en los que sólo había funcionarios del área. Director de Prevención de la Corrupción en el Ministerio de Seguridad desde 2018 hasta el fin del primer mandato de Bullrich, obtuvo después un nuevo rol multifacético desde el llano: vocero de la jefa de los halcones desde los primeros días que comenzó a soñar con ser presidenta, y también consejero informal en algunos temas.

De hecho, el legislador fue quien le recomendó participar en el 2022 de algunos eventos culturales, como el Cosquín Rock, el festival que reúne cada año a miles de personas, con la intención de levarle el perfil en redes y medios de comunicación.

También, más en lo político, fue quien le recomendó a la por entonces precandidata presidencial llevar al Luis Petri como compañero de fórmula. A pesar de la derrota, Ironía mediante, algunos creen que el radical devenido en ministro de Defensa igual le debe un vino. Un dato: Petri y Arabia son dueños de viñedos en Mendoza, pero, según pudo saber este medio, todavía no hubo ningún tipo de "presente" morado al respecto.

Con informacion de Letra P.

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